El secretario de Estado de EE.UU., Mike Pompeo, condenó al gobierno de Hong Kong y al Partido Comunista Chino (PCCh) por lo que calificó de «persecución política» contra cuatro activistas prodemocracia en los últimos dos días.
«El uso de los tribunales para silenciar la disidencia pacífica es un sello distintivo de los regímenes autoritarios y subraya una vez más que el mayor temor del Partido Comunista Chino es la libertad de expresión y el libre pensamiento de su propio pueblo», declaró Pompeo el 3 de diciembre.
El 2 de diciembre, el prominente activista de Hong Kong, Joshua Wong, y dos de sus antiguos colegas, Agnes Chow e Ivan Lam, fueron sentenciados a meses de prisión por su participación en una protesta masiva que tuvo lugar en junio del año pasado.
Un día después, a Jimmy Lai, magnate de los medios de comunicación y propietario del periódico local Apple Daily, se le denegó la libertad bajo fianza después que fue detenido por presunto fraude. Lai se quedará en prisión hasta abril del próximo año, mes en que tendrá su próxima cita en el tribunal. Apple Daily es conocido por publicar opiniones que apoyan a los manifestantes de Hong Kong y critican al régimen chino.
«Hong Kong se benefició históricamente de un sistema libre y abierto que celebraba la defensa pacífica de ciudadanos como Joshua Wong, Agnes Chow, Ivan Lam y Jimmy Lai», declaró Pompeo.
«Su lucha para resistir la negación de sus derechos fundamentales por parte del PCCh se mantendrá a lo largo de la historia como un testamento del espíritu humano», añadió.
Pompeo señaló que la gente de Hong Kong debería poder ejercer sus derechos tal y como están garantizados por la mini constitución de Hong Kong, la Ley Básica y la Declaración Universal de Derechos Humanos de las Naciones Unidas.
El PCCh y el Reino Unido firmaron la Declaración Conjunta Sino-Británica en 1984, que allanó el camino para la devolución de Hong Kong a China en 1997. En virtud de ese tratado, se redactó la Ley Básica, que tiene por objeto garantizar por al menos 50 años a los hongkoneses, un modelo de «un país, dos sistemas», con libertades básicas que no se conceden a los chinos continentales bajo su régimen.
El artículo 27 de la Ley Fundamental de Hong Kong garantiza a los hongkoneses las libertades básicas, entre ellas la de expresión, la de prensa y la de reunión.
«Estados Unidos seguirá trabajando con nuestros aliados y asociados en todo el mundo para defender los derechos y las libertades del pueblo de Hong Kong y de todos los que sufren bajo el régimen represivo del PCCh», declaró Pompeo.
Desde entonces, muchos legisladores estadounidenses expresaron su apoyo a los cuatro activistas de Hong Kong.
El senador Rick Scott (R-Fla.) llamó en Twitter a los cuatro como los «rostros de la verdadera valentía», agregando que «los intentos de la China comunista de intimidar a cualquiera que hable en contra del régimen y sus violaciones de los derechos humanos es patético».
El representante Eliot Engel (D-N.Y.) escribió en su cuenta de Twitter que estaba indignado por la situación de los cuatro activistas.
«Estos son claros intentos del gobierno chino & HKSAR de silenciar la disidencia, armando el sistema judicial de Hong Kong, cuya independencia está asediada», dijo Engel.
Grupos de derechos internacionales como Amnistía Internacional, Human Rights Watch y el Comité para la Protección de Periodistas (CPJ) también expresaron sus críticas.
«Acusar al empresario de medios, Jimmy Lai, de fraude criminal por supuestas violaciones de términos de un contrato de arriendo y negarle la libertad bajo fianza, huele a un ataque a los medios independientes de Hong Kong», declaró Steven Butler, coordinador del Programa Asia del CPJ, de acuerdo a una declaración.
«China parece decidida a aplastar lo que queda de la otrora próspera prensa libre de Hong Kong, con consecuencias desastrosas para el pueblo de Hong Kong», añadió Butler.
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