¿Puede su dieta ayudar a prevenir y combatir el cáncer de piel más mortal?

Por Mercura Wang y Dr. Jingduan Yang
29 de mayo de 2023 4:21 PM Actualizado: 29 de mayo de 2023 4:21 PM

El melanoma es un tipo grave de cáncer de piel que surge del crecimiento y la división incontrolados de los melanocitos, células especializadas responsables de la producción de melanina. A pesar de que representa aproximadamente el uno por ciento de todos los cánceres de piel en Estados Unidos, el melanoma se considera el más peligroso debido a su potencial para extenderse y causar la mayoría de las muertes relacionadas con el cáncer de piel.

Numerosos estudios han examinado la relación entre los patrones dietéticos y la prevención y el desarrollo del melanoma, revelando posibles implicaciones para la eficacia de los tratamientos contra el cáncer.

En un estudio de 2022, 634 pacientes con melanoma —el 38 por ciento de los cuales tenían melanomas de más de 2 milímetros de grosor—rellenaron un cuestionario de frecuencia alimentaria para determinar su puntuación en el Índice de Alimentación Saludable. Los resultados demostraron una asociación significativa entre las puntuaciones más bajas y una mayor probabilidad de ser diagnosticado con melanomas gruesos en comparación con aquellos con puntuaciones más altas. Así pues, el estudio sugiere una notable correlación entre el grosor del melanoma y los hábitos alimentarios de los pacientes antes del diagnóstico.

Reduce el riesgo de melanoma y mejora el tratamiento con dieta

Los alimentos no solo aportan nutrientes esenciales para mantener la salud y las funciones corporales esenciales, sino que también contienen componentes dietéticos, como las vitaminas, que pueden presentar propiedades similares a los antígenos y estimular una respuesta inmunitaria.

Además, adoptar una dieta rica en alimentos antiinflamatorios, como los vegetales verdes, puede ayudar a reducir la inflamación crónica, un factor que contribuye a varios tipos de cáncer, incluido el melanoma.

Aquí hay varias dietas que están inversamente asociadas con el riesgo de melanoma o han demostrado beneficios potenciales para el tratamiento del melanoma.

1. El ayuno intermitente puede ser tan efectivo como la quimioterapia

Según un estudio realizado en ratones, los investigadores observaron que los ciclos de ayuno de 48 horas pueden ser tan efectivos como los medicamentos de quimioterapia. La combinación del ayuno con la quimioterapia arrojó resultados superiores en comparación con cualquiera de los tratamientos solos, lo que redujo la cantidad de órganos afectados por el melanoma.

El estudio también encontró que el ayuno es capaz de reducir los efectos adversos de los medicamentos de quimioterapia.

2. La dieta Keto puede retrasar el desarrollo del melanoma

La dieta cetogénica, caracterizada por una ingesta alta en grasas y baja en carbohidratos y proteínas adecuadas, se ha explorado como un enfoque terapéutico potencial. Esta dieta induce un estado metabólico similar al ayuno al reducir la disponibilidad de glucosa, lo que lleva al cuerpo a producir cetonas, sustancias químicas que produce el hígado para descomponer la grasa y obtener energía.

Los resultados preliminares de un estudio realizado en ratones indican que la dieta cetogénica puede influir en varias vías metabólicas, creando un entorno que impide el crecimiento de las células de melanoma. Además, puede aumentar la susceptibilidad de las células tumorales a la quimioterapia y la radioterapia en el tratamiento del melanoma. Los investigadores han sugerido que la dieta cetogénica podría ser una terapia complementaria para el melanoma.

3. La dieta cetogénica paleolítica puede ser una opción cetogénica más saludable

Existen posibles deficiencias de nutrientes (pdf) asociadas con la dieta cetogénica clásica, como vitamina D, magnesio, zinc y selenio. Una versión modificada conocida como dieta cetogénica paleolítica combina los beneficios de las dietas cetogénicas y paleolíticas.

La dieta paleolítica mantiene una proporción de grasa a proteína de alrededor de 2:1 y enfatiza la carne y la grasa animal, lo que se alinea con la dieta de nuestros antepasados paleolíticos. La dieta keto restringe más carbohidratos que la dieta Paleo. Al incorporar fuentes de alimentos tradicionales, la dieta Paleo proporciona nutrientes esenciales que a veces faltan en el enfoque clásico, lo que la convierte en una alternativa potencialmente más saludable.

4. La dieta mediterránea puede mejorar la eficacia de la inmunoterapia

La dieta mediterránea es conocida por su énfasis en el consumo abundante de frutas, verduras, frijoles, nueces y semillas y aceite de oliva, junto con un consumo moderado de carne, mariscos, leche, queso y vino tinto.

Un estudio europeo analizó datos de 15 años de seguimiento de una cohorte de casi 100,000 mujeres francesas. Reveló una notable correlación entre la dieta mediterránea y un menor riesgo de cáncer de piel en las mujeres, en particular melanoma y carcinoma basocelular.

En un estudio europeo reciente publicado en JAMA Oncology, los investigadores examinaron a 91 pacientes con melanoma avanzado. Descubrieron que una mejor adherencia a la dieta mediterránea se correlacionaba con una respuesta más favorable al bloqueo del punto de control inmunitario (ICB por sus siglas en inglés). Esta forma particular de inmunoterapia se dirige a las proteínas que dificultan la capacidad del sistema inmunitario para combatir las células cancerosas.

