Soy un conservador en una familia de liberales/izquierdistas, todos ellos han seguido por voluntad propia el deslizamiento de su partido hacia el autoritarismo justificado por el odio hacia Trump (y a los conservadores).
Solía ser un izquierdista aún más rabioso en mi juventud, pero al casarme con una esposa ortodoxa rusa y unirme a su comunidad aquí en San Francisco, y ahora haber adoptado la fe con la ayuda de Dennis Prager y Jordan Peterson, me convertí en un conservador.
Intento no hablar de política con mi familia, pero, como dicen, la política es una corriente descendente de la cultura. Me doy cuenta que no tengo nada en común con ellos, y apenas ocultan su desprecio por mi visión del mundo.
Por ejemplo, mis dos hijos y yo decidimos visitar a mis padres como sorpresa de vacaciones, un vuelo de cuatro horas y varios días de estancia en un hotel, pero nos rechazaron en media hora cuando mi hermana (que se alojaba con ellos) y mi hermano se interpusieron y los convencieron que representábamos una amenaza mortal de COVID. Mi madre, de 83 años, ha estado mal de salud últimamente, pero mi padre, de 86 años, juega al tenis con sus amigos tres veces a la semana (¡!), sale al aire libre cada vez que puede, y mi hermana se había quedado con ellos durante dos semanas.
Me parece reprobable su miedo y su histeria por el COVID, ya que anteriormente ambos habían sido muy extrovertidos, sociales y afables. Con una tasa de supervivencia del 95% incluso a su edad, considero que su miedo es una muestra de cobardía moral, reforzada por las noticias que leen. Creo que esta cobardía moral también explica los matrimonios rotos de mi hermana y mi hermano y el «matrimonio» y el estilo de vida homosexual de mi segundo hermano, que todo el mundo acepta menos yo. Soy el único de cuatro hijos con una familia tradicional intacta.
Hablo regularmente con mis padres, ya que me tomo en serio el Quinto Mandamiento, pero realmente no quiero volver a hablar o estar con mis hermanos, ni exponer a mis hijos a su cobarde visión del mundo. ¿Me equivoco?
Heartbroken en San Francisco.
Querido Heartbroken,
Con relación a sus hijos, yo confiaría en mi propio juicio. Especialmente si son menores de 6 años, cuando sienten pero no pueden entender o distanciarse de la negatividad, yo los mantendría alejados de las interacciones negativas tanto como fuera posible y me concentraría en construir en ellos el amor por lo que es correcto y bueno.
En teoría, si son mayores, estas interacciones podrían servir como poderosos momentos de enseñanza. O bien verán a su padre actuando como un héroe de la vida real —tranquilo, fuerte y racional frente a los ataques— o bien, si los ataques lo han agrietado, entonces, al admitir su paso en falso, verán cómo es realmente la fortaleza moral.
Usted mencionó a Jordan Peterson, que es un gran ejemplo de calma frente a los ataques. Por supuesto, ser emboscado psicológicamente por la familia, como en su situación, puede ser mucho más difícil de sobrellevar en el momento que ser interrogado por un entrevistador o panelista hostil en una conversación en la que uno espera que los golpes salgan disparados. Sin embargo, sigue siendo necesario un carácter fuerte para afrontar la negatividad con calma, y se necesita un proceso para llegar a este punto.
Recientemente he visto mis propias deficiencias en este sentido, así que no me pongo a juzgar, sino con la convicción de que es muy importante seguir fortificando nuestros corazones en el amor y el perdón.
En cuanto a la «cobardía moral» de su familia, tengo un par de ideas. En primer lugar, la sociedad ha cambiado drásticamente en los últimos cuatro años, ya que el odio se ha descontrolado. El odio es irracional, es decir, no tiene lógica. Ahora bien, si este odio solo existiera en un campo, creo que se superaría fácilmente. Pero el odio es contagioso, y lo que está ocurriendo es que la falta de lógica y coherencia de un bando ha enfurecido a muchos en el otro, alimentando lo que podría parecer una ira justificada. Pero no se puede combatir el fuego con fuego.
