Opinión
Los funcionarios chinos de alto nivel cambiaron recientemente la táctica de diplomacia de los guerreros lobo del régimen a un enfoque más moderado. Este giro puede interpretarse como que el Partido Comunista Chino (PCCh) no quiere desvincularse de Estados Unidos ni tampoco quedarse fuera del orden económico mundial dirigido por Washington.
Yang Jiechi, un alto miembro del Politburó, escribió en un artículo fechado el 7 de agosto que «China siempre está abierta al diálogo y a la comunicación con Estados Unidos». En el Foro de Seguridad de Aspen celebrado el 4 de agosto, Cui Tiankai, embajador chino en Estados Unidos, dijo que la relación entre Estados Unidos y China debería ser de «cooperación en lugar de confrontación». El Ministro de Relaciones Exteriores Wang Yi se dirigió al Foro de Medios de Comunicación del Grupos de Expertos China-Estados Unidos el 9 de julio, diciendo que «China puede restaurar y reiniciar los mecanismos de diálogo en todos los niveles y en todas las áreas».
Aunque las declaraciones anteriores de los funcionarios del PCCh revelan que Beijing está rogando por un diálogo con Washington, las palabras no tienen peso y pueden no conducir a acciones concretas.
La diplomacia de los guerreros lobo crea un enemigo global
Durante mucho tiempo, el PCCh consideró la diplomacia como una forma de extender su tiranía. Su diplomacia agresiva y ofensiva se caracteriza por el propósito de incitar el sentimiento nacionalista y lavar el cerebro al pueblo chino.
Por ejemplo, como exlíder del Partido Comunista, la diplomacia revolucionaria de Mao Zedong estaba en línea con su ambición personal—de convertirse en un líder de la revolución mundial. Clasificó a casi todas las naciones como enemigos. Estados Unidos y Europa Occidental se convirtieron en «imperialistas», los países comunistas que acataban a la Unión Soviética eran los «socialimperialistas», y los restantes países del tercer mundo básicamente cercanos a Europa y Estados Unidos eran la facción «antichina». Los pocos países que quedaban eran los «amigos pobres dispersos» en África, que el régimen podía explotar utilizando su política de ayuda exterior.
En el conflicto fronterizo chino-soviético de 1969, una Unión Soviética muy molesta se preparaba para llevar a cabo un «ataque nuclear quirúrgico» contra China. Una firme oposición de Estados Unidos salvó al pueblo chino de un ataque nuclear. Bajo la provocativa política exterior «antiimperialista» y «antirrevisionista» del régimen, el pueblo chino ha sufrido interminablemente una dictadura arrogante y aislada.
Los posteriores dirigentes del PCCh se dieron cuenta de que no era el momento adecuado para que el PCCh se convierta en un líder mundial, por lo que adoptaron la «política exterior económica del exlíder Deng Xiaoping con una fuerte diplomacia nacionalista» para confundir a la comunidad internacional. Durante este período, el PCCh organizó varias manifestaciones en la China continental para amenazar a la comunidad internacional, como la manifestación estudiantil antiestadounidense de 1999, el boicot de los usuarios de Internet chinos al gigante francés de tiendas Carrefour en 2008, la protesta antijaponesa de 2012 y la manifestación contra Corea en 2017. Sin embargo, los diplomáticos guerreros lobo permanecieron callados.
La economía de China se desarrolló rápidamente después de que Estados Unidos la ayudó a ingresar en la Organización Mundial del Comercio (OMC). Su fuerza nacional también aumentó significativamente, especialmente después de que superó a Japón para convertirse en la segunda economía más grande del mundo en 2010. Su fuerza de capital pareció preparar al PCCh para conseguir su ambición de cambiar el orden mundial, por lo que dominó el mundo. El escritor de pacotilla del PCCh, Jin Canrong, profesor de relaciones entre China y Estados Unidos en la Universidad de Renmin de China, incluso declaró el denominado «ganar-ganar» ya que China gana dos veces. La nueva superpotencia está ahora lista para lanzar sus guerras diplomáticas revolucionarias en todo el mundo.
