Las infecciones de oído son la queja pediátrica más común hoy en día. La mayoría de los niños habrán tenido por lo menos una infección de oído para cuando alcancen los 5 años de edad. Las infecciones del oído son a menudo una experiencia difícil tanto para los niños que tienen que soportar el dolor como para los padres que tienen que ver sufrir a sus hijos. La buena noticia para todos los involucrados es que la incidencia de las infecciones de oído puede reducirse significativamente, si no evitarse por completo, adoptando ciertos hábitos nutricionales y de estilo de vida. Al adoptar un enfoque proactivo con respecto a las infecciones del oído, los padres pueden evitar que sus hijos sufran mucho y, al mismo tiempo, fortalecer sus capacidades de defensa inmunológica.
Lactancia materna
Los bebés y niños pequeños que son amamantados sufren de muchas menos infecciones de oído que sus compañeros alimentados con fórmula. La leche materna contiene anticuerpos que cubren la mucosa del tracto respiratorio y protegen al bebé combatiendo las bacterias dañinas. Amamantar exclusivamente durante seis meses, y luego continuar amamantando junto con los sólidos el mayor tiempo posible, ayudará a minimizar el riesgo de desarrollar infecciones del oído.
Eliminar alérgenos
Debido a que los alérgenos crean inflamación, se pueden relacionar con infecciones del oído. Si la trompa de Eustaquio (una conexión de la nariz al oído) se inflama, hay una mayor probabilidad de que la trompa se bloquee con líquidos y se convierta en el caldo de cultivo perfecto para las bacterias que causan estas infecciones. Por lo tanto, es importante descubrir cualquier alérgeno alimentario o ambiental para tratar de minimizar la aparición de inflamación. Los alérgenos alimentarios comunes son los lácteos, el trigo, la soja, las nueces, el maíz, los cítricos, la carne de res y el chocolate.
Limitar la leche
Si su hijo es propenso a las infecciones de oído, usted puede considerar eliminar los productos lácteos de su dieta. Debido a que los lácteos forman mucosidad, pueden crear congestión en la trompa de Eustaquio, creando un ambiente propicio para la infección bacteriana. Muchos padres han podido eliminar las infecciones crónicas del oído a través de este único cambio.
Evite el azúcar
Cuando se consume azúcar, ésta reduce la respuesta inmunitaria al inhibir la actividad de los glóbulos blancos. Los glóbulos blancos son esenciales porque ayudan a combatir bacterias y virus peligrosos que causan infecciones. Al evitar o al menos limitar la cantidad de azúcar que come su hijo, usted puede ayudar a asegurar que su sistema inmunológico esté en su punto más fuerte.
Trate los resfriados con rapidez
Para evitar las infecciones de oído, es mejor tratar los resfriados inmediatamente. Debido a que los resfriados a menudo conducen a infecciones del oído, es prudente tratar de prevenirlas, así como reducir su gravedad. Los niños deben consumir una dieta rica en vitaminas C y A, así como zinc y omega-3. También es importante minimizar el azúcar y los cereales refinados y lavarse las manos con frecuencia.
Probióticos
Numerosos estudios en la última década, como uno publicado en el British Medical Journal, han confirmado que añadir un suplemento de probióticos a la dieta de un niño puede ayudar a reducir la frecuencia de las infecciones del oído. Los probióticos son bacterias buenas que ayudan a estimular la función inmunológica del cuerpo. Son muy seguros e incluso pueden administrarse a los bebés. Usted puede encontrar probióticos en la sección refrigerada de ciertas tiendas, y asegúrese de guardarlos en el refrigerador, para mantener la efectividad del producto. Los probióticos también se encuentran en los alimentos fermentados.
Biberón en posición vertical
Si usted está alimentando a su bebé con biberón, es importante que recuerde siempre alimentarlo en posición vertical. Debido al ángulo de la trompa de Eustaquio, la leche o la fórmula pueden alojarse en esta trompa y posteriormente provocar infecciones de oído.
Aunque no hay una manera segura de evitar completamente la posibilidad de infecciones del oído, la implementación de las estrategias anteriores puede ciertamente ayudar a minimizar su ocurrencia. Tiene sentido que, si trabajamos con el propio sistema de defensa del cuerpo y maximizamos su efectividad, podemos aumentar su capacidad para combatir las bacterias dañinas que conducen a las infecciones del oído.
Lisa Roth Collins es una nutricionista holística registrada y también la gerente de marketing de NaturallySavvy.com, que fue la primera en publicar este artículo.
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