El pánico se apoderó del condado de Los Ángeles el 12 de mayo cuando los comentarios de la directora de salud, la Dra. Barbara Ferrer, recibieron amplia publicidad: las órdenes de confinamiento «con toda seguridad» se extenderían por los próximos tres meses.
Desde entonces, los funcionarios del condado han aclarado que esos comentarios se tomaron fuera de contexto y el condado apunta a relajar las restricciones en los próximos meses. El 19 de mayo, los funcionarios anunciaron el objetivo de una amplia «reapertura segura» del condado, antes del 4 de julio.
También anunciaron que algunos negocios, incluidos los peluqueros de mascotas y los lavados de autos, podrían reabrir inmediatamente.
Pero muchos propietarios de pequeñas empresas siguen confundidos y preocupados por lo que les ocurrirá en los próximos meses.
El condado de Los Ángeles ha tenido más muertes reportadas por COVID-19 que el resto del estado combinado. Entonces, las reaperturas de negocios pueden ocurrir de manera diferente allí que en el resto de California.
«Si se extiende [el confinamiento], no hay forma de que pueda permanecer en el negocio», dijo a The Epoch Times Ashley R., propietaria de un salón en el condado. Ella volvió a abrir el 15 de mayo desafiando las órdenes de la ciudad, pero no atiende a tantos clientes y vive con miedo a represalias.
Ashley recibió una notificación de la Junta de Peluquería y Cosmetología de California en la que se le advierte que puede tomar medidas disciplinarias contra las licencias de los salones que reabren antes de tiempo.
El Programa de Protección de Cheques de Pago (PPP) ayudó a pagarle a sus cuatro empleados a corto plazo, pero ese dinero «se agota esta semana», dijo el 19 de mayo.
Ella dio a luz el 1 de febrero.
«Tengo que pagar las facturas del hospital», dijo. «No puedo simplemente no pagarles».
Los cierres generan miedo
Otro propietario de un negocio en el condado, que prefirió no ser identificado, también ha estado operando mientras teme por las represalias.
Está bastante seguro de que su negocio entra en la categoría de servicios esenciales, como una tienda de «fabricación ligera», pero sigue siendo cauteloso.
El 12 de mayo, el mismo día en que el condado quedó impactado por los titulares sobre otros tres meses de confinamiento, cuatro autos de la policía se detuvieron en su tienda.
Entró un oficial y le preguntó si estaba abierto.
«Dije:» No, estamos cerrados «. [El oficial] parecía muy aliviado. Creo que dije exactamente lo que él quería oír.
«Antes de irse, dijo: ‘¿Te importaría cerrar la puerta?’» El propietario dijo que lo haría, pero «por supuesto, no la cerré con llave. Ha estado abierto desde entonces».
Fue después de ese encuentro que él miró si encaja en los servicios esenciales o no. Ya había sido visitado por oficiales una vez antes de eso. Sus empleados estuvieron fuera del trabajo durante ocho semanas antes de que los trajera de vuelta.
‘No voy a ser un desertor”
Vic Parrino, propietario del restaurante italiano de Colombo en Eagle Rock, condado de Los Ángeles, le dijo a The Epoch Times que necesita volver al servicio completo para llegar a fin de mes.
«No voy a ser un desertor «, dijo. «No puedo permitirme perder mi licencia de licor».
“Inicialmente, cuando el alcalde ordenó el cierre completo el 15 de marzo, nos dijeron que podríamos reabrir el 15 de abril. Luego fue el 19 de abril. Y ahora, parece que podría ser agosto o más tarde”.
«No creo que el dinero del PPP dure hasta agosto».
El restaurante ha estado en su familia desde 1954, y en los últimos meses, sus ventas brutas han caído en un 95 por ciento.
No está seguro de qué inversiones serán necesarias para abrir el comedor. Instalar separadores de plexiglás entre las cabinas le costaría todo lo que gana durante una semana en comida para llevar.
«Todavía no sabemos qué se requerirá», dijo Parrino.
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