Por qué un enfoque alcalino puede ser un tratamiento eficaz contra el cáncer

En la década de 1930, se propuso un interesante tratamiento natural contra el cáncer como una respuesta sencilla y eficaz contra el cáncer, casi cualquier tipo de cáncer. Este enfoque terapéutico no es muy conocido porque la comunidad médica y científica lo considera alternativo o experimental, o incluso peligroso[i], y por lo tanto ha sido mencionado principalmente en publicaciones oscuras fuera de la prensa convencional.

Este enfoque terapéutico se denomina terapia alcalina o terapia del pH, y se basa en parte en observaciones de cultivos sin incidencia significativa de cáncer[ii] y en parte en observaciones científicas y experimentos con el metabolismo celular[iii].

Los principios de la terapia del pH son muy sencillos. El metabolismo de las células cancerosas tiene una tolerancia de pH muy estrecha para la proliferación celular (mitosis), que se sitúa entre 6,5 y 7,5. Por lo tanto, si se puede interferir en el metabolismo de las células cancerosas disminuyendo o aumentando el pH interno de las células cancerosas, en teoría se puede detener la progresión del cáncer[iv].

Mientras que la disminución del pH de las células cancerosas (aumento de la acidez) es eficaz contra la mitosis de las células cancerosas en el laboratorio, el aumento de los niveles de ácido en el cuerpo vivo de un paciente con cáncer ejerce presión sobre las células normales y causa mucho dolor. Así que la terapia alcalina propuesta para las personas es una «terapia de pH alto» y se desarrolló para normalizar el pH intracelular del cuerpo del paciente con cáncer mediante la eliminación de la acidosis latente, al tiempo que aumenta el pH de las células cancerosas a un rango superior a 7,5. Según las investigaciones publicadas, es en ese pH cuando vuelven a un ciclo normal de apoptosis celular (muerte celular programada)[v].

Idealmente, este enfoque comienza con una dieta alcalina. Hay un acuerdo general entre los curanderos naturales y profesionales médicos por igual, que el cambio de la dieta de un paciente con cáncer es extremadamente útil cuando alguien se enfrenta a un diagnóstico de cáncer. En un artículo anterior, esbocé los seis pasos que cada paciente de cáncer debe tomar para proporcionar la mejor oportunidad de sanar y prevenir futuras recurrencias de cáncer utilizando los principios de la dieta alcalina[vi].

La dieta alcalina, que se basa principalmente en plantas y evita el azúcar, los lácteos, el trigo y otros granos con alto contenido de gluten, así como un consumo excesivo de frutas, mientras que hace hincapié en las verduras frescas y jugos de verduras junto con verduras crucíferas y verdes, cambia el pH intracelular del cuerpo para acercarse al pH ideal de la sangre de 7,3 a 7,41, un logro metabólico clave en el camino hacia la longevidad, ¡tenga cáncer o no! Una dieta alcalina basada en verduras y frutas crea un entorno menos que óptimo para la proliferación del cáncer, al tiempo que refuerza la función inmunitaria y favorece las células sanas del organismo mediante una mejor nutrición.

El segundo paso consiste en utilizar algunos mecanismos nutricionales para mover el pH interno de la célula cancerosa desde el rango óptimo de mitosis, de pH 6,5 a 7,5, hasta por encima de 8, lo que acorta la vida de la célula cancerosa. Tal y como la describen sus defensores, la terapia alcalina neutraliza los residuos ácidos del cáncer que tanto dolor causan, interfiere con la fermentación anaeróbica de la glucosa que inicia el ciclo de desgaste ácido del cáncer autoalimentado llamado caquexia y, con el tiempo, puede inducir la remisión. Si esta teoría de la terapia alcalina es cierta, debería ser posible tratar el cáncer sin quimioterapia, radiación o cirugía, y utilizar la terapia alcalina como tratamiento primario del cáncer.