Las revoluciones comunistas se nutren del enfrentamiento de las distintas facciones. De hecho, es una táctica de los revolucionarios para avivar a ambos bandos porque el caos resultante crea el escenario perfecto para la destrucción y el autoritarismo.
Así que debemos mantener la rectitud, pero entender que las pasiones acaloradas del odio y la ira son nuestros verdaderos enemigos. Una analogía, que vi en las redes sociales hace varios meses, habla de esto: Si está llevando una taza de café caliente por una cafetería muy concurrida y alguien se tropieza con usted, lo que se sacará de su taza será café caliente. Si lleva una taza de té caliente, lo que se derramará sobre usted será el té caliente.
Para ampliar la metáfora, si llenamos nuestras tazas con agua fresca y pura en forma de amor, humildad y perdón, entonces cuando nos empujen, esto es lo que saldrá. Sabiendo que en la cultura actual, los ataques y las ideas perturbadoras pueden acechar a la vuelta de cada esquina, trato diariamente de fortificarme con aquello que me permite trascender la negatividad.
Así que para tratar con su familia yo diría primero: Concéntrese en perdonarlos. Véalos como víctimas de una cultura insidiosa de la que usted escapó solo por gracia divina. Mencionó que fue en parte su esposa y su comunidad quienes le ayudaron a cambiar su perspectiva. A mí me parece un hermoso testimonio del poder del amor y de una perspectiva espiritual: Juntas, estas fuerzas transformaron a un joven «rabioso» en alguien que claramente valora la bondad y la verdad. A mí también me da curiosidad: ¿Qué pensaba su esposa de sus creencias cuando se conocieron? Evidentemente, ella vio algo de valor en usted a pesar de la superficie áspera.
No importa la edad de una persona, todavía puede ser transformada por el amor y los encuentros con personas virtuosas. En la práctica, no todo el mundo sufrirá una transformación, por supuesto, pero creo que no podemos juzgar adecuadamente, y en el momento en que consideremos a alguien irredimible, ciertamente no podremos ayudarlo.
En segundo lugar, otra herramienta que puede ayudar a tratar con la familia es preguntarse: ¿En qué me he equivocado? ¿Dónde no estoy cumpliendo con un estándar lo suficientemente alto?
Hablando desde mi propia experiencia, una cosa es tener razón en cuanto a los hechos (y la verdad es, por supuesto, importante), pero hay un principio más elevado por el que debemos esforzarnos también: manifestar amor y compasión, reflejando la misericordia divina en la forma en que tratamos a los demás. Ahora bien, no estoy diciendo que sea capaz de lograr esto en todo momento, porque, como dije antes, se necesita un proceso para llegar al punto en el que se puede afrontar la negatividad con calma. Pero al medirme con este estándar, he podido progresar mucho más.
Cuando el odio se encuentra con la calma y el amor, se vuelve impotente y se disipa, y entonces la razón y la lógica se vuelven eficaces.
Así que para responder a su pregunta de si está mal romper el contacto con sus hermanos, yo diría que si se siente con el corazón roto, entonces debería dar un paso atrás.
Entonces dése tiempo para volver a conectarse con sus seres queridos y renovar su espíritu. Con la paz de la mente y el corazón, entonces empezará a tener compasión por el sufrimiento de sus hermanos. Parece que todos han sufrido mucho con los matrimonios rotos y el odio que define sus vidas.
Su amor fraternal bien podría ser su gracia salvadora, pero deje que surja con autenticidad y dele tiempo para que se fortalezca. Además, estoy segura que su devoción por sus padres es apreciada, se reconozca o no.
Cuando estés preparado, una idea para alimentar las semillas del amor familiar es compartir con sus hijos cosas de su familia, ya sean del pasado o del presente, que les recuerden sus mejores momentos. Si sus hijos son mayores, puede hablar de lo que realmente admira y aprecia de sus familiares. Si sus hijos son pequeños, cuénteles historias sobre los familiares haciendo hincapié en las buenas cualidades de cada persona. Es una característica universal de los niños pequeños que las historias sobre la bondad les hacen brillar los ojos. Es una gran manera de ayudarlos a construir el amor y la virtud en su carácter.
Sinceramente,
June
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