Henry Rodríguez, Coordinador de Médicos Sin Fronteras en México, dijo en entrevista con The Epoch Times en Español que los migrantes procedentes de diversos países hacia Estados Unidos afrontan varios problemas, pero el que más los afecta en los últimos años es la violencia.
«Vemos una gran cantidad de problemas de salud, tanto por ejemplo respiratorios, digestivos, en la piel, pero yo diría que la mayoría de cosas están asociados a esta exposición a la violencia, entonces hay muchos problemas de salud mental también. Crisis de ansiedad, con crisis de angustia, con depresión, justamente por lo difícil que les ha resultado y por lo expuestos que han estado a la violencia», explicó Rodríguez.
Un informe de la Escuela de Gobierno y Transformación Pública del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey (ITESM) de mayo pasado, señaló que las rutas de migración en México son muy peligrosas debido a la presencia del crimen organizado.
«Numerosas organizaciones criminales controlan y operan en las distintas rutas que toman los migrantes hacia el norte, tejiendo redes de tráfico de personas a lo largo del territorio nacional», dice el informe.
Rodríguez detalló que la ruta que siguen los migrantes desde centro y Sudamérica es difícil y que, efectivamente, el panorama no cambia mucho al ingresar al país azteca debido principalmente a una serie de riesgos sociales, legales y ambientales.
«La combinación de un número sin precedentes de migrantes, el riesgo de ser acosado o detenido por las autoridades, y la intervención del crimen organizado que cobra derecho de paso a los migrantes, crea la tormenta perfecta en México para el tráfico de personas, resultando en numerosos reportes de secuestro, homicidio y trabajo forzado a lo largo del país», se añadió.
En el camino, además, los migrantes se enfrentan a «mucha violencia sexual que ocurre, entonces nos encontramos casos muy frecuentes de mujeres, niños y hombres que han sido violados en el camino de forma sistemática, prácticamente durante toda su travesía desde el Darién, en la frontera Colombia-Panamá, hasta que llegan a México», añadió.
Estas personas ingresan a pie por la frontera de sur de México con Guatemala, en la ciudad de Tapachula, en el estado de Chiapas; después de atravesar la selva del Darién y los países de Panamá, Costa Rica, Nicaragua, Honduras y Guatemala.
«Casi el 60 a 65% de los migrantes vienen de Venezuela, seguidos de países como Colombia, Venezuela, Ecuador, Honduras y el resto de Centroamérica. Pero también vemos personas de África, también vemos personas de Asia, también vemos personas de diferentes lugares, son la minoría, sí, pero también los observamos», detalló.
En esta travesía, los problemas que enfrentan los migrantes hasta llegar a al frontera sur de los Estados Unidos son numerosos.
«Ya de por sí imagínense lo que significa atravesar selvas, montañas, desiertos, caminando con una mínima infraestructura, con una mochila en sus espaldas, y andando a la intemperie, durmiendo en la calle muchas veces, sin poder comer, sin poder beber bien, sin poder dormir bien, sin poder descansar bien», dijo Rodríguez.
Entre enero de 2021 y octubre de 2024, durante la administración del presidente Joe Biden, las autoridades estadounidenses reportaron 8.6 millones de encuentros con migrantes en la frontera sur de los Estados Unidos que limita con México; y hasta julio de este año, al menos 5.8 migrantes ingresaron a Estados Unidos a través de programas de asilo como el parole humanitario, la plataforma CBP One y el programa de libertad condicional humanitaria CHNV, entre otros, según un reporte de Migration Policy Institute (MPI).
Los especialistas de Médicos Sin Fronteras se esfuerzan en ayudar a estas personas principalmente para aliviar su sufrimiento y brindarles acceso a tratamiento médico.
«Puedo decir que este año aproximadamente hemos tenido unas 35 mil consultas, sumando la atención psicológica, la atención médica, la atención a víctimas de violencia sexual y las aproximaciones que también hacemos con los paquetes de promoción de salud», dijo Rodríguez.
«Nosotros ni estimulamos ni damos un apoyo para que la gente siga, cada quien decide qué quiere hacer. (…) Cada persona decide lo que quiera y nosotros simplemente estamos allí para dar un apoyo, para dar una atención que, como decía, puede ser médica, o psicológica, o de trabajo social también», aclaró.
Ahora, con una inminente deportación masiva por el gobierno entrante de Estados Unidos hay muchas expectativas.
«Ya se sabe que va a haber una deportación masiva en Estados Unidos. (…) nuestros esfuerzos van a estar cifrados no solamente para la población migrante extranjera, sino también para el mexicano que está siendo deportado a su propio país», dijo Rodríguez.
Actualmente, en el territorio mexicano más de 200 médicos de MSF brindan atención en diferentes puntos estratégicos, ofreciendo asistencia médica a los migrantes de diferentes nacionalidades que transitan por el país.
«Trabajar con Médicos sin Fronteras es una vocación, tienes que tener un espíritu un tanto arriesgado en el sentido de que tienes que estar en lugares diferentes, a un hospital, a una clínica, a un centro de salud y tienes que movilizarte, ya sea a lugares que están en guerra, un lugar en conflicto, un lugar en una epidemia, lugares en donde no hay una infraestructura», señaló Rodríguez.
Médicos sin Fronteras (MSF) es una organización humanitaria internacional con presencia en más de 70 países del mundo y con más de 50 años de experiencia. Su objetivo es brindar atención médico-humanitaria a personas en situación vulnerable donde más lo necesitan.
Vea la entrevista completa a Henry Rodriguez aquí:
Únase a nuestro canal de Telegram para recibir las últimas noticias al instante haciendo clic aquí
Cómo puede usted ayudarnos a seguir informando
¿Por qué necesitamos su ayuda para financiar nuestra cobertura informativa en Estados Unidos y en todo el mundo? Porque somos una organización de noticias independiente, libre de la influencia de cualquier gobierno, corporación o partido político. Desde el día que empezamos, hemos enfrentado presiones para silenciarnos, sobre todo del Partido Comunista Chino. Pero no nos doblegaremos. Dependemos de su generosa contribución para seguir ejerciendo un periodismo tradicional. Juntos, podemos seguir difundiendo la verdad.