Comentario
La mayor noticia de la reciente ceremonia de entrega de los Globos de Oro fue el mordaz monólogo de apertura del presentador Ricky Gervais, que con su experiencia puso en ridículo a la audiencia de élite ahí reunida de Hollywood.
Sin embargo para mí, la verdadera historia de esa noche fue el discurso de agradecimiento de la actriz Michelle Williams, quien usó su discurso en los premios Globos de Oro para hablar de su propio aborto.
Muchos medios de comunicación inmediatamente comentaron el discurso de Williams, en el que expresó su profunda gratitud al aborto por permitirle continuar su carrera de actriz, describiéndolo como «poderoso» y «conmovedor».
Esto es lo que dijo Williams en su discurso:
«Cuando pones esto [premio] en manos de alguien reconoces las decisiones que toman como actor. Momento a momento, escena a escena, día a día. Pero también estás reconociendo las elecciones que hacen como persona. La educación que siguieron, el entrenamiento que buscaron, las horas que dedicaron. Estoy agradecida por el reconocimiento de las elecciones que he hecho y también estoy agradecida por haber vivido un momento en nuestra sociedad en el que existe la posibilidad de elegir, porque como mujeres y como chicas, pueden ocurrirle cosas a nuestros cuerpos que no son de nuestra elección», comenzó Williams.
«He hecho todo lo posible para vivir una vida de mi propia creación, y no solo una serie de eventos que me han sucedido».
«Pero uno en el que podría darme vuelta y mirar y reconocer mi caligrafía por todas partes. A veces desordenada y garabateada, a veces cuidadosa y precisa. Pero una que había trazado con mi propia mano. Y no habría sido capaz de hacerlo sin emplear el derecho de una mujer a elegir».
«Elegir cuándo tener mis hijos y con quién, cuando me sienta apoyada y capaz de equilibrar nuestras vidas sabiendo, como todas las madres, que la balanza debe y se inclinará hacia nuestros hijos. Ahora sé que mis elecciones pueden parecer diferentes a las tuyas, pero gracias a Dios o a quienquiera que le reces, vivimos en un país fundado en los principios de que yo soy libre de vivir por mi fe y tu eres libre de vivir por la tuya. Así que, mujeres de 18 a 118 años, cuando sea el momento de votar por favor háganlo en su propio interés. Es lo que los hombres han estado haciendo durante años, por eso el mundo se parece tanto a ellos, pero no olviden que somos el principal órgano de votación en este país. Hagamos que se parezca más a nosotras», dijo.
Lloro por Michelle Williams. Ni siquiera puede ver lo que se ha hecho a sí misma en su búsqueda por evitar mirar la verdad de lo que ha hecho.
El uso de celebridades oculta la verdad
La tendencia de las celebridades de Hollywood a dar mensajes de virtud sobre sus abortos se ha venido produciendo desde hace algún tiempo. Se lo está poniendo en un marco como si fuera un acto increíblemente valiente y asombrosamente noble el hecho de que una madre pague a un abortista para terminar con la vida de su propio hijo.
Permítanme señalar que la mayoría de las mujeres estadounidenses no apoyan el movimiento proaborto, no importa cuántas celebridades demócratas y de Hollywood salgan a repetir esa mentira hasta el cansancio.
En mayo de 2019, la encuestadora Gallup encontró que el 51 por ciento de las mujeres estadounidenses se autoidentifica como «provida» en comparación con solo el 43 por ciento que se autoidentifica como «proelección». El otro seis por ciento no tenía «ninguna opinión».
Gran parte del actual activismo de celebridades a favor del aborto es una respuesta directa a los estados como Georgia y Alabama que aprobaron nuevas leyes sobre la práctica del aborto, como el «proyecto de ley latidos del corazón» y llevando el límite legal para hacer el mortal procedimiento de 26 semanas de gestación (6 meses y medio de embarazo) a 20 semanas (cinco meses).
El mayor problema con la «proelección»
Muchas celebridades de Hollywood como Michelle Williams simplemente dan por sentado que las vidas humanas destruidas por el aborto tienen poco o ningún valor.
Cualquiera vida humana es valiosa en sí misma, más allá de la manera en que elegimos verla, sino directamente estamos escondiendo la cabeza en un agujero al pensar que nuestras preferencias y deseos mentales pueden establecer o quitar el valor de las vidas de otros seres humanos.
No hay ningún término medio aquí, por lo que el debate sobre el aborto es uno de los temas más feroces que los estadounidenses discuten entre ellos.
El argumento para negar el valor de la humanidad del feto ha permanecido prácticamente inalterado desde que lo encontré por primera vez en la década de 1980.
El argumento es el siguiente: si la mujer embarazada valora al feto, entonces la vida de ese niño tiene un gran valor porque es la mujer misma quien lo establece así, y nadie más.
Sin embargo esto significa necesariamente que lo contrario también es cierto: si la mujer no valora la vida del niño, entonces esa vida no tiene ningún valor y puede ser tomada con poca o ninguna razón.
La teoría dice que otorgarle valor o negárselo es la única prerrogativa de la mujer en cuyo vientre reside el feto. Ella le otorga o no valor a la vida de su propio hijo basándose en las elecciones que ella misma hace.
Es una forma de solipsismo disfrazado de política pública.
Muchas de las personas que uno encuentra en la política creen verdaderamente que tienen a su disposición un asombroso poder sobrenatural que crea valor para la vida humana en un caso, y lo niega en otro.
Yo no soy una de estas personas.
No creo que unos simples mortales tengan esta asombrosa habilidad que algunos se atribuyen a sí mismos. No creo que realmente posean este asombroso superpoder del que se jactan de poseer. No es más que una ilusión. Y uno fatal, por cierto.
Puede que quieran creer sinceramente que están creando el valor de la vida humana de la nada en un caso o haciéndola desaparecer en otro, como un mago en una fiesta según sus propios estados mentales, pero no es así.
Ningún ser humano tiene realmente tal poder sobre otros seres humanos. Es una confusión de pensamiento, a menudo inspirada por el deseo de racionalizarlo.
«Si todos estamos de acuerdo entre nosotros en que estos no son seres humanos cuyas vidas tienen valor, entonces está perfectamente bien si elegimos matarlos».
Por eso la constante reafirmación de la negación de la humanidad de los no nacidos y del valor de sus vidas es tan importante para quienes apoyan el fin de estas vidas con un aborto de conveniencia.
Solo se puede violar la conciencia tantas veces antes de que se endurezca hasta el punto de no sentir nada.
Una voz interior que una vez escuchaste con bastante claridad no se vuelve tan fuerte, entonces con el tiempo, la habrás reducido a una voz pequeña y quieta.
Y la verdadera tragedia es que si sigues ahogando esa voz pequeña y quieta, finalmente desaparecerá… para siempre.
Brian Cates es un escritor radicado en el sur de Texas y el autor de «Nadie me pidió mi opinión… pero aquí está de todos modos». Se puede contactar con él en Twitter @drawandstrike.
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Las opiniones expresadas en este artículo son propias del autor y no necesariamente reflejan las opiniones de The Epoch Times
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