Nuestra familia es muy bendecida al tener a nuestros padres tan involucrados en la vida de nuestras familias. Ambos son dinámicos, activos, y aún así son los pilares de nuestra familia.
Mi padre tiene 93 años y mi madre 89. Recuerdo a mi padre cuando le decía a sus tres hijas —Kathleen, Lori y yo— que pagaría nuestra educación universitaria mientras mantuviéramos un promedio de B y nos mantuviéramos en la área. En ese momento pensé que era una petición extraña, pero tener una educación universitaria pagada era ideal.
Mi padre, Robert Owens, era el director de una escuela y mi madre, Joan Owens, era una apreciada ama de casa, la columna vertebral de nuestra familia. Era la mejor costurera, artista y cocinera. Hacía bosquejos de la ropa que veía y regresaba a casa y la confeccionaba. Sentía que éramos las chicas mejor vestidas del área. Todos nuestros amigos amaban a mi madre, ella tenía mucho amor para dar. Nuestro padre es un hombre sabio (…) siempre nos sentaba y nos daba esas charlas padre-hija, siempre nos animaba y nos decía que podíamos hacer o ser cualquier cosa que nuestros corazones desearan.
Nunca nos faltó nada como familia. De hecho, era mi padre a quien la familia acudía si necesitaban pedir dinero prestado. No éramos ricos, pero nos querían. Mis padres son competitivos, y a las tres nos gusta jugar. Crecimos jugando al fútbol en las calles, teniendo peleas de nueces y agua con nuestros vecinos. Durante los veranos, hacíamos grandes viajes familiares, y cuando mi padre trabajaba, íbamos a la casa de mis tíos en Woodland Hills a nadar y a jugar con mis primos. Fue una infancia maravillosa.
Una cosa que mis padres enfatizaron una y otra vez fue la importancia de la familia. Mi padre tuvo una vida hogareña miserable. A su padrastro no le gustaba. Creció como un chico de Chatsworth en California (…) (los Chatsworth Boys eran un grupo de amigos que pasaban el tiempo juntos, recogían cosechas, jugaban en las colinas de Chatsworth, Louisiana). Su padrastro lo hacía salir y hacer sus tareas antes de la escuela. A menudo, hacía frío afuera, y el padrastro de mi padre decía que no podía regresar a la casa. Mi padre se sentaba en un rincón de la casa donde el sol se asomaba al horizonte y se calentaba con el sol. Siempre ha apreciado los hermosos amaneceres debido a esa experiencia. Su padrastro le dijo a mi padre que nunca lograría ser alguien, ¡y se equivocó! Se fue de casa y se unió a la Marina temprano. Es un hombre trabajador, orgulloso y decidido. Se graduó en la universidad y fue uno de los mejores directores del Distrito Escolar Unificado de Los Ángeles. También enseñó a nivel universitario.
Mi madre tiene un corazón muy amoroso y una extraordinaria relación de amor con Dios. Fue su amor el que ayudó a liberar a mi padre para ser un padre cariñoso y para apreciar la familia como él lo hace. Cada fiesta, nos reunimos como una familia. Mi papá siempre incluía a su mamá y a su padrastro en cada Nochebuena, para las cenas familiares y las fiestas, y mi papá seguía visitando a nuestro abuelo diariamente en su residencia asistida después del trabajo a pesar de su crueldad hacia él.
Somos una familia de cinco, pero siempre nos reunimos para las fiestas con nuestros primos, los padres de mi madre, y su hermana y hermano. Nuestra familia creció a medida que los niños se casaron y tuvieron hijos y familias propias, pero siempre nos reuníamos. Siempre hacíamos tiempo para las celebraciones familiares y el apoyo a la familia, ya que perdimos familiares antes de tiempo. A lo largo de los años, la familia siempre ha sido importante. Tenemos nuestros argumentos y nuestras diferentes percepciones sobre la vida, pero nuestros padres siempre nos inculcaron la importancia del perdón y de aprender a llevarnos bien. Es difícil reunirse, especialmente cuando la gente de nuestra familia tiene niños pequeños, pero es una prioridad en nuestra familia. Nuestra familia extendida vive en California y a menos de 50 millas de distancia, excepto mi primo y su esposa que viven en Texas, pero se toman el tiempo de volar cada Navidad para estar con la familia.
Mi padre sabía lo que hacía cuando dijo que pagaría la universidad si nos manteníamos cerca. Sigo apreciando más y más la importancia de la familia. La gente con grandes cantidades de riqueza y estatus al final de la vida parecen valorar más esas relaciones familiares que cualquier otra.
Gracias, papá y mamá, por inculcar esto en su familia. ¡El amor, el amor, el amor lo conquista todo!
Leslee Owens
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