Con el paso del tiempo, se puede atribuir a la meditación la transformación de la mente, fomentando la concentración, la claridad y la positividad emocional. A través de una práctica diaria, usted puede aprender los patrones y hábitos de la mente, especialmente, observando cuando la mente piensa. Al observar cómo piensa la mente, uno se da cuenta de que, aunque la mente es una parte de uno, no lo es todo. La meditación le ayuda a separarse de los detalles a veces mundanos de la vida y a cultivar un estado de conciencia tranquilo y positivo. La meditación es como un campo de entrenamiento para la mente, cuyo resultado final se encuentra la ecuanimidad y la paz.
La meditación se ha practicado desde la antigüedad como un aspecto de varias religiones, como el hinduismo, el budismo y el cristianismo. Más recientemente, se ha reintroducido y volvió a la circulación principal con beneficios como la reducción de la presión arterial alta, la ansiedad y la depresión. Las primeras referencias a la meditación provienen de los Vedas hindúes. Otras formas surgieron en la China taoísta y la India budista alrededor de los siglos VI y V d.C.
Tipos de meditación
Es imposible enumerar los distintos tipos de meditación, de hecho, el término es sinónimo de simple conciencia, sin embargo, hay algunas variedades comunes a considerar.
– Vipassana es probablemente la forma más común de meditación de atención plena. Tiene su origen en la tradición budista. En la meditación Vipassana, el practicante simplemente observa la respiración sin tratar de controlarla, creando conciencia.
– La Meditación Trascendental (MT) consiste en sentarse con la espalda recta y repetir una palabra sagrada. La atención se centra en elevarse por encima de todo lo que es transitorio. Suele hacerse durante 20 minutos por la mañana y por la noche. Es otra forma de meditación que se ha hecho especialmente popular, sobre todo entre los famosos.
– La meditación caminando es el simple acto de permanecer conscientemente presente durante una caminata. Es un método que permite incorporar la meditación a su vida diaria. Con cada inhalación, da un paso y con cada exhalación, da otro paso.
¿Está realmente meditando?
Decidir qué quiere conseguir con la meditación puede ser una buena manera de observar su progreso. El propósito de la meditación es superar las perturbaciones mentales que pueden controlar su vida, entrenando su mente para que se aleje de la inquietud. Básicamente, tiene pensamientos pero está mucho menos perturbado por ellos.
Saber es la mitad de la batalla. Antes de comenzar la meditación, es probable que su mente primitiva salte de un pensamiento a otro sin que se de cuenta de que no estás concentrado. Cuando medite, su mente seguirá vagando, pero ahora lo notará. ¿De qué sirve darse cuenta?
Cuando se da cuenta, es capaz de volver a centrarse y, con el tiempo, la cantidad de pensamientos errantes se reduce drásticamente. Cuanto más se esfuerce en enfocar su mente, más probable será que los pensamientos se desvíen. No se puede forzar la meditación. Es una práctica que se realiza una y otra vez.
Sabrá que la meditación ha empezado a hacer su magia si está concentrado y alerta, pero todavía relajado. No se identifique con una experiencia de meditación en particular, sino con sus cambios positivos en general. ¿Ha notado que está menos estresado, más consciente de su entorno y menos ansioso por pasar a lo siguiente? La meditación no es un éxito que se logre de la noche a la mañana, sino en la vida. ¿Puede pensar en las muchas experiencias que hacen que merezca la pena practicarla? Siga haciéndolo, observe sus progresos, pero resista el impulso de juzgarlo.
Republicado de Naturallysavvey
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