Comentario
Un grupo de 100 académicos chinos publicó una carta abierta instando a Estados Unidos y a China a trabajar juntos para luchar contra el coronavirus. Esta carta abierta fue inmediatamente reenviada por unos 100 exfuncionarios del gobierno de Estados Unidos. El embajador de China en Estados Unidos, Cui Tiankai, promovió esta idea en un artículo de opinión del New York Times. Obviamente, este es el nuevo esfuerzo de relaciones públicas del Partido Comunista Chino (PCCh) que pretende convertir la ola en su contra en su beneficio.
El problema es, ¿es posible que Estados Unidos y China trabajen juntos para resolver un problema global? Hay una diferencia entre «debería» y «puede». La deshonestidad de China se interpone en el camino.
Una pandemia de mentiras
Ahora todos sabemos que desde el primer día, las autoridades chinas de diferentes niveles hicieron todo lo posible para encubrir el brote y mintieron al pueblo chino y al mundo.
Los acontecimientos más importantes incluyen: castigar a la Dra. Ai Fen, quien fuera la primera en hacer circular un informe sobre un nuevo virus similar al del SARS, al denunciante Li Wenliang y a otros médicos; prohibir a las empresas que secuencien las muestras y comuniquen los resultados; ordenar la destrucción o entrega de las muestras existentes por parte de los CDC de la ciudad de Wuhan y la provincia de Hubei; cerrar el laboratorio de Shangai que reveló al mundo la secuencia genética del virus; ocultar información crítica sobre la transmisión entre humanos, y mucho más.
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Aún hoy, nadie sabe cuántas personas han sido infectadas y cuántas han muerto de la neumonía de Wuhan en China. Esta mentira y encubrimiento son mucho peor que la simple inacción.
La verdadera pregunta es, si tuvieran la oportunidad de hacerlo de nuevo, ¿habría alguna diferencia? La respuesta es no. El PCCh habría hecho exactamente lo mismo porque todo el sistema está basado en mentiras y diseñado para mentir. Simplemente no hay lugar para la verdad bajo el mandato del PCCh.
Recuerde, después de que el PCCh castigara al Dr. Li Wenliang por decir la verdad sobre el virus del PCCh, ellos entonces, después de su muerte, anunciaron que era un mártir por luchar contra este. Entonces, tres ciudadanos reporteros—Chen Shiqiu, Fang Bin y Li Zehua—fueron secuestrados por la policía local de Wuhan. ¿Cuáles son sus crímenes? Ellos reportaron la verdad acerca de lo que pasó en Wuhan durante el encierro, lo que contradice la desinformación del PCCh. Ellos aún siguen desaparecidos.
Cuando la epidemia de SARS finalmente terminó, se le preguntó al Dr. Zhong Nanshan, experto en antivirales, durante una entrevista, qué lección se aprendió del SARS. Dijo que no habría encubrimiento la próxima vez. La realidad es que esta vez el PCCh repitió cada error que cometió durante el brote de SARS.
Lo único seguro es que si hay otro brote en el futuro, habrá el mismo encubrimiento y mentiras. No es decisión de algunos oficiales individuales encubrir y mentir, lo cual debería ser mucho más fácil de manejar y corregir. Es todo el sistema, desde el jefe del Partido del Hospital Central de Wuhan hasta el líder máximo Xi Jinping, todos jugaron un papel y nadie parece responsable. Si el encubrimiento implicara que los funcionarios fueran reemplazados por otros funcionarios, los resultados seguirían siendo los mismos.
Historia de la mentira
No mucho después de que llegué a Estados Unidos hace unos 30 años, descubrí que todo lo que aprendí sobre la historia moderna de China era una mentira. No solo los acontecimientos eran mentiras, el PCCh también creó términos especiales para aumentar los efectos.
Los siguientes son algunos ejemplos en los libros de texto estándar: El PCCh fue el líder de la guerra antijaponesa, mientras que en realidad, el PCCh se escondió en Yan’an haciendo limpieza interna para matar a sus propios miembros; la guerra de Corea, que en China se llama la Guerra para Resistir la Agresión de Estados Unidos y Ayudar a Corea, fue inicialmente causada por una invasión liderada por Estados Unidos; la gran hambruna, que se llama «el desastre natural de tres años», fue causada por la demanda de la Unión Soviética de pagar las deudas después del desastre, en vez de por el Gran Salto Adelante.
Las mentiras no solo existen en la maquinaria de propaganda y el sistema educativo, sino que están en todas partes, impregnando profundamente todo el sistema del Partido y del gobierno y la vida de la gente común. Para los funcionarios de diferentes niveles, no es por qué mienten sino que nunca han aprendido a decir la verdad. Simplemente no está en su sangre. El sistema premia lo malo y castiga lo bueno. Cualquiera con la conciencia de decir la verdad no podría entrar en el sistema o sería expulsado mucho antes de tener la oportunidad de ser promovido.
