Los gobiernos, legisladores y organizaciones de derechos humanos occidentales pidieron a China que ponga fin a la continua represión en contra de los abogados y activistas de derechos humanos al cumplirse el noveno aniversario de una represión a gran escala que realizó el régimen comunista chino en su contra.
Los presidentes del Comité Ejecutivo del Congreso de Estados Unidos sobre China instaron al Secretario de Estado, Antony Blinken, y a la secretaria del Tesoro, Janet Yellen, a buscar responsabilidad, incluidas sanciones, para los funcionarios chinos responsables de su tortura y detención arbitraria.
“A los abogados de derechos humanos detenidos durante la #709Crackdown (Represión 709) se les debe permitir viajar sin restricciones”, escribió el comité en un posteo del 9 de julio en la plataforma de redes sociales X.
En 2015, el Partido Comunista Chino (PCCh) inició una campaña a nivel nacional dirigida hacia abogados y activistas de derechos humanos y sus familias. Para el 9 de julio de ese año, más de 300 abogados y activistas en todo el país habían sido arrestados, en lo que más tarde se conoció como la “Represión 709”, o simplemente “709”.
La embajadora de Alemania en China, Patricia Flor, pidió al PCCh que anule las sentencias sobre los 709 casos.
“Los abogados del ‘709’ son un grupo distinto de valientes defensores de los derechos humanos chinos cuya incesante búsqueda de justicia resultó en la pérdida de libertades básicas, así como la pérdida de la inclusión social y económica; en algunos casos, esto se extiende incluso a sus familias”, dijo la Sra. Flor en un posteo del 9 de julio en las redes sociales.
“Hago un llamado a las autoridades de China para que anulen (…) las sentencias sobre los casos ‘709’ y restablezcan los derechos de estos defensores y sus familias. Merecen ser homenajeados”.
La Sociedad de Abogados de Inglaterra y Gales, el Instituto de Derechos Humanos de la Asociación Internacional de Abogados y Lawyers for Lawyers también emitieron una declaración conjunta con motivo del noveno aniversario. Ellos pidieron al régimen chino que “ponga fin a la detención ilegal y la tortura de abogados y defensores de derechos humanos” y que “realice una investigación independiente en relación con las acusaciones de tortura y haga que los responsables rindan cuentas”.
El Grupo de Abogados de Derechos Humanos de China celebró un seminario en línea el 9 de julio, reuniendo a abogados de derechos humanos, familiares de víctimas y simpatizantes para discutir cómo seguir defendiendo los derechos humanos en la era que llaman “totalitarismo 2.0” en China.
En una declaración emitida antes del evento, dijeron que con tantos abogados de derechos humanos incapaces de ejercer su profesión con normalidad, los ciudadanos chinos están obligados a enfrentar violaciones más graves en los tiempos actuales y en el futuro.
La declaración instaba a los defensores de los derechos humanos a “nunca rendirse”, “abrazar ideales y visiones” y “estar preparados para el renacimiento de la nación y navegar a través de la noche oscura”.
Gao Zhisheng
Nueve años después de la represión del 709, algunos de los abogados siguen bajo custodia china.
Entre ellos se encuentra Gao Zhisheng, un reconocido abogado de derechos humanos que desapareció de su casa en la provincia de Shaanxi, en el norte de China, en agosto de 2017. Su familia dijo que no saben si todavía está vivo.
“Han pasado ocho años desde que desapareció Gao Zhisheng. La información sobre él se ha convertido en el máximo secreto del PCCh”, dijo la esposa del Sr. Gao, Geng He, en un posteo en las redes sociales en su 60 cumpleaños en el mes de abril. “Gao Zhisheng decidió actuar según lo que le decía su conciencia y pagó un precio por ello. Nosotros elegimos estar con él y soportar las tragedias de la vida junto con él”.
El Sr. Gao, un abogado autodidacta y cristiano devoto, fue nominado tres veces al Premio Nobel de la Paz. Comenzó a ejercer la abogacía en 1996, defendiendo a las víctimas de confiscaciones de tierras por parte del gobierno; a las familias de los mineros que buscaban compensación después de que sus seres queridos murieran en accidentes en minas de carbón; y a los cristianos y practicantes de Falun Gong perseguidos.
Antes de su desaparición, el Sr. Gao fue puesto bajo arresto domiciliario tras ser liberado de prisión en agosto de 2014, por una condena de 2006 de “incitar a la subversión del poder estatal”.
