El presidente ruso, Vladimir Putin, viajará a China para reunirse con los dirigentes comunistas esta semana. El viaje es parte de un esfuerzo más amplio para profundizar la asociación de las dos naciones contra el orden internacional imperante.
Putin se reunirá con el secretario general del Partido Comunista Chino (PCCh), Xi Jinping, en el foro de la Iniciativa de la Franja y la Ruta que se celebrará en Beijing los días 17 y 18 de octubre. Según se informa, viaja con los magnates petroleros rusos Alexei Miller e Igor Sechin, que dirigen Gazprom y Rosneft, respectivamente.
El viaje es la primera salida de Putin más allá de las fronteras de la ex-Unión Soviética desde que la Corte Penal Internacional emitió una orden de arresto en su contra por su deportación forzada de niños ucranianos. Sin embargo, Putin visitó la Ucrania ocupada en ese momento.
La reunión en persona entre Putin y Xi será la segunda del año. También se produce cuando el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, lucha por asegurar una reunión con Xi.
China apoya a Rusia a pesar de la presión internacional
China y Rusia declararon una asociación “sin límites” apenas unas semanas antes de la invasión rusa a gran escala de Ucrania. La administración Biden considera que China y Rusia son el reto al que se enfrenta Estados Unidos y su mayor amenaza como nación-estado.
Las dos potencias han trabajado desde 2022 para ampliar su alianza de facto en los ámbitos diplomático, económico y militar.
Durante una visita a Moscú en marzo, Xi dijo que él y Putin estaban impulsando un “cambio que no había ocurrido en 100 años”.
Mientras tanto, Putin dijo que China y Rusia crearían un “orden mundial multipolar” más justo para reemplazar las “reglas” del actual orden internacional.
Asimismo, un comunicado del PCCh decía que las dos naciones “compartían la opinión de que esta relación ha ido mucho más allá del alcance bilateral y ha adquirido una importancia crítica para el panorama global y el futuro de la humanidad”.
El PCCh ha recibido criticas internacionales por su continuo apoyo a Rusia durante la guerra en curso en Ucrania.
Estados Unidos ha acusado al PCCh de considerar la posibilidad de brindar apoyo militar a Rusia para la guerra, y Washington ha incluido en la lista negra a numerosas empresas chinas por suministrar equipo militar a Rusia para su uso en Ucrania.
Xi también se niega a sumarse a las sanciones internacionales contra Rusia por la invasión a Ucrania, y el PCCh ha adoptado sistemáticamente la posición de que las acciones financieras globales contra Rusia no son válidas, proporcionándole así a Rusia un salvavidas económico vital en los mercados chinos.
Los líderes de inteligencia estadounidenses han dicho que la asociación entre el PCCh y el Kremlin probablemente se profundizará en la próxima década.
Rusia ahora es el principal socio de China
Durante los 30 años transcurridos desde el colapso de la Unión Soviética, la economía y el ejército rusos se han desplomado hasta el punto en que la relación de poder de Moscú ante China ha disminuido significativamente.
Aun así, el PCCh tiene que conciliar su fervor por socavar Washington ante el hecho de que Estados Unidos sigue siendo, con diferencia, la economía y la potencia militar más fuerte del mundo.
Con ese fin, Xi está buscando profundizar los vínculos con Putin para socavar mejor a Estados Unidos y el orden internacional que lidera, dijo Patricia Kim, miembro del grupo de expertos Brookings Institution.
“[China] no ha reducido sus vínculos con Moscú, y mucho menos ha presionado a Putin para tratar de frenar su invasión a Ucrania”, dijo Kim durante una mesa redonda el 26 de septiembre en la Brookings Institution.
«Está claro que Xi considera a Putin como su socio más importante para erosionar lo que él considera un orden global dominado por Occidente».
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