El Departamento de Correccionales y Rehabilitación de California anunció el 29 de abril que estaba investigando como suicidio la muerte de un recluso condenado, y reconoció que la muerte de otro recluso estaba bajo investigación.
El recluso condenado Daniel Jenkins, de 68 años, fue encontrado inconsciente en su celda el lunes por la mañana, dijo el departamento. Jenkins, que se encuentra en el corredor de la muerte de la prisión desde 1988, fue declarado culpable del asesinato en 1985 de Thomas C. Williams, un detective fuera de servicio de la policía de Los Ángeles, a quien le disparó en represalia por haber testificado en un caso en su contra apenas unas horas antes, según informes de los medios de la época.
Los registros del departamento también muestran que una muerte ocurrió poco antes de la medianoche del 25 de abril en el Bloque Oeste de la prisión. Las fuentes dicen que James Healy, de 43 años, fue asesinado por su nuevo compañero de celda, un conocido miembro de una pandilla, golpeado hasta la muerte con fuerza contundente usando un “candado en un calcetín”.
Los incidentes se produjeron tras una visita de alto perfil del gobernador de California, Gavin Newsom, quien recibió a una delegación noruega en un recorrido por la prisión el 16 de abril.
San Quentin es el modelo para un amplio conjunto de reformas que California espera implementar en sus 34 prisiones, basadas en el modelo de justicia penal del país escandinavo, que se centra en la rehabilitación, la educación y el reingreso en lugar del castigo, y al que se le atribuye la reducción de las tasas de reincidencia.
Un canal de YouTube, que filtró otros incidentes antes de que el departamento los anunciara oficialmente, también informó el viernes sobre el presunto homicidio del 25 de abril, identificando al perpetrador como un conocido miembro de una pandilla y a la víctima como un desertor de la pandilla.
Cuando se le preguntó sobre el homicidio del 25 de abril, el departamento penitenciario reconoció la muerte, pero dijo que la causa aún no ha sido confirmada por un informe forense.
Históricamente, el departamento penitenciario ha alojado por separado a los desertores de las pandillas y a los miembros activos de las pandillas, para proteger a los primeros de ataques mortales de represalia, pero en los últimos años estas poblaciones se han integrado como parte de sus esfuerzos de reforma.
Los reclusos de California le han dicho a The Epoch Times que temen represalias si se quejan o se niegan a aceptar a un nuevo compañero de celda, y que obtener un “escrito” por tal negativa puede llevar a que se les niegue o retrase la libertad condicional.
Algunos observadores sostienen que los reclusos que son miembros activos de pandillas y no están interesados en reformarse no deberían ser alojados en un centro de “programación” o rehabilitación como San Quentin. El departamento penitenciario ha dicho que no investiga a los reclusos antes de enviarlos a centros de rehabilitación.
Los esfuerzos de reforma del estado se han visto empañados por una fuerte escalada de violencia en los últimos años, a medida que las autoridades han tratado de integrar grupos anteriormente separados (pandillas y no pandillas, pandillas rivales y poblaciones con “necesidades especiales” o protegidas) con la población general.
Una revisión de The Epoch Times a los datos de los informes de incidentes de los últimos años mostró que las agresiones y las golpizas tanto a reclusos como a agentes, el uso de la fuerza y las agresiones sexuales han aumentado significativamente en las prisiones del estado, incluso cuando su población disminuye.
Los registros muestran que se produjeron otros incidentes en San Quintín la semana pasada, incluidas dos agresiones a un recluso con un arma, una de ellas con uso de la fuerza.
En todo el sistema, el departamento penitenciario ha informado sobre cuatro sobredosis mortales, tres homicidios, un intento de homicidio, un suicidio y un uso mortal de la fuerza en abril, con otras muertes pendientes de investigación. En todo el sistema, ha habido ocho homicidios de reclusos confirmados y tres casos de uso mortal de la fuerza en lo que va del año.
Newsom ha asignado 360 millones de dólares para transformar San Quentin en un centro de rehabilitación.
Como parte de esos esfuerzos en curso, la prisión anunció el mes pasado que cerraría su corredor de la muerte y transferiría a todos los reclusos condenados a patios de población general en prisiones de todo el estado, una medida que los expertos sugirieron que podría conducir a un aumento de la violencia.
Actualmente hay 640 reclusos condenados en el sistema.
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