Este año se han cancelado muchas celebraciones personales, desde cumpleaños hasta bodas y graduaciones, mientras que las festividades comunales como la noche de la hoguera, el Eid y el Diwali no se celebraron o han sido más moderadas. Así que puede resultar tentador restarle importancia a la navidad, especialmente con la preocupación de que la gente se mezcle más libremente y pueda llevar a una tercera ola de COVID-19.
Sin embargo, este año será más importante que nunca participar en las celebraciones y rituales (o costumbres) de navidad y año nuevo. Hay muchas pruebas que sugieren que entrar de todo corazón en el espíritu de la temporada, manteniendo las limitaciones del 2020, será muy bueno para nuestra salud mental. Después de un año difícil, esto podría ser exactamente lo que necesitamos.
La navidad tiene importantes funciones sociales, culturales y religiosas. Para la gente de todas las religiones (y ninguna), las fiestas de navidad reúnen a la gente y a las familias para reflexionar sobre el año que ha pasado y esperar el siguiente.
El sociólogo Émile Durkheim utilizó el término «efervescencia colectiva» para describir el estado de ánimo positivo que sentimos cuando participamos en actividades sociales que traen alegría colectiva y nos hacen sentir parte de una comunidad más grande. Durkheim escribía sobre grandes reuniones religiosas, pero los investigadores han argumentado más recientemente que este mismo sentimiento se puede experimentar en unidades más pequeñas cuando la familia o los amigos se reúnen.
Vemos esta efervescencia colectiva en la época de navidad. Investigaciones han demostrado que este espíritu de la navidad se manifiesta como una multitud de sentimientos y comportamientos positivos que se experimentan colectivamente, incluyendo un mayor altruismo, buena voluntad y generosidad. Esto sucede hasta tal punto que algunos han argumentado que la alegría navideña podría ser una emoción única.
Aunque no podemos hacer todo lo que normalmente haríamos este año, las restricciones se suavizarán durante la navidad en el Reino Unido y en ciertos países europeos. Esto significa que podemos, si así lo decidimos, seguir experimentando algo de esta efervescencia.
El poder positivo del ritual
El popular adagio que dice que la mejor parte de salir es prepararse, que el viaje es más importante que el destino, reconoce que los rituales son importantes. Las rutinas y los rituales ofrecen estructura y previsibilidad en nuestras vidas y realizan importantes funciones psicológicas para controlar la ansiedad. Con el incremento de la ansiedad en el encierro, cualquier cosa que podamos hacer para controlar nuestra salud mental es bienvenida.
Los rituales se han descrito como unidades de acción individuales que forman una secuencia o patrón que se repite de una manera particular, y que están impregnados de un simbolismo y significado personal. En navidad, estas unidades individuales suelen incluir celebraciones religiosas, compra de regalos, fiestas, pantomimas, canto de villancicos, patinaje sobre hielo y mercados navideños, por no mencionar la comida y la bebida que tanto nos gusta en esta época del año —pasteles de membrillo, panettone, estolones, vino caliente.
Este año, mucha gente puso los adornos navideños antes de lo normal para tratar de levantar el ánimo general. Hay pruebas que demuestran que esto funcionará, dado que las investigaciones muestran que los rituales navideños específicamente pueden jugar un papel en la creación de una sensación de bienestar y satisfacción. Evocan recuerdos de otros momentos de nuestras vidas en los que hemos pasado por los mismos rituales. Cada vez que ponemos adornos navideños, nuestro cerebro enciende nuestros sentimientos festivos almacenados.
Por eso es importante mantener los rituales asociados a las celebraciones: Incluso si no experimentamos los eventos de la misma manera, nuestro cerebro seguirá respondiendo positivamente. Incluso los olores de la navidad pueden evocar recuerdos de tiempos pasados. Aunque ahora estemos en circunstancias completamente diferentes, frente a estos estímulos, nuestro cerebro nos hará sentir felices al desencadenar agradables recuerdos.
Los rituales también juegan un papel clave en la cohesión social, como los del Reino Unido vieron con el «aplauso para los cuidadores» en el verano. Cuando se interrumpen nuestros rituales tradicionales, esto desafía la noción de quiénes somos como grupo social. Después de un año en el que ya hemos tenido tanta interrupción en nuestras rutinas y rituales, y la gente ha informado de que se siente cada vez más aislada, así que los rituales navideños pueden ofrecernos de nuevo una sensación de conexión.
Las fiestas también suelen destacar las cosas por las que tenemos que estar agradecidos, y esta gratitud también puede aumentar nuestra sensación de bienestar. Y aunque no podamos estar con nuestros seres queridos, pasar tiempo compartiendo por teléfono o en Internet puede ayudar a mejorar nuestro estado de ánimo. Recordar los momentos felices del pasado puede hacernos sentir más contentos en el presente.
Celebrar de todo corazón puede resultar difícil cuando las celebraciones están limitadas y muchos hemos experimentado pérdidas, pero los rituales asociados a las tradiciones navideñas pueden ayudarnos a mantenernos positivos. Las celebraciones pueden aumentar nuestro aprecio por los elementos positivos de nuestras vidas, y se basarán en las reservas de emoción positiva que hemos construido a través de la memoria. Así que adelante y pongan ese árbol de navidad. Aunque no haya tanta gente reunida alrededor de él este año, debería hacerte sentir mejor.
Nilufar Ahmed es profesor de ciencias sociales en la Universidad de Bristol en el Reino Unido. Este artículo fue publicado por primera vez en The Conversation.
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