Un grupo de policías ha demandado a la ciudad californiana de Palo Alto por permitir que un mural de Black Lives Matter permaneciera en su lugar durante meses después de haber sido pintado en una calle de la ciudad en junio de 2020.
Los funcionarios de la ciudad permitieron y alentaron a los artistas a crear dieciséis murales diferentes sobre la propiedad de la ciudad que se colocaron juntos y deletrearon «Black Lives Matter», dijeron los policías en la demanda de 12 páginas, presentada en el tribunal superior de California.
El mural de la letra «E» mostraba a Joanne Chesimard, alias Assata Shakur, que fue condenada en 1977 por asesinar a un policía estatal en Nueva Jersey, pero que se escapó de la cárcel y huyó de Estados Unidos. Chesimard es una fugitiva buscada que goza de gran prestigio entre algunos activistas raciales.
El mural también contenía un logotipo atribuido al Nuevo Partido de las Panteras Negras, que el Southern Poverty Law Center describe como una «organización maliciosamente racista y antisemita cuyos líderes han alentado la violencia contra los blancos, los judíos y los oficiales».
Los oficiales se veían obligados a pasar junto al mural cada vez que se presentaban a trabajar, lo que suponía un «ambiente de trabajo discriminatorio y de acoso», según la demanda.
«Los demandados no solo permitieron que la iconografía acosadora y discriminatoria existiera en el lugar de trabajo, sino que además la aprobaron, la fomentaron y la pagaron», decía.
Los oficiales plantearon su preocupación por los mensajes del mural a la ciudad y los policías, pero se les dijo que el mural seguiría en su sitio. Según la demanda, esto constituye una violación de la Ley de Empleo y Vivienda Justos.
El mural fue pintado por diferentes artistas. Cece Carpio, que trabaja en la Comisión de Artes de San Francisco, pintó la letra «E». Dijo en Facebook el año pasado, en respuesta a las críticas por retratar a Chesimard, que la fugitiva «siempre ha mantenido su inocencia y que nunca iba a tener un juicio justo».
«Si vamos a pintar enormes letras de Black Lives Matter en las calles, es importante conocer la historia del trato injusto que reciben los negros y los movimientos de los negros», escribió.
Pero la Asociación Nacional de Policía, una organización sin ánimo de lucro que apoya a las fuerzas policiales, calificó la pintura de «reprobable».
«Para las fuerzas policiales que se ven obligadas a entrar en el edificio, ¿hay alguna descripción que no sea la de un entorno de trabajo hostil?», dijo el año pasado, y pidió a la gente que firmara una petición solicitando la retirada del mural.
El Departamento de Policía de Palo Alto y los funcionarios municipales no respondieron a las solicitudes de comentarios sobre la nueva demanda.
En una declaración a los medios de comunicación el año pasado, una portavoz de la ciudad dijo que el mural «es un aspecto de un diálogo más amplio de la ciudad sobre la raza y la equidad y está relacionado con las conversaciones reflexivas de la ciudad sobre el papel de la vigilancia policial».
«El mural es temporal y la ciudad no tiene previsto acelerar su retirada antes de lo previsto. En ningún caso el mural resta valor a nuestros oficiales de policía que sirven a nuestra comunidad cada día. El arte temporal es un medio de expresión sobre temas difíciles y el mural Black Lives Matter invita a la reflexión y está inspirando conversaciones», añadió.
El mural fue retirado en noviembre de 2020.
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