El presidente argelino, Abdelmadjid Tebboune, regresó este martes a Argelia, más de dos meses después de que fuera trasladado de urgencia y en secreto a un hospital de Alemania aquejado del virus del PCCh (Partido Comunista Chino), también conocido como nuevo coronavirus.
Según la televisión oficial, a su llegada a la capital argelina el mandatario se reunió con el jefe del Estado Mayor del Ejército, general Said Chenegriha, y con el primer ministro, Abdelaziz Djerad.
En una breve declaración, Tebboune, que apareció visiblemente delgado y envejecido, aseguró que «estar lejos del país es algo particularmente delicado, especialmente para alguien que ocupa un cargo de responsabilidad».
«Deseo al pueblo argelino todo lo mejor y un nuevo año lleno de alegría, especialmente para los más necesitados», agregó el mandatario, quien admitió que aún le queda algún tiempo antes de estar completamente recuperado.
La presidencia argelina anunció el pasado 24 de octubre que Tebboun, de 75 años, había quedado en aislamiento preventivo después de que un miembro de su séquito diera positivo por covid-19.
Dos días después, y en medio del hermetismo que caracterizó la grave enfermedad de sus predecesor, Abdelaziz Bouteflika, se anunció que había sido ingresado en el hospital militar Ain Naâdja, de Argel, aquejado el mismo de la enfermedad.
Un día más tarde se anunció que había sido trasladado a Alemania, a un hospital no revelado, donde ha estado oficialmente hasta que este martes la televisión estatal difundiera las imágenes de su reunión con los jefes del Ejército y Gobierno.
Tebboune fue elegido presidente de Argelia hace un año en unas elecciones boicoteadas por la oposición y que arrojaron la mayor tasa de abstención de la historia moderna de Argelia, superior a un 60%.
Ocho meses antes, Bouteflika -gravemente enfermo y prácticamente incapacitado- se había visto obligado a dimitir forzado por las protestas masivas en la calle del movimiento popular «Hirak» y la presión del Ejército.
Nada más renunciar, el entonces jefe de las Fuerzas Armadas, general Ahmed Gaïd Salah, impulsó una supuesta campaña de «manos limpias» que ha llevado a prisión a decenas de periodistas, empresarios y políticos próximos al círculo intimo del mandatario, entre ellos su hermano y consejero Said y los primeros ministros Ahmed Ouyahia y Abdelmalik Sellal.
Pese a las restricciones de movimiento impuestas a consecuencia de la Covid-19, el Hirak mantiene vivas las protestas y exige la caída del régimen militar que domina Argelia desde la independencia de Francia en 1962, al que que acusa de corrupto, y del gobierno de Tebboune, quien también fue ministro y jefe de Gobierno bajo el mandato de Bouteflika.
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