Una psicóloga y madre de dos hijos que trabajó muchos años con pedófilos convictos está compartiendo su sabiduría con otros padres para ayudarlos a proteger a sus hijos.
Leslie Dobson, de 41 años, es una psicóloga clínica y forense de Canadá que ejerce su profesión en Long Beach, California, donde vive con su marido y sus hijos, una niña de 7 años y un varón de 2.
Dobson está especializada en el abordaje de depredadores sexuales violentos, evaluaciones de riesgo de violencia, traumas y litigios civiles, y testifica como experta en casos de daños emocionales por lesiones personales.
«Empecé a trabajar con pedófilos antes de tener hijos», dijo Dobson a The Epoch Times. «Empecé a comprender de qué se valen los pedófilos para aprovecharse: Preparaban a los niños, empezaban a crear esa zona de seguridad alrededor del niño, elegían a su objetivo y empezaban a convertirse en una fuente de confianza en la vida de ese niño».
«A medida que construyen esa zona de seguridad, comienzan a integrar lentamente contenido sexual… el desarrollo de este patrón que observé en los pedófilos al explicar sus objetivos y lo que condujo a sus crímenes, es lo que me llevó a proteger a mis hijos», dijo ella.
«La realidad del mundo»
A medida que sumó años de experiencia trabajando para el gobierno de Estados Unidos con pedófilos encarcelados, Dobson se dio cuenta de que tenía una gran cantidad de conocimientos, pero que esos conocimientos estaban “dentro de los muros” de la cárcel. Cuando ella y su marido, que también es psicólogo forense, compartían sus historias, la gente a menudo se quedaba en silencio.
“Pensé, finalmente, que necesitaba poner esto en una plataforma pública”, dijo Dobson, “porque quiero que alguien que sea realmente creíble, que haya experimentado esto, comparta con el público la realidad del mundo”.
Para ayudar a los padres a ser menos ignorantes sobre los peligros y proteger a sus hijos, la Sra. Dobson comenzó a compartir algunos consejos en su cuenta de Instagram.
Para ayudar a proteger a los niños de los pedófilos, Dobson compartió cuatro consejos: enséñeles a los niños su dirección y número de teléfono, enséñeles a gritar cuando no estén seguros, comprenda las actitudes de su hijo para saber cuándo está «fuera de su línea de base» y utiliza rastreadores para saber dónde están.
“Incluso con mi hijo de 2 años, practico su número de teléfono y su dirección todos los días”, dijo. “Para mí es muy importante que si se pierden o se los llevan, si están con una autoridad, puedan indicar dónde viven y puedan encontrar el camino de regreso a casa”.
Además, Dobson también practica gritar con sus hijos y los anima a sentirse cómodos con sus voces.
“Les enseño que si están en peligro, o son tocados o agarrados por un extraño, deben gritar que no son sus padres”, dijo. «Si un niño de 2 años dice: ‘¡No es mi mamá!’, llamará la atención».
Dijo que los niños necesitan aprender a “ser una víctima difícil”, para que una persona que representa una amenaza sepa que el niño va a contraatacar
Mientras tanto, los rastreadores ayudan a los padres a saber dónde están sus hijos en todo momento. Dobson recomienda rastreadores Apple AirTag o Gizmo Watch que puedan colocarse en zapatos o relojes.
Ser «realmente consciente»
«Creo que un gran consejo es ser tan consciente del comportamiento de tu hijo que te des cuenta cuando se sale de su línea de base», dice Dobson. «Tienes que conocer a tu hijo lo suficiente: sus emociones, cómo responde a las dificultades y al estrés, su felicidad, qué lo mantiene conectado. Hay que conocerlos lo suficiente para que, cuando cambien, se pueda identificar lo que provocó el cambio».
Estos indicios pueden ayudar a identificar cuándo un niño corre un peligro importante, como cuando ha sido víctima de abusos o agresiones sexuales.
Cuando se observan cambios como pérdida de peso, aislamiento, depresión, mal comportamiento, enuresis, exceso de ropa, miedo a los adultos y a la autoridad, no querer ir al colegio, hablar de repente de un profesor del que han estado recibiendo una atención especial, o cuando vuelven a casa con regalos, caramelos o dinero, los padres deben actuar con cautela y prestar más atención.
Enseñar a los niños a estar seguros es una cosa. En cuanto a enseñarles por qué deben estar seguros, Dobson cree que la edad desempeña un papel clave para saber cuándo empezar a tener conversaciones más complejas.
«Con mis hijos, cuando estamos en entornos sociales, me gusta preguntarles quién creen que es confiable, me gusta preguntarles quién creen que es espeluznante, y también si pasara algo, ¿qué harían? ¿Adónde irían? ¿A quién pedirían ayuda? Me gusta que sean conscientes», dice Dobson.
Consecuencias
La Sra. Dobson lleva 20 años trabajando en el sistema de justicia penal. Tenía solo 22 años cuando realizó su primera rotación práctica en la cárcel del condado de Los Ángeles y se sentía «totalmente aterrada» durante su primer año, pero pronto descubrió su verdadera vocación.
«Aprendí que hay una enfermedad en el mundo que desconocemos, de la que no hablamos», asegura. «Descubrí que tenía dos maneras. En primer lugar, podía ayudar a personas con enfermedades mentales graves, tolerar sus historias y conectar con ellas. Y dos, podía proteger a la comunidad de las personas que no debían salir, porque sabía que reincidirían».
Dobson clasifica a los pedófilos con los que ha trabajado en dos categorías principales: los que tienen traumas propios o un crecimiento emocional atrofiado y encuentran una conexión emocional con los niños, y los que son maduros emocionalmente pero fetichizan a los niños.
Al trabajar con la primera categoría de delincuentes, Dobson ha podido utilizar la empatía y el control de los impulsos, así como demostrar cómo establecer una conexión emocional sana con un adulto para «alejar ese disfrute de los niños». Para cualquier delincuente que no se reforme, Dobson recomendará que permanezca encarcelado y en tratamiento.
Para la segunda categoría, «tratamiento» equivale a «consecuencias».
Dobson dijo: «Es muy difícil para ellos crear empatía y trabajar alguna vez en torno a esta idea errónea en su mente, por lo que necesitan la cárcel, necesitan monitores de tobillo, necesitan registrarse, necesitan mantenerse alejados de los niños, y necesitan que se les recuerden la consecuencia, que, inevitablemente, es la cárcel».
Desde que compartió sus conocimientos con el mundo en Instagram, Dobson ha recibido muchas muestras de apoyo de padres agradecidos. También le han sorprendido algunos de los comentarios que ha recibido de una minoría de personas que creen que Estados Unidos es una sociedad «excesivamente ansiosa».
«Nunca se puede subestimar lo peligrosa que es la gente», afirma Dobson. «Podemos proteger a nuestros hijos y saber un poco, pero … los padres necesitan ser educados en lo retorcida que puede llegar a ser la mente de un individuo».
Sin embargo, Dobson afirma que le encanta entablar conversaciones con la gente y que todos comenten y aporten su opinión.
«Me encantan las discusiones que surgen porque estamos dando un espacio a personas de todo el mundo para hablar de estos grandes temas», afirma.
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