Un día después de que ambos mandatarios conversaran, la presidenta de México, Claudia Sheinbaum Pardo, negó la declaración del presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, de que México cerrará su frontera con Estados Unidos.
“Cada quien tiene su manera de comunicar, pero yo les puedo asegurar, les doy la certeza, de que nunca, además seríamos incapaces, planteamos que íbamos a cerrar la frontera en el norte», dijo Sheinbaum durante una conferencia de prensa matutina el 28 de noviembre.
«Nunca fue nuestro planteo y, por supuesto, no estamos de acuerdo con ello».
Trump había declarado la víspera que ambos sostuvieron una «conversación productiva» después de reiterar a principios de semana sus intenciones de aplicar un arancel del 25 por ciento a todas las exportaciones que entren en Estados Unidos procedentes de México y Canadá. Trump sugirió que los aranceles serían una represalia por la inmigración ilegal, el crimen y el tráfico de drogas a través de las fronteras norte y sur.
«[Sheinbaum] acordó detener la migración a través de México y hacia Estados Unidos, cerrando efectivamente nuestra frontera sur. También hablamos sobre lo que se puede hacer para detener la entrada masiva de drogas a los Estados Unidos, y también, el consumo estadounidense de estas drogas», escribió Trump en un par de publicaciones en Truth Social.
«México impedirá que la gente vaya a nuestra frontera sur, con efecto inmediato».
Minutos después, Sheinbaum publicó en X que tuvo una «excelente conversación con el presidente Donald Trump», en la que dialogaron sobre los esfuerzos continuos de su país para aliviar la crisis fronteriza ayudando a los migrantes antes de que intenten el viaje.
«Discutimos la estrategia de México sobre el fenómeno migratorio, y compartí que las caravanas no están llegando a la frontera norte porque están siendo atendidas en México», escribió en español.
«Le expliqué a Trump la estrategia integral que México ha seguido para atender el fenómeno migratorio, respetando los derechos humanos», dijo Sheinbaum. «Gracias a ello, los migrantes y las caravanas son atendidos antes de llegar a la frontera. Reiteramos que la posición de México no es cerrar fronteras, sino tender puentes entre gobiernos y entre pueblos».
Previamente, la presidenta mexicana había señalado que su país ha trabajado con la administración Biden-Harris para frenar el flujo de migrantes en la frontera, lo que provocó una reducción del 75 por ciento en los cruces fronterizos en los últimos 12 meses.
Después de hablar con Trump por teléfono, Sheinbaum no abordó ninguna política nueva relacionada con la inmigración o esfuerzos para evitar posibles aranceles, y en su lugar explicó las formas en que México ya intentó abordar la crisis fronteriza.
Antes de que ambos líderes hablaran, Sheinbaum había manifestado que intentaría trabajar con Trump, pero que México impondría aranceles de represalia si el presidente electo cumplía su amenaza original.
«Un arancel seguirá a otro y así sucesivamente, hasta poner en riesgo nuestros negocios comunes», advirtió.
El miércoles, Trump no hizo comentarios sobre la amenaza arancelaria ni si la había discutido durante su conversación con Sheinbaum. Tanto la oficina de Sheinbaum como el equipo de transición de Trump no respondieron a las solicitudes de comentarios tras su llamada telefónica.
El presidente Joe Biden criticó la amenaza arancelaria mientras hablaba con periodistas el jueves.
«Espero que lo reconsidere, y creo que es algo contraproducente», dijo Biden. «Lo último que necesitamos es complicar esas relaciones» con México y Canadá.
Trump también sugirió que impondrá aranceles entre el 60% y el 100% a las exportaciones chinas que lleguen a suelo estadounidense.
El mes pasado, el Departamento de Justicia acusó a ocho empresas chinas, alegando que fabricaban y distribuían los precursores químicos utilizados para producir fentanilo, un potente opioide sintético que ha provocado decenas de miles de muertes en Estados Unidos cada año.
Se culpó al Partido Comunista Chino (PCC) de permitir que estos precursores químicos fluyan hacia países como México, Canadá y Estados Unidos, agravando aún más la epidemia de fentanilo.
El régimen chino niega las acusaciones.
«La idea de que China permita a sabiendas que los precursores del fentanilo fluyan hacia Estados Unidos es totalmente contraria a los hechos y a la realidad», declaró Liu Pengyu, portavoz de la embajada china.
«Sobre la cuestión de los aranceles de Estados Unidos a China, China cree que la cooperación económica y comercial entre China y Estados Unidos es de naturaleza mutuamente beneficiosa».
«Nadie ganará una guerra comercial o una guerra de aranceles».
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