Una ilustración que muestra cuatro vasos de agua que contienen cuatro objetos sólidos diferentes, está provocando desconcierto entre los internautas.
Cada vaso es del mismo tamaño, cada uno está lleno de agua casi hasta el borde y contiene un objeto diferente. El vaso A contiene una pelota de tenis, el B una goma de borrar, el C un clip y el D un plumón rojo.
La pregunta es esta: ¿qué vaso contiene más agua?
Antes de desplazarse hacia abajo para encontrar la solución, observe la ilustración y trate de resolverla por sí mismo. Tal vez imagínese sacando cada elemento de los vasos uno por uno, ya que esto puede ayudar a visualizar cuánta agua quedaría.
Respuesta: el vaso con el clip en su interior contiene la mayor cantidad de agua.
¿Lo entendió bien? Para cualquier lector que no haya llegado a la solución correcta, quizás una explicación de la ciencia detrás del enigma ayude.
Se trata de un concepto llamado «desplazamiento». Cuando un objeto se sumerge en agua, el volumen del objeto desplaza un volumen igual de líquido. Por lo tanto, si los vasos son todos del mismo tamaño y el nivel de agua es el mismo para cada vaso (es decir, todos contienen el mismo volumen de alguna sustancia), entonces el vaso que contiene el objeto de menor volumen contendrá el mayor volumen de agua.
El clip, por supuesto, tiene el menor volumen de los cuatro objetos sólidos de cada vaso. Por lo tanto, desplaza la menor cantidad de agua, permitiendo un mayor volumen de agua en el vaso.
El momento «eureka» de Arquímedes
Mientras este rompecabezas cumple una función moderna como un rápido y divertido estímulo de 60 segundos para las vías neuronales, el principio de desplazamiento del agua para el cálculo del volumen tiene una fascinante historia de origen.
La práctica para determinar el volumen mediante la inmersión de objetos en el agua se atribuyó originalmente al matemático griego Arquímedes a través de una anécdota entretenida.
Según Science World, un rey le pidió a Arquímedes que averiguara si su corona estaba hecha de oro puro o de oro mezclado con plata. Para dar una respuesta al rey, Arquímedes tuvo que calcular la densidad de la corona; la densidad se calcula dividiendo la masa de un objeto por su volumen.
Arquímedes sabía cómo encontrar la masa de la corona pero no sabía cómo descubrir su volumen.
El «momento eureka» ocurrió mientras el matemático se bañaba. Arquímedes notó que cuanto más bajaba su cuerpo al agua, más subía el nivel de esta. El desplazamiento del agua podía medirse y así indicaba el volumen de un objeto.
Según la historia, Arquímedes pudo comparar la densidad de la corona con la conocida densidad del oro puro y obtuvo un resultado concluyente, aunque decepcionante para el rey: la composición de la corona no era de oro puro.
Ya sea que se use para medir la riqueza de la realeza, como parte de una tarea de ciencias en una escuela, o para resolver un desafío viral de acertijo, el truco del desplazamiento de agua ha sido relevante durante siglos.
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