“Principito” hijo de Bo Xilai, exfuncionario chino encarcelado, trabaja para una empresa canadiense

Por Frank Fang
18 de diciembre de 2019 9:57 PM Actualizado: 18 de diciembre de 2019 9:57 PM

El paradero de Bo Guagua ha sido un misterio desde que su padre, Bo Xilai —un desacreditado exfuncionario del Partido Comunista Chino conocido por sus violaciones de los derechos humanos y su participación en un intento de golpe político— fue condenado a cadena perpetua en 2013 y ahora se encuentra en una prisión china.

Ahora, el joven Bo, de 32 años, ha resurgido. Según un informe del 15 de diciembre del medio de comunicación canadiense The Globe and Mail, ha estado trabajando como analista de negocios durante los últimos dos años y medio para Power Corporation, una multinacional canadiense de gestión y holding con intereses en muchos sectores, incluyendo el financiero, el energético y el de ropa deportiva.

El empleo de Bo en Power Corp. fue confirmado por el vicepresidente y consejero general de la compañía, Stéphane Lemay, quien dijo que Bo se unió a la compañía «a través de un programa de pasantías».

La contratación de Bo fue mucho más que una simple decisión de negocios, según The Globe and Mail. La familia Bo tiene estrechos lazos con la familia Desmarais, que ha controlado Power Corp. desde 1968, reportó el periódico.

A finales de la década de 1970 su abuelo, Bo Yibo, un secuaz revolucionario maoísta que fue el primer ministro de finanzas bajo el régimen chino, supuestamente visitó la casa de los Desmarais en Canadá, según el medio.

En 1997, André Desmarais, entonces presidente de la empresa canadiense, se reunió con Bo Yibo en Beijing. Según The Globe and Mail, Desmarais describió la reunión como un «privilegio excepcional» poder sentarse con «un ídolo de genuina importancia histórica».

Según The Globe and Mail, Bo Yibo se convirtió en un influyente anciano del Partido que apoyó la reforma económica del exdirigente chino Deng Xiaoping de abrir el mercado chino al mundo durante la década de 1980.

Después de Bo Yibo, Power Corp. también construyó una relación con Bo Xilai, reportó el periódico. El exprimer ministro canadiense Jean Chrétien, que también es suegro de André Desmarais, describió una vez a Bo Xilai como un «viejo amigo», según The Globe and Mail.

Power Corp. ha «mantenido muy buenas relaciones con muchos de los dirigentes de China a lo largo de estos años, incluso con la familia Bo», dijo Lemay, según el periódico.

Bo Xilai

La carrera política de Bo Xilai comenzó a principios de la década de 1990, cuando era alcalde de Dalian, una ciudad portuaria en la provincia de Liaoning, en el noreste de China. Fue alcalde desde 1993 hasta 2000, cuando fue nombrado gobernador provincial de Liaoning. En 2004, asumió el cargo de ministro de Comercio del país. Tres años más tarde, en noviembre de 2007, fue nombrado secretario del partido comunista de la megaciudad china de Chongqing, donde ocupó el cargo hasta marzo de 2012.

En Chongqing, Bo Xiliai agitó mítines y políticas sociales al estilo maoísta y, de acuerdo con un informe anterior de The Epoch Times, dejó claro que su intención era lograr una posición más poderosa en el partido, tal vez la más poderosa como secretario del partido.

The Epoch Times informó anteriormente que Bo Xilai conspiró con Zhou Yongkang, el exjefe de seguridad en China que ahora está encarcelado, para llevar a cabo un golpe político y usurpar a Xi Jinping, quien fue nombrado como el nuevo líder chino en el XVIII Congreso Nacional en 2012.

Ese año, Bo Xilai fue destituido como jefe del partido Chongqing en marzo, suspendido de su cargo en Politburó en abril y expulsado del Partido Comunista Chino en septiembre. En el mismo mes, fue sentenciado a cadena perpetua por soborno, malversación de fondos y abuso de poder.

Bo Xilai y Zhou apoyaron la persecución de Beijing contra la práctica espiritual de Falun Gong, también conocido como Falun Dafa, que comenzó en julio de 1999 bajo el mando del exdirigente chino Jiang Zemin. Según el Centro de Información de Falun Dafa, la persecución en curso ha resultado en el envío de cientos de miles de practicantes a prisiones, centros de lavado de cerebro, campos de trabajos forzados y pabellones psiquiátricos, muchos de los cuales han muerto como resultado de la persecución.

La madre del joven Bo, Gu Kailai, también está actualmente en prisión por el asesinato del empresario británico Neil Heywood. Gu también ha estado vinculada a la venta de cadáveres para plastinación.

Principitos

La contratación de los llamados «principitos», o hijos de funcionarios gubernamentales o altos ejecutivos de empresas estatales en Asia, ha sido una práctica empleada por las empresas occidentales para entrar en el mercado chino en un acuerdo «quid pro quo«.

Varios bancos estadounidenses han sido penalizados como resultado de esta práctica de contratación. En 2016, JPMorgan pagó a las autoridades estadounidenses 264 millones de dólares para resolver las acusaciones de que había contratado a familiares de funcionarios chinos, según Reuters.

En julio de 2018, Credit Suisse acordó pagar cerca de 77 millones de dólares al gobierno de Estados Unidos para resolver las investigaciones de soborno sobre las prácticas de contratación y promoción de personas relacionadas con funcionarios chinos y otros funcionarios del gobierno entre 2007 y 2013, informó Reuters.

En agosto de este año, el Deutsche Bank acordó pagar más de 16 millones de dólares para resolver los cargos de corrupción mediante la contratación de familiares de funcionarios del gobierno chino y ruso, según Reuters.

Paul Evans, un experto en China de la Universidad de British Columbia, dijo a The Globe and Mail que la familia Bo podría estar lejos del poder, pero que el Bo más joven «podría tener una visión de los individuos y sus operaciones comerciales que una compañía tan sofisticada como Power Corp. podría aprovechar».

Yu Jie, un escritor disidente chino con residencia en Estados Unidos, dijo a The Globe and Mail que los hijos de muchos funcionarios chinos poderosos están trabajando en compañías extranjeras.

«Eso demuestra que este modo chino de hacer negocios se está extendiendo por todo el mundo en un nivel global. Es como un virus terrible», dijo Yu. «El empleo de esta naturaleza no es el resultado de las fuerzas del libre mercado».

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