Esta audaz afirmación procede de un corpus de investigación algo complejo. En la década de 1880, Louis Pasteur publicó sus trabajos sobre la respiración aeróbica celular y la glucólisis. En 1931, Otto Warburg ganó el Premio Nobel por sus trabajos sobre el metabolismo de los tumores y la respiración de las células, que más tarde resumió en su artículo de 1956 «Sobre el origen de las células cancerosas». Su trabajo sobre el cáncer amplió los hallazgos de Pasteur y describió la insuficiencia respiratoria y el metabolismo celular de fermentación de la glucosa como el principal desencadenante de la progresión del cáncer[vii].

Las conclusiones de Warburg sobre el cáncer fueron muy discutidas en los círculos científicos, por su elegancia académica, pero no fueron aceptadas por la mayoría de los miembros de la comunidad científica dedicados a la investigación oncológica. La mayoría de los investigadores del cáncer de finales de los años 50 creían que el metabolismo anaeróbico de las células cancerosas y su consiguiente producción de ácido láctico eran un efecto secundario o adjunto del cáncer, no una causa. Desde la década de 1960, la investigación sobre el cáncer se centró principalmente en las aberraciones genéticas como causa del cáncer, e ignoró el conjunto de investigaciones sobre el pH del cáncer y sus implicaciones para los enfoques terapéuticos[viii].

El trabajo de Warburg fue el catalizador de otro esfuerzo de investigación sobre la naturaleza de las células cancerosas, que comenzó en la década de 1930. A. Keith Brewer, PhD (físico), realizó experimentos sobre la relación entre las membranas celulares oxigenadas y energizadas y la captación de elementos, frente a las membranas celulares en estado no energizado, como las que presentan las células cancerosas. Escribió varios artículos sobre los mecanismos celulares de las células cancerosas y los cambios en el metabolismo inducidos o indicados por la falta o presencia de oxígeno en combinación con otros elementos, en particular potasio y calcio. Observó que las células cancerosas comparten una característica independientemente del tipo de cáncer: perdieron su mecanismo de control del pH.

La conclusión resumida de Brewer con respecto al cáncer fue que al cambiar el pH de las células cancerosas a alcalino (por encima de 7,5), dejarán de funcionar, ya que necesitan un entorno ácido y anaeróbico para desarrollarse. En otras palabras, propuso que las células cancerosas morirán si se las puede empujar a un estado alcalino y oxigenado[ix].

El trabajo de Brewer cita zonas del mundo en las que la incidencia del cáncer es muy baja. Estas zonas contienen concentraciones de minerales alcalinizantes en el suelo y el agua mayores que en otras partes del mundo. Por ejemplo, los Hunza del norte de Pakistán y los indios Hopi del oeste americano comparten condiciones de suelo y agua y una dieta similares. Los minerales elementales alcalinos de cloruro de cesio, germanio y rubidio están muy presentes en el suelo y el agua. La ingesta de estos elementos es correspondientemente alta. Estos pueblos también viven en climas altos y secos similares y cultivan huertos de albaricoques, comiendo tradicionalmente la fruta fresca o seca y las semillas cada día.

Cabe señalar que las semillas de albaricoque son la fuente del controvertido tratamiento contra el cáncer laetrilo o B-17 (amigdalina)[x] Las semillas de albaricoque contienen trazas de cianuro, que se identificó desde hace tiempo como un agente quimioterapéutico potencial contra la proliferación del cáncer[xi]. [Otras similitudes en la dieta incluyen un bajo consumo de productos lácteos, carne y trigo, ya que estos alimentos son difíciles de cultivar en climas altos y áridos, y un mayor consumo de mijo, trigo sarraceno, frutos secos y bayas en sus dietas tradicionales, todos los cuales contienen una concentración similar de cianuro.

Todo esto es muy interesante, pero ¿qué significa realmente para los pacientes de cáncer que desean evitar el dolor del cáncer y el curso típico de tratamiento con cirugía, quimioterapia y radiación? ¿Cuáles son las condiciones que obligan a las células cancerosas a cambiar su pH?

Los agentes quimioterapéuticos convencionales, como el Cytoxan, suelen causar más daño a las células normales que a las cancerosas, porque las células cancerosas tienen una membrana celular muy gruesa, no energizada, que esencialmente las protege de la absorción de muchos fármacos. Las células normales no tienen esa protección.

