El presidente del Banco de la Reserva Federal de Chicago dijo que tiene esperanzas de que la inflación siga bajando, pero señaló varias advertencias para la economía, entre estas el enfriamiento del gasto de los consumidores, un motor económico clave.
El presidente del Banco de la Reserva Federal de Chicago, Austan Goolsbee, indicó en una entrevista el 24 de junio en CNBC que es «muy optimista en cuanto a la mejora» de la inflación, y añadió que necesita «un poco más de confianza» en que las presiones sobre los precios están bajando, después de varias lecturas por encima de lo esperado en los últimos meses.
Los responsables políticos tienen que sopesar si el nivel relativamente alto de la tasa de interés de referencia de la Fed, ahora dentro de un rango de 5.25 a 5.5 por ciento, es apropiado para una economía que está empezando a mostrar parches de suavidad, dijo el Sr. Goolsbee.
La situación económica actual está lejos de lo que podría describirse como un «recalentamiento tradicional», dijo el dirigente, señalando que hay «un par de señales de alarma» a tener en cuenta.
El Sr. Goolsbee destacó el aumento de las solicitudes de subsidio de desempleo, el incremento de las tasas de morosidad y lo que parece ser un enfriamiento del gasto de los consumidores, factores todos ellos que, en su opinión, hacen que «merezca la pena preguntarse en qué punto de nuestra escala de restricción nos encontramos», en referencia al nivel de los tipos de interés.
Señales de alarma
Las señales de alarma mencionadas por el presidente de la Fed de Chicago apuntan a un enfriamiento del mercado laboral y a signos de debilidad del consumo.
Las peticiones iniciales de subsidio de desempleo, que miden el número de personas que solicitan por primera vez el seguro de desempleo, se situaron en 238,000 en la semana finalizada el 15 de junio, ligeramente por encima de las previsiones.
La media móvil de cuatro semanas fue de 232,750, un aumento de 5500 respecto a la semana anterior y el nivel más alto desde septiembre de 2023. La media móvil de cuatro semanas, que ofrece una imagen más clara de la tendencia general, no ha dejado de subir desde finales de abril, cuando 210,250 personas solicitaron el subsidio de desempleo.
Además del aumento constante de las solicitudes de subsidio de desempleo, que apuntan a un debilitamiento del mercado laboral, la economía estadounidense también ha experimentado un aumento de la morosidad, junto con un incremento de la preocupación de los estadounidenses por perder su empleo.
Un informe de abril del Banco de la Reserva Federal de Filadelfia dio una señal de alarma sobre la capacidad de los consumidores estadounidenses para pagar sus deudas de tarjetas de crédito. La proporción de cuentas de tarjetas de crédito con pagos vencidos alcanzó máximos históricos en cada horizonte temporal, 30 días, 60 días y 90 días, según los datos del cuarto trimestre de 2023 de la Fed de Filadelfia.
Otra señal de la tensión de los titulares de tarjetas vino en forma de datos sobre el comportamiento de pago. El informe de la Fed de Filadelfia mostró que la proporción de cuentas que realizan pagos mínimos, en lugar de pagar una mayor parte del saldo adeudado, aumentó 34 puntos básicos con respecto a la lectura del trimestre anterior, alcanzando también un máximo histórico.
Un informe sobre las expectativas de los consumidores elaborado por el Banco de la Reserva Federal de Nueva York, en abril, mostró que la preocupación de los estadounidenses por perder su empleo alcanzó su nivel más alto desde septiembre de 2020, un año marcado por una profunda recesión relacionada con la pandemia. El mismo informe también mostró que la preocupación de los consumidores por poder hacer frente a los pagos mínimos de la deuda subió a su nivel más alto desde que se produjo la pandemia.
Estas preocupaciones relacionadas con la deuda se vieron confirmadas en mayo por un informe del Banco de la Reserva Federal de Nueva York, que indica que el flujo global de morosidad grave (definida como 90 días o más de retraso) aumentó en el primer trimestre hasta el 1.08%, frente al 0.71% del trimestre comparable del año anterior.
Aunque la tasa de morosidad general se mantuvo relativamente baja en términos históricos, las tasas de morosidad en varias categorías específicas, incluidas las tarjetas de crédito, los préstamos para automóviles y los préstamos al consumo, experimentaron aumentos bastante pronunciados.
Las tasas de morosidad de las tarjetas de crédito, por ejemplo, aumentaron hasta el 4.57% en el primer trimestre de 2024, frente al 3.04% en el trimestre comparable de hace un año. La categoría de deuda definida como «otros», que incluye tarjetas minoristas y diversos préstamos al consumo, saltó al 4.35% en el primer trimestre, frente al 2.88% en el periodo comparable del año anterior.
Gasto de los consumidores
Los últimos datos sobre el gasto de los consumidores, que representa aproximadamente dos tercios de la producción económica y, por tanto, es un motor clave de la economía estadounidense, también mostraron una señal de advertencia en los últimos meses. Según los datos del Censo de EE. UU., las ventas al por menor, un indicador del gasto de los consumidores, aumentaron apenas 0.1% en mayo, tras caer un 0.2% en abril.
«Con el ritmo de las ventas minoristas en su punto más débil desde la gran recesión, con la demanda de viajes en avión retrocediendo y el gasto en experiencia empezando a mostrar fatiga, la economía está en un punto de inflexión», dijo el economista David Rosenberg en un posteo en X.
Un reciente informe de la consultora McKinsey mostraba que el optimismo de los consumidores cayó en el segundo trimestre de 2024 a su nivel más bajo desde finales del año pasado.
«El pesimismo económico creció ligeramente, alimentado por las preocupaciones sobre la inflación, el agotamiento de los ahorros personales y la debilidad percibida en el mercado laboral», escribieron los autores del informe.
El informe mostró un aumento de la intención de los consumidores de gastar en artículos de primera necesidad en los próximos tres meses, mientras que los consumidores planeaban reducir su gasto en artículos discrecionales.
Un informe de Deloitte de finales de mayo presentó un panorama similar. En él se indicaba que el índice de bienestar financiero de los consumidores de la empresa se habían mantenido estables en los últimos meses, pero las intenciones de gasto futuro «siguen apuntando a que los consumidores se centran más en ahorrar que en gastar en exceso».
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