El acusado de disparar en la escuela secundaria de Michigan, Ethan Crumbley, convenció a los directivos escolares de que los dibujos violentos que realizó en clase eran de un «videojuego», según una carta que fue hizo pública la comunidad de Oxford High School del superintendente de las Escuelas de la Comunidad de Oxford, Tim Thorne.
Crumbley de 15 años, fue acusado de varios cargos de homicidio y terrorismo por un tiroteo la semana pasada en Oxford High School que dejó un saldo de cuatro estudiantes muertos y varios heridos. Sus padres, James y Jennifer Crumbley, fueron acusados de cargos judiciales de homicidio involuntario cada uno.
Las víctimas mortales fueron identificadas como Hana St. Juliana de 14 años; Madisyn Baldwin de 17 años; Tate Myre de 16 años; y Justin Shilling de 17 años, en Oxford High School.
Surgieron preguntas acerca de si el distrito escolar era culpable luego de que el adolescente dibujara imágenes de personas recibiendo disparos. Apenas unas horas antes del tiroteo del 30 de noviembre, la escuela llamó a los padres de Crumbley para hablar acerca de los dibujos, pero finalmente al adolescente se le regresó a clases, horas antes de que presuntamente abriera fuego contra otros estudiantes.
“En la mañana del 30 de noviembre, un maestro observó los dibujos y las declaraciones escritas que se han detallado en los artículos de los medios, que el maestro informó a los consejeros escolares y al decano de los estudiantes”, escribió Thorne en una carta durante el fin de semana. «El estudiante fue retirado inmediatamente del aula y llevado a la oficina del consejero de orientación, donde él afirmó que el dibujo era parte de un videojuego que estaba diseñando e informó a los consejeros que planeaba seguir el diseño de videojuegos como una carrera».
Thorne argumentó que «en ningún momento», los directivos de la escuela creyeron que Crumbley podría «dañar a otros en función de su comportamiento, respuestas y conducta» porque el adolescente «parecía tranquilo».
«A pesar de los artículos de los medios de comunicación, si el arma estaba o no en su mochila, no ha sido confirmado por la policía que sepamos ni por nuestra investigación en este momento», dice su carta.
Los directivos de la escuela secundaria de Oxford pidieron a Jennifer y James Crumbley que se llevaran a su hijo a casa ese día, pero «se negaron rotundamente» y regresaron al trabajo, según la carta. La escuela también les dijo a los dos que tenían 48 horas para encontrar asesoramiento para su hijo o los directivos se comunicarían con los Servicios de Protección Infantil, según la carta.
La carta de Thorne decía además que las autoridades escolares desconocían la reciente compra de un arma por parte de la familia, la cual se habría utilizado en el tiroteo.
«Aunque entendemos que esta decisión ha causado ira, confusión y ha provocado un cuestionamiento comprensible, los consejeros hicieron un juicio basado en su formación profesional y experiencia clínica y no tenían todos los hechos que ahora conocemos. Nuestros consejeros son miembros de la escuela profundamente comprometidos desde hace tiempo que han dedicado su vida a apoyar a los estudiantes y a tratar los problemas de salud mental y de comportamiento de los estudiantes», continúa su carta.
Crumbley se declaró inocente y está detenido sin derecho a fianza. Jennifer y James Crumbley fueron detenidos el sábado en Detroit después de una persecución policial al no presentarse para la lectura de sus cargos el viernes. Un abogado de la pareja dijo previamente a los medios locales que ellos se encontraban fuera de la ciudad debido a que temían por su seguridad.
Los fiscales dijeron que los cargos contra los padres del adolescente «están destinados a responsabilizar a las personas que contribuyeron a esta tragedia y también enviar un mensaje de que los propietarios de armas tienen una responsabilidad» y agregaron que «cuando no cumplen con esa responsabilidad, hay consecuencias graves y penales».
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