La pandemia mundial permitió a los diplomáticos guerreros lobo lanzar una serie de ataques con el fin de eludir la responsabilidad por la amplia propagación del virus del PCCh, comúnmente conocido como el nuevo coronavirus. En primer lugar, dedujeron que Estados Unidos fue la fuente del COVID-19, lo que provocó el conflicto entre China y Estados Unidos. Segundo, exigieron descaradamente la gratitud del mundo por proporcionar mascarillas faciales defectuosas. Tercero, el embajador chino en Australia advirtió a Australia que detuviera la investigación internacional sobre el origen del virus del PCCh. Cuarto, el embajador chino en París difamó al personal de las residencias de ancianos de Francia en el sitio web de su embajada y criticó duramente la respuesta occidental al brote por ser tardía. Quinto, la embajada china en Brasil tuiteó que Eduardo Bolsonaro, el hijo del presidente de Brasil, se había infectado con un «virus mental» durante un reciente viaje a Estados Unidos después de tuitear que el régimen es una «dictadura». Sexto, la embajada china en Alemania calificó al tabloide local BILD de «malo» cuando afirmó que China tiene una deuda con Alemania debido a la pandemia del virus del PCCh. Séptimo, la embajada de China en Suecia publicó en su sitio web que la afirmación del grupo de expertos Frivärld de que «China debería disculparse» es totalmente infundada, injustificada y es un virus más aterrador.
Estas disputas diplomáticas causadas por los guerreros lobo, demuestran en la superficie la línea dura del régimen, pero también lavan constantemente el cerebro al pueblo chino. Como escribió el medio estatal Global Times: «Los días en que se intimidaba a China ya pasaron». El objetivo final de esas tácticas es atrapar a la comunidad internacional en el juego de las culpas y ofuscar la cuestión fundamental del origen de la pandemia.
Sin embargo, esta diplomacia de guerrero lobo tuvo un efecto secundario evidente, es decir, «la diplomacia de gran potencia con características chinas» propuesta por el líder del PCCh, Xi Jinping, se deterioró hasta llegar a la desconfianza de todos los países del mundo y a convertirse una vez más en el «enemigo humano». Una reciente encuesta del Centro de Investigación Pew mostró que «aproximadamente dos tercios de los estadounidenses tienen ahora una opinión negativa de China, el porcentaje más alto registrado» desde que Pew comenzó a hacer la encuesta hace 15 años.
El cambio al modo de diálogo permite ganar tiempo
La diplomacia de los guerreros lobo no solo fracasó en elevar el poder internacional propuesto por el Ministerio de Relaciones Exteriores de China, sino que arruinó la imagen de una nueva potencia mundial que el PCCh creó a través de esfuerzos minuciosos.
La relación entre el PCCh y otros países del mundo continúa deteriorándose, especialmente las relaciones entre EE.UU. y China. Después de que el secretario de Estado de EE.UU. Mike Pompeo declaró que las naciones del mundo amantes de la libertad «deben comenzar por cambiar la forma en que nuestra gente y nuestros socios perciben al Partido Comunista Chino», y (nosotros) «no podemos tratar esta encarnación de China como un país normal, como cualquier otro», el régimen finalmente se dio cuenta del cambio en la política exterior de EE.UU. hacia el PCCh. Con el fin de mantener la legitimidad del régimen, los altos funcionarios del PCCh tuvieron que rogar por un diálogo con Estados Unidos.
Yang Jiechi, miembro del Politburó y director de la Oficina de Asuntos Exteriores del Partido Comunista Chino escribió: «Los dos países necesitan entablar un diálogo y una comunicación en todas las áreas. China siempre está abierta al diálogo y a la comunicación con Estados Unidos».
