Opinión
El portavoz oficial de China, la agencia de noticias Xinhua, reveló el 11 de octubre que el líder chino Xi Jinping visitaría la ciudad de Shenzhen para celebrar el 40° aniversario de la Zona Económica Especial. Shenzhen es un centro industrial en la provincia de Guangdong, al sur de China, que une Hong Kong con China continental.
Crisis de perder la confianza de la gente
Las circunstancias que rodearon la gira de Xi por el sur son similares a las que encontró el exlíder Deng Xiaoping cuando hizo la misma gira hace 28 años, como la situación económica y las luchas internas dentro del Partido Comunista Chino (PCCh).
La gira por el sur de Deng se realizó luego de la masacre de Tiananmen del 4 de junio de 1989 y la desintegración de la Unión Soviética en 1991. El PCCh fue aislado internacionalmente. Los países democráticos occidentales globalmente impusieron sanciones al PCCh y la economía de China estaba en problemas. Al mismo tiempo, continuaba la lucha interna en el PCCh y crecían las demandas para una reforma.
La gira por el sur de Xi también coincidió con problemas internos y externos. La economía de China está luchando debido a la actual guerra comercial entre Estados Unidos y China y la pandemia del COVID-19. Además de eso, la comunidad internacional quiere responsabilizar al régimen chino por encubrir la propagación del virus del PCCh (nuevo coronavirus) cuando estalló por primera vez en la ciudad de Wuhan a fines del año pasado. Estados Unidos y otros países occidentales han impuesto sanciones contra Beijing por implementar una ley de seguridad nacional en Hong Kong. Las crecientes presiones han puesto en juego los intereses de los funcionarios del PCCh e intensificado la lucha por el poder dentro del Partido.
Estas presiones también han obligado al PCCh a solicitar una reforma económica para salvarse del borde del colapso.
En este contexto, ¿la gira de Xi por el sur traerá un punto de inflexión importante en la historia de China, al igual que la gira de Deng en 1992?
El 11 de octubre, antes de la gira de Xi, las oficinas generales del Comité Central y el Consejo de Estado emitieron conjuntamente un plan que implementaría reformas piloto en Shenzhen, convirtiendo a la ciudad en una «zona de demostración del socialismo con características chinas» en los próximos cinco años (2020-2025). El documento enfatizó que el plan fue una creación de Xi y fue especialmente preparado como pieza publicitaria para su gira por el sur.
El documento señaló que las reformas en Shenzhen son para «fortalecer el motor central en la construcción del área de la Gran Bahía de Guangdong-Hong Kong-Macao».
Esto significa que el plan socavará el estatus de metrópolis de Hong Kong y eventualmente reemplazará por completo el estatus financiero internacional de la ciudad. Otra sección del documento, de hecho, lo detalla: «Apoyar a las instituciones financieras extranjeras calificadas para iniciar el establecimiento de compañías de valores y compañías de administración de fondos en Shenzhen de acuerdo con la ley».
Sin embargo, la realidad es que Shenzhen no tiene las ventajas del territorio aduanero independiente y del puerto libre de Hong Kong. El sistema regulatorio de Shenzhen carece de transparencia y también está limitado por la política de control de divisas del PCCh. Todo esto podría exacerbar la falta de estabilidad económica de Shenzhen durante las recesiones financieras mundiales.
Mientras el PCCh intenta quitarle las libertades y el estado de derecho a Hong Kong, la gente ha perdido la confianza en el estado libre y estable del centro financiero, lo cual solo reduciría el número de inversiones extranjeras en Hong Kong y China continental.
El plan de reforma de Shenzhen refleja la política constante del PCCh de utilizar «mentiras para gobernar todo». El documento sigue la misma línea engañosa del Partido cuando el régimen está al borde del colapso.
Deng utilizó este mismo enfoque hace 29 años en su camino hacia el sur, a Shenzhen, cuando dijo: “Solo cuando la economía se desarrolle y mejore el sustento de la gente, ellos te creerán (.…) ¡La línea básica de la construcción económica como centro no es de diez o veinte años, sino de cien años!”
El discurso de Deng fue un ejemplo de la estrategia del PCCh de usar “mentiras para gobernar todo” para evitar que el régimen se derrumbe, en lugar de crear reformas políticas y sistémicas concretas.
El 12 de octubre, Xi se dirigió a un sector local en la ciudad de Chaozhou, en el que enfatizó que la industria tecnológica de China debería volverse más «autosuficiente». Este enfoque es el mismo que la estrategia económica del exlíder Mao Zedong de «autosuficiencia» dentro de una «economía planificada».
Sin embargo, durante la gira de Xi en la ciudad de Shantou el 13 de octubre, él habló sobre «tomar el camino de la reforma y la apertura», que era el enfoque de Deng. Deng abrió la economía de China a los mercados globales («apertura y reforma») bajo una economía de mercado socialista a fines de la década de 1970.
Las declaraciones contradictorias de Xi muestran que una «reforma y apertura» es solo una medida provisional. Para salir de la crisis dentro del Partido y la situación de aislamiento de la comunidad internacional, Xi pide reformas, pero solo para apaciguar a las audiencias nacionales y extranjeras. También es una respuesta en preparación para la próxima Quinta Sesión Plenaria del Comité Central este mes.
Punto sin retorno
El 14 de octubre, Xi pronunció su discurso en el 40° aniversario del establecimiento de la Zona Económica Especial de Shenzhen, diciendo: “Actualmente, la reforma se encuentra en una nueva coyuntura histórica, con muchos desafíos sin precedentes emergentes. Por tanto, la complejidad, sensibilidad y dificultad de impulsar la reforma no son menores que hace cuatro décadas».
Al abordar los desafíos de la reforma económica, Xi recomendó: «Adherirse a la combinación de ‘atravesar el río tanteando las piedras‘», haciendo referencia a una frase atribuida a Deng, que utilizó como metáfora para describir el enfoque cauteloso de China hacia la reforma y la apertura puesta en marcha y la reestructuración de su economía a finales de los años setenta.
¿Por qué Xi cree que la reforma económica será como “atravesar el río tanteando las piedras” como hace 40 años? ¿Los 1400 millones de chinos en el continente lo aceptarían voluntariamente y tomarían riesgos?
El discurso de Xi en Shenzhen indica que no hay solución a las actuales dificultades económicas de China. En este contexto, la “reforma y apertura” es nuevamente explotada como un eslogan político para engañar a quienes siguen la línea del Partido y ocultar el miedo más profundo del Partido a la desaparición.
Huidong Zhang fue gerente general de Rightway China Real Estate en Dalian, provincia de Liaoning. Él obtuvo una maestría en administración de empresas y luego trabajó para Dalian Heavy Industry Group Co. Ltd.
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Las opiniones expresadas en este artículo son propias del autor y no necesariamente reflejan las opiniones de The Epoch Times
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