El cargo de subversión es un cargo general que el PCC utiliza a menudo contra los disidentes.
Ding Jiaxi, Xu Zhiyong
En otro caso de alto perfil, Ding Jiaxi y Xu Zhiyong, ambos abogados de derechos humanos y figuras prominentes del Movimiento de Nuevos Ciudadanos, fueron sentenciados a 14 y 12 años, respectivamente, por una corte china en abril de 2023, después de haber sido declarados culpables bajo cargos generales.
El Movimiento de Nuevos Ciudadanos promueve los derechos civiles, hace campaña por una mayor transparencia con respecto a la riqueza de los funcionarios del PCCh y busca la transición pacífica de China hacia el constitucionalismo.
Los señores Xu y Ding fueron detenidos después de organizar y asistir a una reunión privada en diciembre de 2019 en Xiamen, una ciudad en la provincia de Fujian, en el sur de China, para discutir la sociedad civil y las reformas políticas con asociados de ideas afines. Aproximadamente medio año después, fueron juzgados a puerta cerrada.
Durante los meses que estuvieron detenidos, los dos fueron sometidos a torturas y malos tratos, incluida la privación prolongada del sueño, interrogatorios mientras los obligaban a sentarse en un dispositivo de inmovilización llamado “silla del tigre”, restricciones de comida y agua y privación del acceso a duchas, según la esposa del Sr. Ding, Sophie Luo.
“Las autoridades han estado manejando estos dos casos completamente en contra de la Constitución y las leyes penales chinas desde el principio hasta el final”, dijo la Sra. Luo en una audiencia en el Congreso en 2023. “El PCCh es un gobierno bárbaro que no respeta ninguna regla legal».
Wang Yu
Los que han sido liberados todavía viven bajo vigilancia.
Wang Yu, quien fue encarcelada durante la represión 709. Ahora está sujeta a una prohibición de viajar y la policía lo acosa, amenaza, registra y agrede físicamente reiteradamente, según el Departamento de Estado de Estados Unidos. El PCCh la persiguió por su trabajo en defensa de activistas, agricultores y practicantes de Falun Gong.
Sus diligentes esfuerzos le valieron el reconocimiento mundial. En 2016, recibió el Premio Internacional de Derechos Humanos Ludovic-Trarieux, un honor anual que se otorga a destacados abogados de derechos civiles. El mismo año, la Asociación Estadounidense de Abogados (ABA) le otorgó el primer Premio Internacional ABA de Derechos Humanos. En 2021, la Sra. Wang recibió el “Premio internacional a mujeres con coraje 2021”.
Menos de dos semanas antes de la Represión 709, la Sra. Wang tuvo una entrevista en profundidad con la edición en chino de The Epoch Times, en la que explicó qué la impulsó a defender a los practicantes de Falun Gong.
Falun Gong, una disciplina de meditación basada en los principios de verdad, benevolencia y tolerancia, ha sido objeto de una implacable campaña de persecución en la China comunista.
Durante los últimos 25 años, los practicantes de Falun Gong —que ascendían a 100 millones en 1999 según estimaciones de la época— han enfrentado prolongados encarcelamientos, torturas, trabajos forzados y sustracción forzada de órganos.
“Extirpar órganos de personas cuando están vivas. Es absolutamente horrible. Solo escucharlo me da escalofríos”, dijo la Sra. Wang a The Epoch Times en julio de 2015. “No es aceptable para una sociedad moderna y civilizada”.
La Sra. Wang dijo en ese momento que estaba muy consciente de la brutal persecución que enfrentan los practicantes de Falun Gong y que estaba conmovida por su espíritu de defender sus principios.
Los practicantes de Falun Dafa “son personas bien consideradas, amables y serviciales, como lo confirman sus familias, vecinos y colegas”, dijo la abogada en ese momento.
“Parece que estoy ayudando a los practicantes de Falun Gong, pero en realidad estoy defendiendo a todos nosotros. No podemos quedarnos impasibles y permitir que el gobierno pisotee los derechos de sus ciudadanos de esta manera”, afirmó Wang Yu. “Aunque mi influencia puede ser limitada, creo que todavía puede marcar alguna diferencia. Esta es una creencia compartida por todos los abogados de derechos humanos”.
Con la contribución de Frank Fang y Eva Fu
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