A la inversa, las células cancerosas no tienen forma de normalizar su pH interno, mientras que las células normales se ven relativamente poco afectadas por altas concentraciones de minerales alcalinizantes. Sin embargo, las células cancerosas absorben principalmente dos elementos: glucosa y potasio.

Por tanto, en la práctica es necesario encontrar una forma de guiar elementos alcalinizantes, como el cesio, el germanio o el rubidio, hacia las células cancerosas, sin afectar a las células normales. Resulta que esto puede hacerse utilizando un agente de transporte que penetre las barreras hueso/sangre, confiando entonces en la captación normal de elementos alcalinizantes que siguen la vía del potasio. Las células cancerosas parecen captar preferentemente cloruro de cesio, pero también germanio, rubidio, selenio, etc., todo ello a través de la vía del potasio.

Existe un compuesto que los enfermos de artritis aplican con frecuencia sobre la piel para aliviar la inflamación, que se utiliza en cirugía cerebral para aliviar la presión intracraneal y que se emplea tópicamente en medicina deportiva y veterinaria,[xii] también para reducir la inflamación. Este compuesto se llama dimetilsulfóxido (DMSO) y se forma en el lodo creado al remojar virutas de madera en agua, que es un subproducto de la industria papelera.

Según la tradición, se observó que los trabajadores de la industria papelera tenían las manos continuamente en agua, pero nunca desarrollaron artritis y tenían una piel que se curaba rápidamente y uñas fuertes. La experimentación con DMSO como tratamiento médico comenzó en el siglo XIX y continúa hasta nuestros días. El DMSO solo está aprobado médicamente en Estados Unidos para el tratamiento de la cistitis intersticial, un tipo de inflamación de la vejiga[xiii].

La razón por la que el DMSO es tan interesante para los pacientes con cáncer es que, además de sus propiedades antiinflamatorias, es un «agente portador». Penetra la barrera hematoencefálica y transporta consigo cualquier fármaco o mineral con el que se mezcle.

En la actualidad, la industria oncológica está interesada en el uso potencial del DMSO para transportar agentes quimioterapéuticos a las células cancerosas y traspasar su membrana protectora. Sin embargo, para cambiar la alcalinidad de las células cancerosas utilizando cloruro de cesio, germanio, rubidio y otros minerales alcalinizantes, el DMSO y su forma ingerible, el MSM, son un medio eficaz. Esencialmente, estos agentes transportan los minerales a todas las zonas del cuerpo, incluidos el cerebro, los órganos y la médula ósea, donde pueden utilizarse con otros nutrientes en el metabolismo celular ordinario.

El uso de minerales alcalinos aplicados tópicamente e ingeridos para cambiar el pH de las células cancerosas no es una idea nueva. Los experimentos controlados y el uso personal de este método se vienen realizando desde mediados del siglo pasado. Sin embargo, es importante señalar que el único ensayo clínico aprobado por la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) no obtuvo resultados extraordinarios[xiv] Alrededor del 50 por ciento de los participantes murieron, aunque si lee los resultados del estudio en detalle, descubrirá que habían sido declarados terminales antes de que comenzara el ensayo, y algunos de ellos ni siquiera tomaron un tratamiento. Otros sufrieron efectos secundarios, desde calambres en las piernas hasta arritmias cardíacas. Una lectura atenta le llevará a pensar que tal vez se les administró una dosis demasiado fuerte en un periodo de tiempo demasiado corto[xv].

A partir de esta investigación y de estudios posteriores, ahora se entiende que los minerales alcalinos parecen a las células normales y a las células cancerosas como el potasio. Todas las células necesitan potasio para funcionar. La razón por la que las células cancerosas absorben estos minerales alcalinos es su parecido con el potasio.

