Para ser felices, es importante que estemos a gusto con lo que somos— aceptarnos a nosotros mismos, reconocer nuestros buenos rasgos, aceptar nuestros defectos y llegar a ver esos defectos como partes realmente buenas y únicas de nosotros.
Pero si usted es como yo, siempre hay algo que queremos cambiar— y de acuerdo con la filosofía de este sitio, para mí eso implica cambiar mis hábitos diarios para ayudarme a alcanzar mis metas. El problema es que muchas personas simplemente no creen que son el tipo de persona que puede lograr ese objetivo— tienen una imagen negativa de sí mismos y esa negatividad les impedirá tener éxito en todo momento. El pensamiento positivo es la clave para cualquier tipo de logro.
Así que el consejo rápido de felicidad de hoy es simple: piense en la meta que quiere lograr, imagine el tipo de persona que ya ha logrado esa meta o ha creado ese hábito, y finja que es esa persona.
Pongamos un ejemplo rápido: si quiero empezar a correr, para que correr sea un hábito diario, pienso en los corredores que conozco o sobre los que he leído. Leo sobre sus hábitos, su estilo de vida e imagino cómo es ser ellos. Entonces, finjo que yo mismo soy un corredor. Pienso en cómo es ser un corredor, cómo actuaría un corredor, cómo piensa y siente un corredor, cuáles son los hábitos de un corredor.
Tomo la identidad de un corredor y la hago mía. Pronto, creo que soy un corredor. Y aquí está la magia: ¡se vuelve realidad! Solo fingiéndolo y asumiendo esa identidad, me convierto en un corredor. Pienso y actúo como tal. Y si soy corredor, ¿qué hago todos los días? Corro.
Este truco mágico puede funcionar para cualquier objetivo y para cualquier persona. Imagine que es esa persona, y lo será.
Esta historia fue publicada originalmente en el Blog de ZenHabits.
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