El PCCh considera cualquier verdad como una amenaza a su control. Mao inició muchas campañas políticas para asegurarse de que nadie se atreviera a buscar la verdad. La persecución de Falun Gong y otros grupos religiosos también envía el mensaje a la gente de que creer en la verdad traerá peligro para ellos mismos.
Las mentiras del PCCh están protegidas por el sistema legal. Quien intente exponer las mentiras del PCCh será castigado por el sistema legal e incluso obligado a confesar en la televisión, como han sufrido muchos abogados de derechos humanos.
Cuando el PCCh no cumplió las promesas que hizo en 2001 a la Organización Mundial del Comercio, se limitó a extender su práctica interna diaria a los asuntos internacionales. La gente no debería sorprenderse de ver a Huawei y otras empresas chinas violando las sanciones de la ONU contra Irán y Corea del Norte.
La diplomacia de las mascarillas
Durante la primera etapa del brote, China compró casi todo el stock de mascarillas de Estados Unidos, desde las mascarillas regulares hasta las mascarillas N95, dejando indefensos a los trabajadores de la salud de Estados Unidos. Esta no fue una acción individual de algunas empresas y de chinos en el extranjero. Fue bien planeada y organizada por la alta dirección.
Según un informe de los medios de comunicación chinos, el 28 de enero, un avión de carga Boeing 747 rentado y completamente cargado con equipo de protección personal (EPP) despegó de Chicago hacia China. El titular del informe es «El avión rentado de chinos y estudiantes en el estranjero con EPP donado a China». Sin embargo, el contenido del artículo cuenta una historia diferente. El evento fue organizado por Yidianzixun, un recopilador de contenido web, y la Fundación China Siyuan para la Reducción de la Pobreza.
El avión fletado y el 80 por ciento del EPP fueron pagados por Yidianzixun, en vez de por donaciones. La Fundación China Siyuan para la Reducción de la Pobreza está dirigida por el Departamento de Trabajo del Frente Unido del PCCh, que se especializa en reclutar individuos y organizaciones fuera de China para apoyar al PCCh. Tal vez la Fundación organizó algunas donaciones, o simplemente se hizo cargo del resto de los gastos.
El mayor accionista de Yidianzixun es Chen Ming, el vicepresidente de Phoenix News Media. Cuando una reportera de Phoenix TV le preguntó al presidente Trump el 6 de abril si quería trabajar con China y el presidente Trump le preguntó si era de los medios estatales de China, ella lo negó. En realidad, Liu Changle, el fundador de Phoenix, una vez afirmó que Phoenix era el hermano pequeño de la televisión estatal China Central TV (CCTV).
El modelo de China no puede ser copiado, ya sea en lo que respecta a la economía o a la lucha contra el virus del PCCh. Requiere no solo mentir sobre todo, sino también la censura sin escapatoria, la propaganda a una sola voz, la ausencia de medios de comunicación libres y la rápida reacción de la policía para encerrar a los ciudadanos que no encajan en la red de mentiras. ¿Cómo podría cualquier país copiar eso?
Tampoco hay ninguna experiencia que se pueda aprender de China. Cuando todos los datos son falsos, ¿cómo podemos saber qué medida es efectiva para combatir el virus, incluso si los nuevos casos han disminuido realmente?
Hasta ahora, ningún país u organización internacional se ha beneficiado de la información y la ayuda del PCCh. La Organización Mundial de la Salud (OMS) engañó al mundo al aprobar todas las afirmaciones y datos del PCCh. Resultó que la OMS le falló al mundo entero.
Taiwán es la excepción. Taiwán no solo no recibió ayuda, sino que incluso fue rechazado y aislado por la OMS. Mira lo bien que lo están haciendo. El mundo estaría mejor sin el PCCh y la OMS.
En cuanto a los suministros médicos proporcionados por China, o son de mala calidad, como las mascarillas retiradas en Holanda y los kits de pruebas defectuosos en República Checa y España, o hay condiciones que China requiere para recibirlos. Esto no es cooperación. Todo se convierte en un arma por el PCCh.
Si los cofirmantes de la declaración de los exfuncionarios estadounidenses realmente quieren que Estados Unidos trabaje con los chinos, lo primero que tienen que hacer es pedir al régimen chino que deje de mentir y ofrezca los datos reales a la comunidad internacional.
La cooperación debe comenzar con la confianza. ¿Cómo podría alguien confiar en un régimen que no ha dicho ni una sola verdad sobre la peor pandemia desde la gripe española de 1918? El PCCh ha engañado al mundo muchas veces. Esta vez, tal vez sea la última. Es una verdadera llamada de atención.
Heng He es comentarista de Sound of Hope Radio, analista de China para NTD y escritor del periódico The Epoch Times.
Los puntos de vista expresados en este artículo son las opiniones del autor y no reflejan necesariamente la perspectiva de The Epoch Times.
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Las opiniones expresadas en este artículo son propias del autor y no necesariamente reflejan las opiniones de The Epoch Times
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