La inmunoterapia emplea medicamentos para estimular o mejorar el sistema inmunológico de un paciente, capacitándolo para identificar y eliminar las células cancerosas. Se han observado resultados prometedores en el tratamiento de varios tipos de cáncer, incluido el melanoma.

5. Dieta DASH se asocia con un menor riesgo de melanoma

La dieta DASH (Dietary Approaches to Stop Hypertension) se diseñó inicialmente para controlar y reducir la hipertensión arterial. Hace hincapié en el consumo de aves de corral, pescado, legumbres, frutos secos, aceites vegetales y productos lácteos descremados o bajos en grasa, al tiempo que desaconseja la ingesta de bebidas azucaradas, postres, carnes, aceites y productos lácteos ricos en grasas saturadas.

Según un estudio italiano de 2015, se observó que la dieta DASH tenía una relación inversa con el riesgo de melanoma, especialmente en las mujeres. Además, la relación era notablemente mayor entre las mujeres menores de 50 años que entre las de más edad. Como resultado, los investigadores concluyeron que los resultados del estudio sugerían una posible relación entre la calidad de la dieta y el desarrollo de melanoma en las mujeres. Propusieron que la adopción de dietas saludables podría reducir potencialmente el riesgo de melanoma.

6. Una dieta rica en fibra reduce el riesgo de progresión del melanoma

Un estudio publicado en Science revela que la incorporación de una dieta rica en fibra puede mejorar la respuesta de los pacientes con melanoma a la terapia de bloqueo de puntos de control inmunitario (ICB). Esto se atribuye a la capacidad de una dieta rica en fibra para promover una mayor diversidad en el microbioma intestinal, generar ácidos grasos de cadena corta beneficiosos que protegen contra la inflamación y favorecen la salud intestinal, e inhibir el crecimiento de ciertas bacterias nocivas. La interacción entre las bacterias intestinales y el tratamiento con ICB influye en la respuesta del paciente.

Entre 128 participantes con melanoma avanzado sometidos a terapia ICB, los que consumían un mínimo de 20 gramos diarios de fibra dietética experimentaron un periodo prolongado sin progresión del cáncer en comparación con los que consumían menos fibra. Además, los investigadores descubrieron que, por cada incremento de 5 gramos en el consumo de fibra dietética, el riesgo de progresión del melanoma disminuía aproximadamente un 30 por ciento.

Curiosamente, los pacientes con el beneficio más notable consumían al menos 20 gramos de fibra dietética y no tomaban probióticos. Además, no se observaron diferencias estadísticas significativas entre los periodos de supervivencia sin progresión de los pacientes que tomaban probióticos sin receta y los que no. En el modelo de ratón, la respuesta antitumoral a la inmunoterapia de los ratones alimentados con probióticos pareció verse mermada, y sus tumores crecieron más que en los que no recibieron probióticos.

¿Cuál es la mejor dieta para el melanoma?

Determinar el plan dietético óptimo para reducir el riesgo de melanoma o mejorar los resultados del tratamiento depende de las circunstancias individuales. Por lo tanto, consultar a un profesional sanitario, como un dietista titulado, es crucial para identificar las recomendaciones dietéticas más adecuadas a las necesidades personalizadas.

La dieta mediterránea es muy recomendable para la prevención del melanoma gracias a su rico contenido en fibra, grasas insaturadas, antioxidantes, vitaminas y polifenoles, que ofrecen diversos beneficios para la salud. Estos nutrientes ejercen efectos antiinflamatorios, antioxidantes e inmunomoduladores que pueden mejorar la digestión, promover un mejor control del azúcar en sangre y reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares y ciertos tipos de cáncer.

Sin embargo, al igual que otros planteamientos dietéticos, la dieta mediterránea tiene inconvenientes. Por ejemplo, implica un consumo moderado de vino tinto. Las investigaciones sugieren que un mayor consumo de alcohol, sobre todo de vino blanco, se asocia moderadamente con una mayor incidencia de melanoma invasivo, especialmente en zonas donde no llega la luz ultravioleta (UV). No obstante, los antioxidantes y el triptófano del vino tinto pueden contrarrestar parcialmente el riesgo de melanoma. Aun así, es aconsejable seguir las Directrices para la Prevención del Cáncer de la Sociedad Americana del Cáncer, que recomiendan limitar el consumo de alcohol.

Una dieta rica en fibra que incluya abundantes verduras y legumbres puede ser el plan dietético más adecuado para los veganos.

Diferentes formas de prevenir o tratar el melanoma

Aunque el melanoma no puede prevenirse por completo, algunas medidas específicas pueden ayudar a reducir el riesgo. Además de mantener una dieta sana con propiedades anti melanoma, estas medidas incluyen reducir al mínimo la exposición a los rayos UV (sobre todo los de las camas solares) y revisar periódicamente los lunares de aspecto anormal.

Sin embargo, es importante tener en cuenta que la dieta por sí sola no es un tratamiento primario para el melanoma. Las opciones de tratamiento varían en función del estadio y la progresión de la enfermedad. Pueden incluir la extirpación quirúrgica del melanoma, la radioterapia, la inmunoterapia, como los inhibidores del punto de control inmunitario, los fármacos de terapia dirigida, la quimioterapia y la terapia celular adoptiva, que utiliza células inmunitarias cultivadas en un laboratorio para atacar a las células cancerosas.


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