El estadounidense Frank Wucinski salió de Wuhan con su hija de 3 años, huyendo del coronavirus. Ahora los dos permanecen en cuarentena en la base militar de Miramar, San Diego (California), desde donde el padre relató a la Voz de América las condiciones de los hospitales chinos y cómo tuvo que dejar sola su esposa, ahora infectada.
Wucinski dijo al periodista Wenhao Ma, del servicio Mandarín de VOA Noticias que intentó salir en el primer vuelo de estadounidenses con su hija pequeña Annabell, pero a él le detectaron neumonía y no les dejaron abordar.
Tras algunas gestiones, dijo, voló solo con la niña, ya que su esposa no tiene tarjeta de residencia de Estados Unidos, pero en ese momento la mujer cuidaba de su padre enfermo, que ha fallecido finalmente.
El hombre contó que ha vivido 15 años en China, diez de ellos en Wuhan, el epicentro de la mortal enfermedad.
Sobre las condiciones actuales de salud en Wuhan, Wucinski comentó: “(…) la atención médica es bastante difícil de obtener, a mi suegro le tomó mucho tiempo ser admitido. Para entonces ya era demasiado tarde”.
La mujer de Wucinski está encerrada en su propia casa, en una comunidad cerrada. Tras el fallecimiento de su padre, contrajo el virus.
«Se les da un pase una vez cada tres o cuatro días para salir de compras”, explicó el estadounidense.
El tormento para esta familia comenzó hace tres meses, relató Wucinski, cuando su suegra murió de un derrame cerebral.
“El hospital infantil de Wuhan cerró porque hay demasiados niños allí”, lamentó.
Ahora habla por una aplicación móvil con su esposa dos veces al día. La niña aún no sabe de la muerte de su abuelo.
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