Sin embargo, desde el punto de vista funcional, estos minerales no pueden sustituir al potasio en el metabolismo celular. Mientras que la sustitución del potasio por minerales alcalinos crea exactamente el resultado deseado en las células cancerosas, aumento de la alcalinidad, cuando las células normales sustituyen el potasio por otros minerales a largo plazo, las consecuencias pueden ser bastante graves, ya que provoca un desequilibrio electrolítico, que se manifiesta como arritmia cardiaca y calambres en las piernas[xvi].

El remedio a esta condición de desequilibrio electrolítico, causada por la sustitución del potasio en las células sanas por otros minerales alcalinos durante la terapia del pH, es sencillo en su aplicación práctica. Los minerales alcalinos se ingieren o se aplican sobre la piel solo durante el día. Después, antes de dormir, el usuario debe tomar suplementos de cloruro potásico junto con otros electrolitos, como magnesio y calcio, si es necesario. El control médico de los niveles de potasio en sangre cada dos semanas es fundamental si un paciente de cáncer decide incorporar la terapia alcalina a su régimen oncológico.

Cuando se equilibran adecuadamente, los efectos secundarios del uso de minerales alcalinos se remedian en gran medida, si no completamente, mediante el reequilibrio electrolítico. A pesar del tono de «miedo, fuego, enemigo» de los Sres. Wiens et al. en el artículo citado anteriormente,[xvii] no hay riesgo de morir de un ataque al corazón (o de un calambre en la pierna), a menos que el paciente ignore el método adecuado de uso de los minerales alcalinos y no trabaje en consulta con un especialista experimentado. Una advertencia: el reequilibrio electrolítico no puede aplicarse correctamente con métodos casuales como consumir bebidas deportivas, sobre todo porque los productos comerciales suelen estar llenos de azúcar y sustancias artificiales. El reequilibrio electrolítico debe aplicarse cuidadosamente utilizando dosis específicas de suplementos, basadas en su composición sanguínea personal, en consulta con un experto en nutrición o endocrinólogo.

Mi experiencia personal con la terapia del pH ha sido espectacular. Vi a pacientes con cáncer terminal en fase cuatro recuperarse utilizando minerales alcalinizantes. Hay pacientes que informan de cánceres intratables, como cánceres nasales o de mama con metástasis total, que tras un tratamiento muy persistente de dosis minúsculas durante varios años, acabaron desapareciendo por completo. Los pacientes que nunca recibieron quimioterapia o radiación a menudo experimentan una rápida remisión después de cambiar a una dieta alcalina e incorporar el uso de minerales alcalinos en su régimen.

Sin embargo, la terapia del pH con minerales alcalinos requiere bastantes conocimientos (¡haga los deberes!) y se mejora mucho con el apoyo de un proveedor de minerales o un entrenador oncológico que tenga la experiencia necesaria para guiarlo en el proceso. Muchos proveedores de minerales venden minerales pero no tienen la capacidad de ayudar a los usuarios. Por lo tanto, es fundamental buscar un proveedor de minerales que pueda proporcionar referencias a una amplia información y que esté disponible para ayudarle a superar los momentos difíciles, ¡y los habrá!

Es mi experiencia personal directa que el cáncer puede ser controlado usando minerales alcalinos. Hay miles de personas que tuvieron experiencias positivas similares. ¿Funciona para todo el mundo? No. Sin embargo, si la terapia de pH alto se aplica correctamente, funciona para un porcentaje muy respetable de enfermos de cáncer, estimado en más de un 80 por ciento de tasa de respuesta por los proveedores. Esto es significativo si se compara con las terapias tradicionales.

Por eso puse en marcha la Fundación Alternativa contra el Cáncer, para ayudar a los enfermos de cáncer a sentirse cómodos utilizando terapias naturales eficaces, como la terapia del pH, como parte de su estrategia global de tratamiento. La fundación simplemente investiga y examina las afirmaciones de diversas ofertas alternativas para el cáncer, ¡y hay más de 400! Hasta la fecha, llegamos a la conclusión de que la terapia de pH elevado es una de las alternativas más eficaces, sobre todo para los cánceres en estadios avanzados.

