El impulso de China en la expansión del arsenal nuclear es probablemente parte de una estrategia para invadir Taiwán, según el exprofesor de la Escuela de Guerra Naval de Estados Unidos, Lyle Goldstein, quien también advirtió sobre la posibilidad de que Estados Unidos responda con su propia proliferación nuclear.
«China quiere asegurarse de que Estados Unidos no utilice su superioridad nuclear para amenazar a China o las acciones de China en un escenario con Taiwán», dijo Goldstein durante una conferencia el 19 de mayo organizada por Defense Priorities.
El análisis de Goldstein se produjo tras las advertencias de funcionarios de seguridad nacional de que China podría estar preparándose para una confrontación nuclear. El Pentágono estimó el pasado noviembre que el país podría triplicar su stock de ojivas nucleares hasta llegar a las 1000 en 2030.
Pero según Goldstein, la acumulación de China tiene poco que ver con una confrontación directa con Estados Unidos.
«Estas apreciaciones dramáticas [sobre la preparación de China para un conflicto nuclear] son engañosas, ya que no reconocen que Estados Unidos tiene y seguirá teniendo muchas más armas nucleares que China», escribió Goldstein en un informe para Defense Priorities.
«Asimismo, ellos pasan por alto la conclusión fundamental de que esta aparente ventaja nuclear es un lujo caro, pero inútil, puesto que Washington y Beijing ya se encuentran en circunstancias de vulnerabilidad mutua (ambas naciones pueden infligir un castigo devastador mediante ataques nucleares a la otra)».
En cambio, la escalada nuclear de China es probablemente parte de una estrategia más amplia para tomar Taiwán, según Goldstein, quien fue profesor de investigación en la Escuela de Guerra Naval de Estados Unidos durante 20 años.
Goldstein explicó que es probable que a China le preocupe que Estados Unidos pueda considerar un ataque nuclear de primer uso contra el país para proteger a Taiwán. Pero si el Partido Comunista Chino (PCCh) puede cerrar la brecha nuclear con Estados Unidos, entonces podría disuadir a los militares estadounidenses de ir a lo nuclear sobre Taiwán.
«Los líderes chinos parecen haber evaluado que —para asegurarse de que la capacidad nuclear de Estados Unidos no les chantajee para que no tomen Taiwán— su disuasión mínima tiene que ser lo suficientemente grande como para impresionar incluso a los elementos más beligerantes del establecimiento de seguridad nacional de Estados Unidos», señala el informe de Goldstein.
En la conferencia del 19 de mayo además indica que China podría verse incentivada a desarrollar su armamento nuclear después de ver cómo Rusia disuade con éxito a las tropas occidentales de involucrarse en la guerra de Ucrania.
«China ha observado la modernización nuclear de Rusia durante un período muy largo y la ha admirado», dijo Goldstein. «Ellos se dieron cuenta de que una de las primeras medidas de Putin fue poner a sus fuerzas en alerta especial».
Pero en lugar de hacer frente a la expansión de China con su propia acumulación, los funcionarios estadounidenses deberían tomar medidas de desescalada como los acuerdos de no proliferación y la implantación de una política de NFU (de no atacar primero). El Pentágono sigue actualmente una estrategia de «ambigüedad estratégica», dejando abierta la opción de un primer ataque nuclear.
Según Goldstein los gobiernos de Berlín y Tokio presionaron con éxito contra una política estadounidense de NFU, ya que dicha política significaba que el Pentágono no consideraría las armas nucleares para defender a sus aliados. Goldstein no estuvo de acuerdo con este resultado, argumentando que los funcionarios estadounidenses deberían poner a Estados Unidos en primer lugar.
«Parte de nuestra decisión [contra la NFU] se debe a que Tokio y Berlín dijeron que ellos no podían dejarlo, pero creo que eso es ridículo», dijo a continuación.
«Si Japón siente la necesidad de crear su propio arsenal nuclear, que así sea. Pero a mi me cuesta aceptar como estadounidense que necesitemos tener esta presencia avanzada que incluye defensas antimisiles, alertas antimisiles y todo lo demás —lo cual sigue alimentando una intensa rivalidad nuclear entre Estados Unidos y China, que no debería existir».
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