Análisis de noticias
Las fuerzas militares estadounidenses revelaron recientemente el primer caso registrado de militares chinos operando cerca de la zona marítima de Alaska, durante un ejercicio aéreo conjunto con Rusia, en el que cuatro aviones fueron interceptados por cazas estadounidenses y canadienses.
Pero mientras los oficiales militares estadounidenses dijeron que el incidente no era una sorpresa, los analistas militares dicen que fue un intento de China de fortalecer su presencia estratégica en el Pacífico Norte y en el Círculo Polar Ártico además de que refleja una creciente impaciencia con las políticas estadounidenses.
El 24 de julio, el North American Aerospace Defense Command (Mando Norteamericano de Defensa Aeroespacial-NORAD) confirmó la detección, seguimiento e interceptación de dos bombarderos rusos TU-95 y dos aviones militares chinos H-6 dentro de la Zona de Identificación de Defensa Aérea de Estados Unidos, sobre Alaska. Aunque las aeronaves permanecieron en el espacio aéreo internacional —sin invadir en ningún momento el espacio aéreo soberano de Estados Unidos o Canadá— el NORAD subrayó su compromiso de vigilar y responder a las actividades militares extranjeras cerca de las costas norteamericanas.
El secretario de Defensa de Estados Unidos, Lloyd Austin, al referirse al incidente el 25 de julio, aseguró a la opinión pública que el país estaba preparado y que la aparición de los aviones rusos y chinos «no era una sorpresa».
«Nosotros vigilamos de cerca estos aviones, rastreamos los aviones, interceptamos los aviones, lo que demuestra que las fuerzas armadas están preparadas todo el tiempo y que tenemos muy buenas capacidades de vigilancia», dijo Austin.
El ministerio de Defensa ruso proporcionó más contexto, diciendo que la operación incluía una patrulla conjunta sobre el mar de Chukchi, el mar de Bering y el norte del océano Pacífico, y que no se produjo ninguna violación del espacio aéreo internacional. Un portavoz del ministerio de Defensa chino afirmó además durante una rueda de prensa que el ejercicio no iba dirigido contra ningún tercero ni estaba influido por los actuales conflictos mundiales o regionales.
Sin embargo, Su Tzu-Yun, analista militar y director del Instituto de Investigación de Defensa y Seguridad Nacional de Taiwán, ofreció una perspectiva opuesta.
El Sr. Su declaró a The Epoch Times que la proximidad de estos ejercicios a Alaska —una región crítica para la defensa antimisiles estadounidense— indica un acto deliberado de intimidación por parte de China y Rusia. «El despliegue conjunto de bombarderos no solo es un claro recordatorio del alcance potencial de China y Rusia, sino que también suscita preocupación sobre sus intenciones», afirmó el analista.
También indicó un patrón más amplio de las alianzas militares entre China y varios otros países, destacando los recientes ejercicios con Bielorrusia en Europa, Laos en el océano Índico y los ejercicios navales con Rusia en el Pacífico.
«Al conectar estas actividades, surge una estrategia clara. El Partido Comunista Chino (PCCh) pretende desafiar el dominio de Estados Unidos a lo largo de la primera línea de defensa de la cadena de islas, desde Japón y Taiwán hasta el Mar de China Meridional», explicó el analista.
La creciente frecuencia e intensidad de las maniobras militares conjuntas entre el PCCh y países como Rusia han agudizado las tensiones mundiales y suscitado serias preocupaciones en las democracias occidentales, especialmente en Estados Unidos.
El Sr. Su afirmó que la alianza entre el PCCh y Rusia crea un formidable eje de seguridad global, que también incluye a Corea del Norte, Irán y los estados vasallos como Bielorrusia, lo que representa una gran preocupación de seguridad para el mundo.
«Estas alianzas subrayan el desafío estratégico del PCCh a las democracias en el mar con una base de poder continental», afirmó el Sr. Su.
«Tácticas de zona gris»
Liu Hsiao-Hsiang, investigador asociado del Instituto de Investigación de Seguridad de Defensa Nacional de Taiwán, dijo a The Epoch Times que las actividades militares del PCCh cerca de Alaska utilizan «tácticas de zona gris», diseñadas para intensificar la presencia militar regional y señalar la creciente impaciencia del PCCh con las políticas estadounidenses.
El Sr. Liu afirmó que, aunque las anteriores patrullas conjuntas aéreas y marítimas del PCCh en el Mar de China Oriental, el Mar Amarillo y el Mar de Japón apuntan ostensiblemente a Japón, su objetivo final es Estados Unidos. «Estas maniobras no son solo una postura regional, sino que son indicativas de una estrategia más amplia para recalibrar el equilibrio de poder en la región Asia-Pacífico», declaró el analista.
También señaló la importancia estratégica del primer vuelo conjunto de aviones militares chinos y rusos cerca de Alaska.
«Para Rusia, el espacio aéreo sobre Alaska y el mar de Bering alberga intereses militares y económicos críticos, principalmente debido a su proximidad a las rutas marítimas vitales del norte», dijo Liu, agregando que «el PCCh está dispuesto a apostar por su estrategia Indo-Pacífico, alejándose de la postura ambigua que mantuvo en el pasado».
Juegos de poder en la región ártica
A medida que los aviones militares chinos y rusos atraviesan el mar de Chukchi, el mar de Bering y la costa de Alaska, sus rutas de vuelo se cruzan ahora con el Círculo Polar Ártico, al norte de la marca de 66 grados 34 minutos de latitud, una región considerada cada vez más crucial desde el punto de vista estratégico debido al acelerado deshielo del Ártico.
A pesar de su distancia geográfica del Ártico, China se ha reafirmado como una «parte interesada importante en los asuntos del Ártico», destacada por la publicación de su libro blanco de 2018, «Política Ártica de China». En este documento, China se compromete a involucrarse profundamente en los asuntos del Ártico.
Apenas dos días antes de la patrulla conjunta China-Rusia dentro de la Zona de Identificación de Defensa Aérea de Alaska, el Departamento de Defensa de Estados Unidos dio a conocer su «Estrategia Ártica 2024», la primera actualización de la política del departamento para la región desde 2019.
La subsecretaria de Defensa, Kathleen Hicks, hizo hincapié en el papel crítico del Ártico en la defensa y soberanía nacionales, alineándose con las obligaciones de los tratados de Estados Unidos. La estrategia está diseñada para preservar el Ártico como una «región segura y estable».
Reconociendo los retos que plantean las ambiciones de China y la asertividad de Rusia en el Ártico —a pesar de los reveses de Rusia en Ucrania— la estrategia estadounidense se centra en reforzar las capacidades de defensa, mejorar la cooperación con los aliados, realizar ejercicios de entrenamiento regulares y reforzar los mecanismos regionales de defensa y disuasión.
«Aunque no es un Estado ártico, [China] busca una mayor influencia en la región, un mayor acceso a ella y una mayor participación en su gobernanza. Esto es preocupante, dado que es el único competidor estratégico con la voluntad y, cada vez más, los medios para rehacer el orden internacional», destacó la subsecretaria Hicks durante la presentación de la estrategia.
También se refirió a la creciente colaboración comercial y militar entre China y Rusia en el Ártico, subrayando la necesidad de que Estados Unidos se adapte militarmente a esta dinámica cambiante.
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