Sin embargo, los resultados de la terapia alcalina (así como los de otras alternativas sólidas) aún no se documentaron de forma sistemática, de manera que la comunidad médica pueda comprender de forma fiable el impacto positivo que su incorporación al tratamiento del cáncer podría tener para cientos de miles de enfermos de cáncer. La recopilación de resultados es un proyecto en curso de The Cancer Alternative Foundation y debería resultar muy valioso tanto para los enfermos de cáncer como para sus médicos y cuidadores[xviii].

Por lo menos, creo que la terapia alcalina podría utilizarse como apoyo al tratamiento convencional, lo que mejoraría el resultado a largo plazo para los pacientes. Tengo la esperanza de que este enfoque natural prometedor y eficaz contra el cáncer sea más aceptado por los principales proveedores de atención oncológica, así como por aquellas personas iluminadas que buscan una alternativa natural y están dispuestas a cerrar los ojos y saltar.

Un enfoque alcalino del cáncer solo puede ayudarles a disfrutar de su futuro, ¡a tener uno!

Republicado de GreenMedInfo.com

[i] Cassileth, Barrie R. et al, Herb-Drug Interaction in Oncology, pp. 158-159; Memorial Sloan-Kettering Cancer Center, People’s Medical Publishing House, Shelton, CT 2010 [ii] Clark, J., Hunza in the Himalayas, National Geographic, 72, 38-45; 1963 [iii] Brewer, A. Keith y Passwater, R. Physics of the Cell Membrane V. Mechanisms involved in cancer; American Lab, 1975,- 8, 37-45 [iv] Brewer, A. Keith PhD, Cancer, Its Nature and a Proposed Treatment, 1997; Brewer Science Library; https://www.mwt.net/~drbrewer/brew_art.htm [v] Ibid, p. 15. [vi] //www.greenmedinfo.health/blog/nutrition-information-every-cancer-patient-should-know [vii] Warburg, Otto, On the Origin of Cancer Cells, Science, febrero de 1956, Vol. 123, No. 3191 [viii] Witting, Rainer y Coy, Johannes, The Role of Glucose Metabolism and Glucose-Associated Signaling in Cancer; Perspectives in Medicinal Chemistry, 2007; 1:64-82. Pp. 2; citado PubMed, https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC2754915 [ix] Cancer: The Mechanism Involved and a High pH Therapy, 1978 papers of A. Keith Brewer, Ph.D. & co-authors, Copyright A. Keith Brewer Foundation, 325 N. Central Ave., Richland Center, Wis, 53581. [x] Griffin, G. Edward, World Without Cancer: The Story of Vitamin B17, American Media, Westlake, CA 1974 [xi] Fatma Akinci Yildirim y M. Atilla Askin: Variability of amygdalin content in seeds of sweet and bitter apricot cultivars in Turkey. African Journal of Biotechnology Vol. 9(39), pp. 6522-6524, 27 September, 2010; Disponible en línea en https://www.academicjournals.org/AJB; DOI: 10.5897/AJB10.884; 600 mg. de semillas de albaricoque amargo contienen hasta 1,8 mg. de cianuro, mientras que las semillas dulces contienen hasta .9 mg. de cianuro. [xii]https://www.fda.gov/ICECI/ComplianceManuals/CompliancePolicyGuidanceManual/ucm074679.htm. [xiii]https://www.cancer.org/treatment/treatmentsandsideeffects/complementaryandalternativemedicine/pharmacologicalandbiologicaltreatment/dmso; Cuando se utiliza para esta afección, se instila una solución al 50% de DMSO en la vejiga a través de un catéter y se deja allí durante unos 15 minutos para aliviar la inflamación [xiv]https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/6522427 [xv] https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/19746253 [xvi] Weins, Matthew et al; Cesium chloride-induced torsades de pointes, Can J Cardiol. 2009 September; 25(9): e329-e331; https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC2780897 [xvii] Ibid. [xviii] Para hacer una donación a la Base de Datos de Resultados Alternativos de la Fundación Alternativa contra el Cáncer, visite el sitio web: https://www.thecanceralternative.org/donate_to_the_cancer_alternative_foundation.

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