Al menos 133 personas murieron en una masacre en una sala de conciertos de Moscú el viernes por la noche, en lo que fue el atentado terrorista más mortífero en suelo ruso en más de una década. El grupo terrorista con base en Afganistán, Estado Islámico Jorasán (ISIS-K), reivindicó la autoría de la matanza.
La rama del ISIS reivindicó la autoría de la masacre en una declaración publicada en las redes sociales afiliadas, aunque ni el Kremlin ni los servicios de seguridad rusos han atribuido oficialmente la autoría del atentado.
Un funcionario de inteligencia estadounidense, por su parte, dijo a The Associated Press que las agencias de inteligencia de Estados Unidos habían confirmado que ISIS era responsable del ataque.
Insinuando una posible implicación ucraniana, el presidente ruso, Vladimir Putin, afirmó el sábado que los atacantes tienen co-conspiradores en el lado ucraniano de la frontera. «Ellos estaban viajando a Ucrania, donde, según la información preliminar, tenían una ventana para cruzar la frontera», dijo el sábado.
Aunque sigue habiendo dudas sobre las motivaciones del grupo o sobre si estaba el grupo detrás del atentado, esto es lo que se sabe sobre el ISIS-K.
¿Quién es el ISIS-K?
El ISIS-K surge en el este de Afganistán a finales de 2014 y sigue siendo uno de los grupos terroristas más activos que luchan bajo la bandera del ISIS. Ellos afirman que su objetivo es crear un califato islámico que se extienda por Asia Central y Occidental.
En la última década, el ISIS-K se ganó una reputación de brutalidad. A veces luchan contra los talibanes que ahora dirigen Afganistán, tras la retirada de las fuerzas de Estados Unidos y sus aliados en agosto de 2021. Entre los objetivos del grupo también figura Irán, la República Islámica dominada por una jerarquía clerical, que sigue una escuela chiíta a la que consideran hereje.
En enero, casi 100 personas murieron en dos explosiones en una ceremonia en Irán para conmemorar al comandante Qassem Soleimani, que murió en un ataque estadounidense con drones hace cuatro años. El ISIS-K reivindicó la autoría del atentado, que fue confirmado por los servicios de inteligencia estadounidenses.
En septiembre de 2022, el ISIS-K reivindicó la autoría de un atentado suicida mortal contra la embajada rusa en Kabul, capital de Afganistán. Rusia es uno de los pocos países que ha mantenido una misión diplomática en Kabul tras la toma del poder por los talibanes. Aunque el Kremlin no reconoce oficialmente al régimen talibán, ha habido conversaciones sobre un posible acuerdo para importar productos petrolíferos rusos a cambio de minerales afganos.
La oposición activa del ISIS-K contra el régimen talibán se extiende también a Beijing, que trata de estrechar lazos con el nuevo régimen para asegurarse las rutas comerciales y el acceso a las materias primas fundamentales para su expansión militar. En diciembre de 2022, el ISIS-K bombardeó un hotel de propiedad china en Kabul que atendía sobre todo a ciudadanos chinos.
En medio de la caótica evacuación de 2021, un terrorista suicida detonó explosivos en el Aeropuerto Internacional de Kabul, cobrándose la vida de 13 miembros del servicio estadounidense y más de 150 afganos que intentaban huir del país. El pasado mes de abril, la Casa Blanca comunicó a las familias de los 11 marines, el marinero y el soldado muertos en la explosión, que el líder del ISIS-K que organizó el atentado del aeropuerto había «muerto en una operación talibán».
El 7 de marzo, el general de más alto rango que supervisa las operaciones militares de Estados Unidos en el Medio Oriente advirtió de que el ISIS-K parece estar ganando impulso para lanzar ataques en suelo de países occidentales.
«Considero que ISIS-Khorasan conserva la capacidad y la voluntad de atacar intereses estadounidenses y occidentales en el extranjero en tan solo seis meses y sin apenas aviso», declaró el general del ejército Michael Kurilla, comandante del Mando Central de Estados Unidos.
Al mismo tiempo, la embajada de Estados Unidos en Rusia emitió una advertencia de que se produciría un atentado terrorista «inminente» en Moscú, diciendo a los estadounidenses en la ciudad que evitaran las aglomeraciones, vigilaran los medios de comunicación locales y estuvieran atentos a su entorno.
Esta advertencia se produjo horas después de que las autoridades rusas dijeran que habían evitado con éxito un atentado del ISIS-K dirigido contra una sinagoga de la ciudad. El Servicio Federal de Seguridad ruso, la agencia de contrainteligencia del país, declaró que los terroristas «se disponían a atacar a los fieles de una sinagoga utilizando armas de fuego» y fueron «neutralizados» durante un tiroteo.
Rusia persigue a un posible enlace ucraniano
En un discurso televisado, Putin insinuó una posible conexión entre la masacre del viernes y Ucrania, que ha entrado en su tercer año de lucha contra una invasión rusa a gran escala.
«Hoy me dirijo a ustedes en relación con el sangriento y bárbaro acto terrorista del que fueron víctimas docenas de personas inocentes y pacíficas», dijo Putin, quien recientemente obtuvo una aplastante victoria en la reelección, en sus primeras declaraciones públicas desde el ataque.
«Los cuatro autores del atentado terrorista que dispararon y mataron a personas han sido detenidos. Ellos viajaban hacia Ucrania, donde, según la información preliminar, tenían una ventana para cruzar la frontera», declaró.
Ucrania negó cualquier implicación y acusó al Kremlin de explotar el atentado para obtener apoyo interno a su esfuerzo bélico.
Mykhailo Podolyak, asesor del presidente ucraniano, Volodymyr Zelenskyy,negó cualquier implicación.
«Ucrania nunca ha recurrido al uso de métodos terroristas», dijo en un posteo en X. «Todo en esta guerra se decidirá solo en el campo de batalla».
«No cabe la menor duda de que los acontecimientos en los suburbios de Moscú contribuirán a un fuerte aumento de la propaganda militar, a la aceleración de la militarización, a la ampliación de la movilización y, en última instancia, a la escalada de la guerra», dijo el Sr. Podoluak en el posteo,agregando: «y también para justificar manifiestos ataques genocidas contra la población civil de Ucrania».
El ministerio de Asuntos Exteriores de Ucrania también negó que el país tuviera alguna implicación y acusó a Moscú de utilizar el ataque para tratar de conseguir apoyo para su esfuerzo bélico.
«Consideramos que tales acusaciones son una provocación planeada por el Kremlin para alimentar aún más la histeria anti-ucraniana en la sociedad rusa, crear las condiciones para una mayor movilización de los ciudadanos rusos para participar en la agresión criminal contra nuestro país y desacreditar a Ucrania a los ojos de la comunidad internacional», dijo el ministerio en una declaración.
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