Obviamente, Yang olvidó deliberadamente lo que Pompeo dijo en su discurso, «Las promesas de Yang, como tantas otras que el PCCh hizo antes que él, estaban vacías». El diálogo no se producirá porque Estados Unidos reconoció, como declaró Pompeo, «que la única manera —la única manera de cambiar verdaderamente la China comunista— es actuar no sobre la base de lo que dicen los líderes chinos, sino de cómo se comportan».
Estados Unidos lo dijo claramente: «Cuando se trata del PCCh… debemos desconfiar y verificar».
El hecho de que el PCCh implore un diálogo con Estados Unidos puede ser interpretado como una táctica dilatoria y que deposita sus esperanzas en las próximas elecciones presidenciales. «China prefiere que el presidente Trump —a quien Beijing ve como impredecible— no gane la reelección», según una declaración hecha por el director del NCSC (Centro Nacional de Contrainteligencia y Seguridad de EE.UU., William Evanina, el 7 de agosto.
El PCCh nunca renunció a sus ambiciones de hegemonía global. Por lo tanto, Estados Unidos debe estar alerta al comportamiento actual del PCCh, porque lo que hace el PCCh es siempre una amenaza para la seguridad de Estados Unidos y del mundo.
El PCCh se aleja del orden económico mundial
Como todos sabemos, desde el encubrimiento del brote de coronavirus hasta la supresión de los denunciantes, las acciones del PCCh, con la ayuda de la información engañosa del director general de la OMS, dieron lugar a una pandemia mundial que sigue erosionando a la comunidad internacional. Es inevitable que la gente de todo el mundo exija una compensación al PCCh por los daños causados por el virus. Algunos países de África ya pidieron públicamente al PCCh que reduzca o perdone sus deudas, lo cual es una compensación disfrazada. Los conflictos en torno a la cuestión de los reclamos surgirán una vez que la pandemia haya terminado. Es posible que el PCCh tenga que abandonar el orden económico internacional.
Los países no trasladarán sus cadenas de suministro industrial a China, especialmente después de ver la amenaza de la tiranía del PCCh a la economía y la política mundial. Teniendo en cuenta la seguridad nacional y la seguridad de vida y salud de las personas, los países acelerarán su desvinculación del régimen. Ya comenzó una oleada de desconexión del PCCh.
Los países que participan en proyectos y organizaciones de cooperación dirigidos por la iniciativa de inversión del PCCh La Franja y la ruta (BRI), la Organización de Cooperación de Shanghai y el BRICS, tuvieron graves conflictos y desacuerdos con el PCCh sobre la pandemia y la diplomacia. La India y Brasil, miembros del BRICS, por ejemplo, mostraron un deterioro de las relaciones con el PCCh.
A través de la pandemia, se aceleró el deterioro de las relaciones entre el PCCh y otros países. Una vez que la cadena industrial salga de China, será difícil recuperarla. El estatus de «fábrica mundial» nunca volverá. Las acciones perversas del PCCh solo conducirán a su exclusión de la comunidad internacional y del orden económico mundial.
Huidong Zhang fue gerente general de Rightway China Real Estate en Dalian, provincia de Liaoning. Obtuvo una maestría en Administración de Empresas, y luego trabajó para Dalian Heavy Industry Group Co., Ltd.
Apoye nuestro periodismo independiente donando un «café» para el equipo
Descubra
El PCCh prefiere que Trump no gane un segundo mandato
Las opiniones expresadas en este artículo son propias del autor y no necesariamente reflejan las opiniones de The Epoch Times
Cómo puede usted ayudarnos a seguir informando
¿Por qué necesitamos su ayuda para financiar nuestra cobertura informativa en Estados Unidos y en todo el mundo? Porque somos una organización de noticias independiente, libre de la influencia de cualquier gobierno, corporación o partido político. Desde el día que empezamos, hemos enfrentado presiones para silenciarnos, sobre todo del Partido Comunista Chino. Pero no nos doblegaremos. Dependemos de su generosa contribución para seguir ejerciendo un periodismo tradicional. Juntos, podemos seguir difundiendo la verdad.