La meditación y otras prácticas de atención plena pueden mejorar la atención, pero no provocan cambios estructurales en el cerebro a corto plazo, según un nuevo estudio.
Estudios anteriores han demostrado que el aprendizaje de nuevas habilidades, el ejercicio aeróbico y el entrenamiento del equilibrio pueden provocar cambios en el cerebro, y algunas investigaciones han sugerido que los regímenes de atención plena podrían hacer lo mismo.
Para averiguar si esto es cierto, los investigadores del Centro para Mentes Saludables de la Universidad de Wisconsin-Madison realizaron pruebas con más de 200 personas sanas que no tenían experiencia en meditación.
Los participantes se sometieron a escáneres de resonancia magnética para evaluar sus cerebros y luego fueron asignados al azar a uno de tres grupos: un curso de reducción del estrés basado en la atención plena (MBSR); un curso de bienestar llamado Programa de Mejora de la Salud (HEP), o un grupo de control que no recibió ningún tipo de entrenamiento.
El curso MBSR fue dirigido por instructores certificados. Incluía prácticas de atención plena como el yoga, la meditación y la conciencia corporal. El programa de mejora de la salud implicaba a los participantes en prácticas de ejercicio, musicoterapia y nutrición, pero sin formación en atención plena. Ambos grupos pasaron tiempo adicional siguiendo sus programas en casa.
Después de ocho semanas, todos los participantes en el estudio se sometieron a otra resonancia magnética cerebral. No se detectaron diferencias significativas en los cambios estructurales del cerebro entre los del grupo MBSR, HEP o de control.
Sin embargo, las personas de los grupos MBSR y HEP informaron de un aumento de la atención plena en comparación con los del grupo de control. Esto sugiere que cualquier tipo de programa de bienestar —no solo la meditación de atención plena— puede conducir a una mayor atención plena autodeclarada, según los autores del estudio.
Los resultados se publicaron en línea el 20 de mayo en la revista Science Advances.
«Puede ser que solo con una duración mucho mayor del entrenamiento, o con un entrenamiento centrado explícitamente en una sola forma de práctica, se identifiquen alteraciones estructurales», escribieron los investigadores dirigidos por Richard Davidson, profesor de psicología y psiquiatría de la UW-Madison.
Señalaron que, a diferencia del entrenamiento físico y espacial, que ha demostrado desencadenar cambios estructurales detectables en el cerebro, el entrenamiento de la atención plena implica una serie de áreas psicológicas como la atención, la compasión y la emoción.
Esto utiliza una compleja red de regiones cerebrales, cada una de las cuales puede cambiar en distinto grado en diferentes personas, lo que dificulta la detección de cambios cerebrales globales en un grupo de personas, explicaron los autores del estudio.
«Todavía estamos en las primeras etapas de la investigación sobre los efectos del entrenamiento de la meditación en el cerebro y hay mucho por descubrir», dijo Davidson en un comunicado de prensa de la universidad.
Más información
Hay más información sobre la atención plena en los Institutos Nacionales de Salud de EE.UU.
FUENTE: Universidad de Wisconsin-Madison, comunicado de prensa, 20 de mayo de 2022
Esta historia fue publicada originalmente en el sitio web de HealthDay.
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