La noche de Halloween, algunos visitantes de Shanghai Disneylandia se dieron cuenta de que las esperas más largas eran para la prueba por COVID-19, más que para la montaña rusa, ya que todo el mundo tenía que someterse a la prueba antes de salir del complejo.
El complejo selló las puertas de entrada y salida a la noche del 31 de octubre y dijo en el Twitter chino Weibo que el funcionamiento no se reanudaría hasta el 3 de noviembre. En las redes sociales se ve a decenas de trabajadores sanitarios con trajes de protección reunidos en el parque el domingo por la noche.
El cierre se produjo horas después de que las autoridades de la cercana ciudad de Hangzhou detectaran un caso positivo en una persona que había estado en el parque temático hace un día.
La caza de casos y la erradicación de nuevas infecciones son las tácticas de tolerancia cero de China frente al COVID-19. Esta vez, el duro enfoque hizo que los visitantes quedaran atrapados dentro de Disneyland Shanghai en la noche de Halloween, un día en el que decenas de miles de visitantes acudieron al complejo para unirse a las festividades.
The Epoch Times llamó al complejo, pero la llamada no fue atendida.
El operador del recinto también exigió a los clientes y al personal del parque temático durante los dos últimos días que se sometieran inmediatamente a las pruebas del coronavirus.
Los directores de jardines de infancia, escuelas primarias y secundarias de Shanghai se pusieron en contacto con todos los alumnos para registrar los nombres de los que habían estado en Disneyland durante el pasado fin de semana, dijeron los medios de comunicación estatales.
Hasta las 8 de la mañana del lunes, casi 34,000 personas en Disneyland habían dado negativo en las pruebas, según el informe.
El 30 de octubre, Universal Beijing Resort dijo que había hecho pruebas a todos los empleados después de que las autoridades sanitarias les notificaran un caso del virus del PCCh en una persona que visitó el parque.
En todo el país, en las dos últimas semanas se registraron unos 500 casos de transmisión interna con síntomas confirmados. Aunque muchas provincias afirmaron estar libres del virus del PCCh (Partido Comunista Chino), comúnmente conocido como nuevo coronavirus, las autoridades no escatiman esfuerzos para minimizar los riesgos de transmisión.
En la provincia del norte, Heilongjiang, donde el recuento diario de nuevos contagios alcanzó su punto máximo el 29 de octubre, las ciudades de Jiamusi y Mudanjiang anunciaron el 30 de octubre el cierre temporal de varios espacios de ocio cerrados.
La ciudad de Yichun dijo que a las personas que llegaran de fuera en viajes de ocio se les prohibiría la entrada a los lugares turísticos hasta el 6 de noviembre. Las tres ciudades no han notificado hasta ahora ningún contagio por el brote actual.
En la ciudad sureña de Dongguan, también libre de infecciones por ahora, un centro internacional de exposiciones suspendió varios eventos.
Muchas ciudades con infecciones locales, incluida la capital, Beijing, suspendieron algunos lugares de ocio en interiores, como cibercafés, salones de ajedrez y cartas, y cines, mientras que se retrasaron o cancelaron varias carreras de maratón, conciertos y representaciones teatrales.
En la noche del 30 de octubre, la policía local del condado de Yanshan, en la provincia de Jiangxi, emitió un aviso de emergencia para que todos los semáforos se pusieran en rojo en un intento de reducir el flujo de tráfico.
El anuncio fue eliminado posteriormente.
Las acciones de las empresas chinas relacionadas con el consumo y el turismo bajaron en las primeras operaciones del 1 de noviembre. El subíndice de consumo básico cayó un 1.5%, mientras que el subíndice de turismo retrocedió más de un 4%.
Con información de Reuters.
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