El cáncer, ese formidable adversario que afecta a la vida de demasiados de nosotros, ha sido durante mucho tiempo un rompecabezas para los investigadores médicos. En el sitio web de Templeton Wellness, no hemos parado de hablar de los muchos factores que se han identificado como contribuyentes significativos al riesgo de cáncer, incluidas las toxinas, el medio ambiente, la genética y la epigenética.
Ahora hemos sabido que [un] reciente avance de la investigación australiana apunta a un culpable menos conocido oculto en lo más profundo de nuestras células: los ARN circulares (fragmentos genéticos circulares). Estos hallazgos han desencadenado una nueva revolución en la investigación médica y de biología molecular, arrojando luz sobre una nueva vía para comprender el desarrollo y la prevención del cáncer.
A medida que avanza el campo de la investigación oncológica, los circARN pueden desempeñar un papel cada vez más crucial en la identificación de los riesgos individuales de cáncer, el diseño de tratamientos personalizados y, en última instancia, el avance hacia estrategias de gestión del cáncer más eficaces y precisas.
ARN circulares
Los ARN circulares (circARN) son moléculas diminutas que se encuentran en el interior de nuestras células y tienen una forma circular única. A diferencia de los ARN rectos habituales, los circARN no tienen un punto de inicio o final claro, lo que los hace más estables y duraderos en nuestras células.
En el pasado, los científicos no prestaban mucha atención a los circARN, pero ahora muchos los consideran actores importantes en la formación del cáncer en el organismo.
Cómo se relacionan los circARN con el cáncer
Los científicos están realizando activamente estudios sobre los circARN para comprender sus funciones específicas en diferentes formas de cáncer. A medida que los científicos adquieran más conocimientos, los circARN pueden convertirse en herramientas útiles para ayudar a identificar los riesgos individuales de cáncer, desarrollar tratamientos específicos y mejorar el control general del cáncer.
Los investigadores han descubierto que determinados circARN pueden unirse al ADN de nuestras células y provocar mutaciones en el ADN que pueden desencadenar el desarrollo del cáncer. Este hallazgo, denominado «ER3D» (daño del ADN dirigido por ARN endógeno), abre una nueva vía de investigación en biología médica y molecular, sugiriendo que los circARN desempeñan un papel importante en la causalidad del cáncer.
Al estudiar los análisis de sangre neonatales de bebés que más tarde desarrollaron leucemia, por ejemplo, los científicos han observado que ciertos circARN estaban presentes en niveles más altos en esos bebés incluso antes de que apareciera ningún síntoma. Esto sugiere que la abundancia de circARN en las células podría ser un factor crucial para determinar por qué algunos individuos desarrollan cáncer y otros no. Nuevas investigaciones sobre el papel de los circARN en el cáncer podrían mejorar la identificación de riesgos y el desarrollo de tratamientos específicos.
El cáncer es una enfermedad compleja a la que contribuyen numerosos factores. Los ARN circulares no son más que una pieza del rompecabezas, y los científicos siguen esforzándose por comprender plenamente su impacto en el desarrollo del cáncer.
Las futuras estrategias de lucha contra el cáncer podrían utilizar los circARN de forma eficaz; sin embargo, es necesario seguir investigando para comprender plenamente su función y su relación con otros factores que contribuyen al desarrollo del cáncer.
Publicado originalmente en TempletonWellness.com
Referencias:
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