Se espera que los niveles de inflación en Estados Unidos se eleven a un nuevo récord, según la última Encuesta mensual de Expectativas del Consumidor del Banco de la Reserva Federal de Nueva York, publicada el lunes.
La Encuesta mensual de Expectativas del Consumidor (SCE) contiene información sobre cómo los consumidores esperan que se comporte la inflación general y los precios de los alimentos, la gasolina, la vivienda y la educación. El informe se basa en un panel rotatorio de 1300 hogares, y los encuestados participan en el panel durante un máximo de 12 meses.
Según la encuesta, la expectativa promedio es que la tasa de inflación suba un 5.7 por ciento dentro de un año, lo que supone un salto de 0.4 puntos porcentuales con respecto a las previsiones del mes anterior, que también marcaron el nivel más alto del indicador desde su lanzamiento en junio de 2013.
El aumento de octubre es el duodécimo consecutivo y fue el más pronunciado entre los encuestados que tienen al menos un título universitario y para las personas de entre 40 y 60 años.
Tras aumentar durante tres meses consecutivos, las expectativas promedio de la inflación para los próximos tres años se mantuvieron sin cambios en una media del 4.2 por ciento en octubre.
«La incertidumbre inflacionaria mediana —o la incertidumbre expresada con respecto a los resultados futuros de la inflación— aumentó tanto a corto plazo como a mediano plazo. Ambas medidas alcanzaron los máximos de la serie en octubre», indica la encuesta.
Las expectativas de alza de precios para el año que viene abarcan todos los productos considerados en la encuesta, con la excepción de la atención médica.
Los estadounidenses también parecen dispuestos a pagar alquileres más altos, ya que el cambio promedio previsto en el costo del alquiler aumentó en 0.4 puntos porcentuales, hasta alcanzar el 10.1 por ciento, lo que supone un nuevo máximo de la serie.
Los precios de la gasolina también se prevé que aumenten. La variación del costo de la gasolina esperada para un año repuntó desde el 5.9 por ciento del mes anterior hasta el 9.4 por ciento en octubre.
El costo de la educación universitaria y de los alimentos también se espera que aumenten en el próximo año y la encuesta señala que la expectativa promedio de los precios en este ámbito se incrementaron en 1.5 y 2.1 puntos porcentuales, respectivamente, hasta el 7.4 por ciento y el 9.1 por ciento en octubre.
En cuanto al costo de la atención médica, las expectativas promedio se mantuvieron igual.
En general, las expectativas de crecimiento promedio del gasto de los hogares aumentó en 0.4 puntos porcentuales hasta el 5.4 por ciento, alcanzando otra vez un nuevo máximo de la serie. El aumento fue más pronunciado para los encuestados que no tienen más que un título de secundaria y para los que tienen unos ingresos familiares anuales inferiores a 50,000 dólares.
Sin embargo, los estadounidenses también verán aumentar los ingresos de sus hogares, con un incremento medio interanual previsto del 3.3 por ciento en octubre, frente al 3.0 por ciento previsto en septiembre. El aumento ha sido generalizado en todos los grupos de edad y de ingresos.
Los salarios del tercer trimestre en Estados Unidos aumentaron un 3.3 por ciento, en línea con el crecimiento de los meses anteriores a la pandemia del COVID-19, mientras que el salario de los que cambian de trabajo subió un 6.6 por ciento desde septiembre de 2020, ya que los empleadores trataron de atraer a nuevos trabajadores compitiendo con una mejor compensación, según el informe sobre la vitalidad de la mano de obra (WVR) del Instituto de Investigación ADP, publicado el 27 de octubre.
El crecimiento salarial más significativo se observó en los empleados de 24 años o menos y en los trabajadores mayores de 55 años, lo que ADP señala que podría deberse en parte a que esos grupos de edad se reincorporaron a la fuerza de trabajo después de la pandemia.
Antes del informe del Banco de la Reserva Federal de Nueva York, en una rueda de prensa en septiembre, el presidente de la Fed, Jerome Powell, atribuyó el aumento de la inflación a los problemas de la cadena de suministro, a las dificultades de contratación, a la escasez de mano de obra y a la pandemia del COVID-19, entre otras cuestiones.
«La inflación es elevada y probablemente lo seguirá siendo en los próximos meses antes de moderarse. A medida que la economía sigue reabriéndose y el gasto se recupera, observamos una presión al alza de los precios, sobre todo porque los cuellos de botella de la oferta en algunos sectores han limitado la rapidez con que la producción pueda responder a ello a corto plazo», dijo Powell.
«A medida que continúa la reapertura, los cuellos de botella, las dificultades de contratación y otras limitaciones puedan volver a ser mayores y más duraderas de lo previsto, esto supondría riesgos al alza para la inflación», dijo Powell, quien añadió que «los continuos avances en la vacunación ayudarían a contener el virus y apoyarían el retorno a unas condiciones económicas más normales».
El presidente de la Fed también mantuvo en repetidas ocasiones que la inflación es probablemente «transitoria».
La semana pasada, el banco central dijo que empezaría a reducir sus compras mensuales de bonos en 15,000 millones de dólares al mes a contar de mediados de noviembre, con planes de terminar el proceso en 2022.
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