Un estudiante de un centro de educación superior en China recibe la orden de un funcionario del partido de su escuela de ponerse en contra de su buen amigo y compañero de clase, cuando habla frente a una clase sobre cómo su compañero ha sido «desviado» por un sistema de creencias morales que el régimen comunista ha prohibido.
Ese es uno de los momentos apasionantes de la película «Unsilenced«, estrenada recientemente, y basada en los hechos reales de dos parejas chinas de la prestigiosa Universidad de Tsinghua, cuando su vida normal universitaria dio un vuelco después de que se convirtieran en objetivo de la persecución nacional de China contra Falun Gong.
El director de la película, Leon Lee, que ganó un premio Peabody por su documental de 2014 «Cosecha Humana» (Human Harvest), dijo que la escena de la clase mostraba que la persecución de China a la antigua práctica china de superación y meditación va más allá de obligar a los individuos a renunciar a sus creencias, en una reciente entrevista con el programa «American Thought Leaders» de EpochTV.
«En China, en todas las escuelas, en todos los lugares de trabajo medianos o grandes, a veces incluso en las empresas privadas, en el ejército, en las organizaciones de noticias, en casi todos los lugares, incluso en su comunidad, en su barrio, habrá un representante del Partido Comunista que será responsable de llevar a cabo las políticas del partido», dijo Lee.
En otras palabras, «toda la nación está movilizada en la represión contra Falun Gong», añadió Lee. «Sus colegas, sus compañeros de clase, sus amigos, todo el mundo está movilizado [para] ponerse en su contra».
«Así que, en cierto sentido, la represión destruyó por completo a toda la nación», dijo Lee.
Falun Gong, también conocido como Falun Dafa, es una práctica espiritual con ejercicios de meditación y principios morales basados en la verdad, la benevolencia y la tolerancia. Según las estimaciones oficiales, había entre 70 y 100 millones de practicantes antes de que el régimen chino la prohibiera en 1999, aproximadamente el mismo número de miembros del Partido Comunista en el poder.
La popularidad de la práctica enfureció al antiguo mandatario chino Jiang Zemin, que la consideraba una amenaza tanto para su gobierno como para las ideologías del Partido Comunista Chino (PCCh). En julio de 1999, Jiang lanzó una persecución para arrestar y detener a los practicantes de Falun Gong.
Millones han sido detenidos en prisiones, campos de trabajo y otras instalaciones, y cientos de miles han sido torturados mientras estaban encarcelados, según el Centro de Información de Falun Dafa. A fecha de este mes, hay más de 4700 muertes conocidas que se pueden documentar como resultado de la persecución, según Minghui.org, una página web con sede en EE. UU. que hace un seguimiento de la persecución, aunque varios expertos dicen que la cifra real es probablemente mucho mayor.
A nivel individual, Lee dijo que la escena también explica que es imposible que los individuos «tengan una vida» incluso si deciden seguir la línea del PCCh y renunciar a su fe.
«Esta escena, esta experiencia muestra que, no, no tendrás una vida. No basta con renunciar a tu fe; tienes que entregar a tus amigos, tienes que traicionar a la gente que quieres, tienes que vender completamente tu alma al régimen para sobrevivir», dijo Lee.
Y añadió: «¿Y todavía se llama a eso sobrevivir? ¿Se sigue llamando a eso vivir?»
La película explora la vida de Wang Tingwu (el personaje principal de la película que vio cómo su compañero de clase se volvía contra él), que era uno de los estudiantes más brillantes de la Universidad de Tsinghua antes de ser expulsado de la escuela y convertirse en «enemigo del Estado», según Lee. El director de la película dijo que Wang acabó pasando ocho años en una prisión china por sus creencias antes de escapar de China.
En la película, la persecución a Falun Gong por parte de China llama la atención de Daniel Davis, un reportero de un periódico occidental interpretado por Sam Trammel, que decide investigar el asunto, a pesar de las advertencias de su ayudante Ming Xu, interpretada por Anastasia Lin, Miss Mundo Canadá 2015 y una activista de los derechos humanos en China. El modo de proceder de ambos en un entorno opresivo constituye una gran parte de la película.
«El régimen chino tenía varias formas de censurar, controlar o influir en los reporteros extranjeros en China», dijo Lee. «[El] reportero es un personaje compuesto. Entrevisté a muchos reporteros que [estaban] destinados en China. Y pude incorporar algunas de sus experiencias a este personaje».
Lee dijo que China censura a los periodistas extranjeros manipulando su programa de visados.
«A veces solo les dan, por ejemplo, tres meses de visado o seis meses de visado. Y en función de los artículos que escriban durante este periodo de tiempo, su visado puede ser prorrogado o no».
«Por eso, para muchos de ellos poder informar de la verdad, es una lucha constante», dijo Lee.
Para Lee, la película es mucho más que una simple historia de derechos humanos en China.
«Si observamos a la gente en China, como se ve en la película, lo lejos que están dispuestos a llegar para decir la verdad, creo que es inspirador, para mí al menos», dijo Lee.
«A veces decir la verdad tiene un coste, pero en ningún caso se puede comparar con el coste y los riesgos que corren personas como Wang en la película, los profesionales en China. Así que, si ellos pueden hacer lo que hacen en China, enfrentándose a la tortura, enfrentándose a la detención, creo que podemos hacerlo mejor en Occidente».
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