Tras la nominación del presidente colombiano Gustavo Petro al premio Nobel de la Paz de este jueves por parte del diputado noruego Rasmus Hansson, las reacciones dentro del país no se hicieron esperar. Muchas de ellas marcaron una postura de indignación ante la nominación al mandatario.
Hansson, un diputado ecologista noruego miembro del Partido Verde en el Parlamento noruego, justificó la nominación de Petro por su trabajo por la paz, considerándolo una «inspiración» para el mundo. Tras conocerse la nominación, el mandatario colombiano agradeció al parlamentario por el reconocimiento, y escribió: «Seguiremos con todo lo que tenemos por la paz de Colombia», en sus redes sociales.
Si bien la nominación despertó orgullo dentro de los allegados y funcionarios del gobierno de Petro, también despertó indignación y respuestas irónicas. Una de ellas fue la del exfuncionario de comunicaciones presidenciales del expresidente Ivan Duque, Hassan Nassar.
«Yo se lo daría de inmediato. En la actualidad no hay un premio más desprestigiado a nivel mundial que el Nobel de la Paz», escribió Nassar, en X, este jueves. «El otro que me parece debe tenerse en consideración es el Oscar a mejor actor de reparto en una tragicomedia. Su papel ha sido sencillamente alucinante».
Por su parte, la senadora María Fernanda Cabal del partido Centro Democrático, firme opositora al gobierno de Petro, cuestionó la nominación al mandatario, mencionando los resultados de su gobierno respecto a la violencia en el país.
«Sobre esta nominación a Petro: Desde el 7 de agosto de 2022 van 137 masacres con 465 muertes. Desde su elección 262 asesinatos de líderes sociales. En 6 meses de negociación con el ELN, los terroristas ejecutaron: 35 secuestros y 43 homicidios», escribió en X.
Por otro lado, la senadora Paloma Valencia del partido Centro Democrático, fue breve, limitándose a señalar que «Hitler, Mussolini y Stalin fueron nominados al premio Nobel de paz», en X.
Coincidiendo en el mismo punto que Valencia, Rafael Nieto Loaiza, el exviceministro del Interior y de Justicia de Colombia durante el mandato del expresidente Álvaro Uribe, criticó que en realidad no se trata de un premio exigente al estar incluidos entre los nominados líderes de regímenes totalitarios.
«Mussolini fue nominado en 1935, Hitler en 1939, Stalin en 1945 y 1949, Milosevic en el 2000. Una nominación al Nobel de Paz no se le niega a ningún criminal», escribió a través de X. «Ni el premio es exigente tampoco. Se lo dieron a Obama por nada, recién elegido. Y ni hablar de Santos…»
Por su parte, el excandidato presidencial, Sergio Fajardo, escribió en X: «Hoy Petro tiene más seguidores en Noruega que en Barranquilla», en aparente referencia a la pérdida de la sede de los Juegos Panamericanos 2027 en Barranquilla, Colombia, por lo que le llovieron críticas al mandatario.
Mientras que Enrique Gómez, empresario colombiano y director Nacional del Movimiento Salvación Nacional, criticó que mientras el país vive aquejado por la «violencia, corrupción, nepotismos y derroche», el gobierno nacional «celebra una inmerecida postulación al Nobel».
«Señores petristas, recuerden que ustedes llevan récord en masacres y le están entregando el país a la guerrilla y narcos, esos mismos con los que al parecer llegaron al poder. Cínicos, no logran ni siquiera traer progreso, pierden hasta los Panamericanos», señaló, a través de X, este jueves.
Todo esto ocurre mientras la llamada «paz total» de Petro ha tenido un avance lento en el país.
Con la «paz total» promovida por Petro desde su llegada al cargo en agosto del 2022, el gobierno colombiano busca sentarse a negociar con los grupos guerrilleros que aún operan en el país. El objetivo es alcanzar un acuerdo similar al que se realizó en su momento con la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), que incluiría algún tipo de acuerdo jurídico o de sometimiento a la Justicia.
Este 1° de febrero, Carlos Ruiz Massieu, el representante especial del secretario general de la ONU en el país, afirmó que Colombia está mejor que antes del acuerdo de paz, sin embargo, señaló que aún hay inseguridad que es «preocupante».
«No hay acuerdos perfectos, pero definitivamente el país se encuentra hoy mejor que cuando estaba sumido en el conflicto entre el gobierno y las FARC», insistió Ruiz Massieu a EFE.
Mientras tanto, en los últimos años el gobierno colombiano se ha enfrascado en una serie de negociaciones de cese al fuego, que a su vez han dado lugar a violaciones a dichos acuerdos, principalmente por parte de la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN) y disidencias de las FARC.
Apenas el 29 de enero, dos soldados murieron y otros dos resultaron heridos tras un enfrentamiento entre el Ejército colombiano y un grupo de disidencias de las FARC en el sur de Colombia, informó la institución castrense.
El Ejército agregó que esto implica una violación del cese al fuego que el gobierno colombiano y el Estado Mayor Central (EMC), principal disidencia de las FARC, prorrogaron hasta junio, por lo que la institución castrense puso los hechos en conocimiento del Mecanismo de Veeduría, Monitoreo y Verificación.
Ante este escenario, Cabal cuestionó: «¿Nobel de paz?».
Con información de EFE.
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