El gobernador jujeño, Gerardo Morales, denuncia personas bolivianas “infiltradas” del Movimiento al Socialismo (MAS)—partido político del expresidente Evo Morales—en protestas violentas de Jujuy, una provincia al norte de Argentina que limita con Bolivia. El auditor general de la nación Argentina denunció de manera independiente la infiltración.
En la legislatura local, este martes se generaron fuertes incidentes entre manifestantes y las fuerzas de seguridad en la capital de Jujuy, que concentró gremios docentes, comunidades indígenas, a la que se sumaron partidos de izquierda. Las protestas se dieron, entre otras cosas, al descontento de los docentes por mejoras salariales, y se sumaron a la protesta las comunidades indígenas en rechazo a la nueva constitución provincial aprobada esta semana por la legislatura que buscaba modificaciones a derechos a los pueblos originarios, propiedad privada y la «prohibición de cortes de ruta».
La infiltración del grupos bolivianos fue denunciada por separado por el gobernador jujeño, Gerardo Morales, y el auditor general de la nación y precandidato a diputado por Juntos por el Cambio, Miguel Ángel Pichetto.
«Tiene que ver con gente que venía de Bolivia con los contactos que tienen ellos, el Frente de Todos [alianza oficialista de argentina] con sectores del MAS en Bolivia para venir a violentar y para sumar todo un grupo de personas extrañas a la provincia de Jujuy para generar los hechos de violencia que se han generado y para seguir manteniendo esta situación», dijo Morales este jueves en una entrevista con La Nación.
Por su parte, Pichetto, ha denunciado esta semana en varias ocasiones los actos de infiltración de un grupo del MAS del boliviano Evo Morales, que alentaron a la violencia en la provincia norteña del país.
«El gobierno no mira que ha habido un acto insurreccional en Jujuy», dijo el auditor en otra entrevista con La Nación este jueves. «[Me refiero a] un acto de sedición contra las autoridades legítimamente elegidas, un atentado a símbolos del estado como es la legislatura, al ingreso de gente de afuera de la provincia que fue a generar disturbios y daños contra inmuebles que son del estado, a ingreso también de ciudadanos bolivianos que están vinculados con el sector de Evo Morales».
Pichetto había denunciado lo mismo el día de los hechos violentos en la provincia a través de Twitter. Aunque ni Pichetto ni Morales aportaron mayores pruebas de sus denuncias.
El exmandatario Boliviano, por su parte, condenó «la brutal represión» en Jujuy, señalando a «la violencia, el discurso de odio racial y mentiras de una autoridad que apoyó el golpe de Estado en Bolivia», en referencia a la protesta boliviana que lo obligó a renunciar en 2019.
En enero, varios funcionarios locales e internacionales habían denunciado la intromisión de Evo Morales en Puno, al sur del Perú, donde se registraron protestas violentas epicentro de los disturbios que dejó decenas de personas muertas.
La semana pasada en convención constituyente de Jujuy, se propusieron cambios sobre «Derechos y garantías de las comunidades de los pueblos originarios», así como una mayor defensa a la propiedad privada y las tomas de tierras, donde también el gobernador Morales abogó por imponer una «prohibición de cortes de ruta» que pretendía garantizar el libre tránsito de las personas, según el medio Cronista.
Antes de ser aprobada esta semana la redacción de la Constitución, el gobernador retiró dos de esos artículos propuestos que generaron polémica en la provincia. Sin embargo, se mantuvo la prohibición a los cortes de ruta.
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