Opinión
Contrariamente a la narrativa popular que viene de Moscú, ni Estados Unidos ni la OTAN son culpables de la invasión rusa en Ucrania.
De hecho, aparte del propio presidente ruso Vladimir Putin, Beijing–y no Washington–tiene gran parte de la culpa de la invasión rusa.
Esto se hará evidente en un momento.
Pero primero, veamos algunas razones que dio Putin para su invasión en Ucrania.
La justificación de la «política realista» de Putin
Una de las explicaciones es la visión de «política realista» de Putin sobre las relaciones internacionales. En pocas palabras, la «política realista» ve el mundo a través de un lente de equilibrio de poder, y a menudo en términos de suma cero, donde la ganancia de poder de una nación es la pérdida de otra.
El análisis del equilibrio de poder normalmente afirma que cuantos más centros de poder haya, más difícil será mantener el equilibrio entre las naciones y, por tanto, más inestable se vuelve el mundo. Este estado de «multipolaridad» es intrínsecamente menos estable que la bipolaridad, ejemplificada por la Guerra Fría entre Estados Unidos y la URSS, o la unipolaridad, tipificada por la posición post-Guerra Fría que Estados Unidos ha disfrutado durante las últimas tres décadas.
En esta nueva era multipolar, los retos de seguridad de las naciones son más complejos, lo que hace que el mundo sea menos estable. Por eso, la multipolaridad normalmente suele aumentar las probabilidades de que estalle una guerra. La historia lo confirma, ya que las dos guerras mundiales se produjeron en épocas de multipolaridad.
El ficticio acuerdo de no expansión de Putin
Por ello, Putin considera que la inclinación de Ucrania hacia el oeste es un aumento del poder de la OTAN a expensas del de Rusia, así como una violación de los tratados firmados por Estados Unidos, Rusia, y otros.
Tiene la mitad de razón. Por un lado, la incorporación de antiguas naciones soviéticas–como Hungría y Polonia–añadió poder a la OTAN. Por otro lado, según el ex líder soviético Mijail Gorbachov, quien participó personalmente en las negociaciones, la expansión de la OTAN hacia el este nunca se discutió ni se desautorizó.
«El tema de la ‘expansión de la OTAN’ no se discutió en absoluto, y no se sacó a colación en aquellos años. Lo digo con total responsabilidad. Ni un solo país de Europa del Este planteó la cuestión, ni siquiera después de que el Pacto de Varsovia dejara de existir en 1991. Los líderes occidentales tampoco lo plantearon», dijo Gorbachov a Russia Beyond en una entrevista en octubre de 2014.
Por lo tanto, nunca se llegó a un acuerdo de este tipo ni se discutió. Putin miente sobre la violación de la OTAN de un tratado que nunca existió.
El interés de Ucrania es el crecimiento económico
Pero aunque Ucrania no sea miembro de la OTAN, su interés nacional es el crecimiento económico, no el poder militar. Si fuera esto último, no habría renunciado voluntariamente a sus misiles nucleares hace tres décadas.
Aun así, la preferencia de Kiev por alinearse con el Occidente más rico y liberal que con la Rusia autocrática y con armas nucleares de Putin, que a su vez es un caso económico perdido, es una pérdida de facto para Rusia.
La realidad es que Ucrania puede beneficiarse de Occidente sin ser miembro de la OTAN. De hecho, la OTAN no tiene planes de poner misiles en Ucrania.
Putin se aferra a China para ser relevante
Por lo tanto, el verdadero temor de Putin no es la deserción de Ucrania hacia Occidente, sino el declive del poder económico de Rusia. Invadir Ucrania es una forma de capturar la producción económica y los recursos.
Pero también lo es alinearse con China.
La declaración de Beijing antes de las Olimpiadas sobre un «apoyo ilimitado» a Moscú no fue un hecho aislado. No hay duda de que China sabía de la invasión que Rusia planeaba en Ucrania.
El líder chino Xi Jinping bendijo los planes de Putin con la promesa de acceso al capital y a los mercados chinos, y con la cobertura diplomática para la invasión.
El momento de su alineamiento mutuo es menos importante que el hecho de que ambos lo acordaron. La invasión rusa en Ucrania es un resultado inmediato del apoyo de China.
Y ahora que Occidente está estrangulando la economía rusa en prácticamente todos los aspectos–incluido el acceso a USD 630,000 millones en instituciones financieras estadounidenses, la denegación de acceso al SWIFT, y la desinversión de las empresas occidentales en Rusia, así como el anunciado boicot estadounidense al petróleo ruso–Moscú necesita el apoyo de Beijing ahora más que nunca.
Putin es el idiota útil de Beijing
Además, como señalé en mi anterior artículo de opinión, Rusia y China están ocupadas en la creación de un sistema financiero mundial alternativo, distintas al dólar. Esto supuestamente ayudará a la economía rusa a ser inmune a las sanciones de Estados Unidos, pero poco más.
La verdad es que ni Ucrania ni las sanciones estadounidenses suponen la mayor amenaza para Rusia. El régimen autoritario de Putin y su política económica y exterior son los que están destruyendo al país.
Otra verdad es que cuanto más tiempo permanezca Putin en el poder, más necesitará Rusia a China, y Beijing lo sabe.
Así pues, la relación China-Rusia es menos una asociación igualitaria y más una asociación subordinada, con Beijing a la cabeza.
¿Cómo podría ser de otra manera?
¿Qué puede ofrecer Rusia que no pueda ofrecer China?
¿Por qué iba a tener China planes a largo plazo para compartir la hegemonía mundial con Rusia?
De ninguna manera. Rusia es un país moribundo, temeroso de quedarse atrás en el mundo en cuanto a poder económico y tecnológico, porque lo está.
Rusia es el representante de Beijing
Aun así, Beijing es lo suficientemente inteligente como para aprovechar la debilidad y la megalomanía de Putin apoyando sus ambiciones de reconstituir el imperio ruso/soviético, a pesar de que todo el mundo, excepto quizás Putin, sabe que esa revitalización nunca se producirá.
China está aprovechando la asociación para que Rusia libre una guerra por delegación contra los intereses de Estados Unidos (la OTAN) en Europa. Putin, actuando como el idiota útil de Beijing, está haciendo lo que China no puede hacer en Europa, que es ayudar a destronar a Estados Unidos en la escena mundial.
¿Quiere más pruebas de la alianza desigual?
Beijing se beneficia del dolor económico de Rusia comprando su petróleo a una fracción de lo que pagan los europeos porque puede dictar esas condiciones.
Y a Rusia le parece bien, demostrando claramente dónde está el equilibrio de poder en su nueva asociación «ilimitada» con China.
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Las opiniones expresadas en este artículo son propias del autor y no necesariamente reflejan las opiniones de The Epoch Times
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