LAHAINA, Hawái—La principal carretera de circunvalación hacia Lahaina, en Maui Occidental, Hawái, reabrió el 16 de agosto, más de una semana después de que un incendio forestal destruyera casas, negocios y más de 100 vidas.
Los desplazamientos por la Ruta 30 hacia Lahaina eran constantes pero esporádicos hacia el mediodía del miércoles, aunque las zonas más dañadas seguían cerradas con vigilancia.
En Ohana Fuels, en Lahaina, una fila de autos esperaba para cargar gasolina, escasa debido a los cortes de electricidad que cerraron las gasolineras locales.
«Estamos llenando de gasolina a todo el mundo», dijo Sarah Turner, residente en Maui Occidental, mientras llenaba recipientes de plástico de gasolina en la caja de una camioneta tan rápido como podía bombear.
La gasolina no era sólo para su familia, sino para otros que la necesitaban, por no hablar de la comida, el agua y otros suministros.
«Todo el mundo ha sido muy generoso, encargándose de pasar con suministros cuando era posible. Empezaron a ir por los barrios dejando cosas», dijo la Sra. Turner.
Dijo que el combustible se destinará a alimentar generadores de emergencia hasta que se estabilice la situación, ya que muchas zonas de Lahaina siguen sin electricidad.
«Sin [gasolina], no podríamos mantener fría nuestra casa ni nuestra comida. Nos están ayudando para que podamos ayudar a otros», dijo la Sra. Turner a The Epoch Times.
«Estamos intentando mantener a nuestros amigos de buen humor porque lo han perdido todo. Ahora se han quedado sin casa».
La Sra. Turner dijo que las filas de los indigentes, un problema social en Maui Occidental, sólo empeorarán por el creciente número de residentes de Lahaina desplazados.
«Hay más [indigentes] de lo que se cree. Hay una enorme población de indigentes al sur de Lahaina. Así que están aislados», dijo.
Gasolina por una buena causa
Lo mejor de todo es que los clientes que esperaban la gasolina no pagaron ni un céntimo.
Chimo Shipp, que creció en Lahaina, y otros voluntarios pasaron tarjetas de gasolina para que los automovilistas pudieran recibir combustible gratis.
El Sr. Shipp dijo que su empresa, Fresh Fish Maui, recaudó 10,000 dólares de más de 4000 clientes para comprar gasolina para la labor de ayuda voluntaria en Lahaina.
A medida que seguían llegando donativos, Shipp dijo que consiguió comprar 1800 galones de gasolina y transportarlos a Lahaina en su barco.
«Fuimos y compramos todos los bidones de gasolina que quedaban en la isla, todos los que pudimos conseguir. Tengo una foto», dijo el Sr. Shipps.
«Eran cientos y cientos de galones. Casi hundimos mi barco llevándolo hasta allí. Pero lo conseguimos».
El Sr. Shipp confesó que llevar tanto combustible «no era seguro», y los bomberos locales se lo dijeron. Pero la necesidad superaba al riesgo, y los bomberos dijeron: «Gracias».
Bomberos en apuros
«Los bomberos lo están pasando mal. Se juegan la vida entre los escombros. Su salud: es una ciudad antigua. Así que el cáncer es una grave preocupación», dijo el Sr. Shipp a The Epoch Times.
«De todos modos, tenemos todo esto en marcha. Ya no tenemos que traer la gasolina. Las gasolineras están abiertas. Ahora sólo pasamos las tarjetas de gasolina, hablamos con la gente, nos aseguramos de que están bien y vemos si tienen otras necesidades aparte de la gasolina».
El Sr. Shipp dijo que también está ayudando a crear una organización sin ánimo de lucro «Fresh Help Maui» para apoyar las tareas de socorro.
«En su mayor parte, la gente está bien. Les duele emocionalmente», dijo el Sr. Shipp.
«Se nota la diferencia entre los de Lahaina y los del norte. Puedes verlo en sus ojos. Están tristes, tristes. Sus emociones se manifiestan de distintas maneras».
Daniel Skousen, miembro de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días en Lahaina y padre de cuatro hijos, dijo que el incendio forestal arrasó la ciudad, destruyendo algunas casas pero no otras.
El fuego destruyó la casa de su vecino, pero la suya sólo sufrió daños mínimos.
«Mi estructura sufrió daños por el calor. A unas 20 millas delante de mí, [la casa de] mi vecino se quemó por completo. La suya fue la última casa del extremo sur del incendio en arder», declaró el Sr. Skousen a The Epoch Times.
«Mi casa tenía algunas ventanas rotas: humo y ceniza dentro. Puertas derretidas. Aire acondicionado derretido. Pude entrar y tomar la mayoría de las cosas de mis hijos», dijo.
«Me quedé atrapado en el tráfico a una milla mientras ardía. Estaba terminando de trabajar y me dirigía a casa. Así que estaba en la zona del incendio, en la parte más sureña».
El Sr. Skousen cree que el gobierno podría haber hecho un mejor trabajo para minimizar el impacto de la catástrofe, ya que los incendios forestales no son raros en Maui Occidental, en el lado oeste de la isla, más seco.
«Hubo muchas cosas que se hicieron mal. Eso es lo que yo creo», dijo el Sr. Skousen.
«Llevo 13 años aquí, en este lado de la isla. He visto muchos incendios aquí. Sabíamos que [Lahaina] era un polvorín a punto de estallar. La semana pasada le dije a mi hermano: ‘Tío, este lugar está maduro. Está listo para arder. Es peligroso.
«Hemos tenido huracanes antes, e incendios durante los huracanes. Así que no es la primera [vez]».
Sin embargo, dijo que es «fácil sentir la ira y lanzarse a criticar».
Visita de POTUS
El 21 de agosto, el presidente Joe Biden viajará a Maui Occidental para visitar a los supervivientes, después de que inicialmente dijera a los periodistas «sin comentarios» mientras estaba de vacaciones en Delaware esta semana.
El 16 de agosto, el número de víctimas mortales del incendio ascendía a 110, y más de 1000 siguen desaparecidas. Muchas víctimas murieron sentadas en el tráfico bloqueado de la calle Front de Lahaina, intentando huir del incendio forestal que avanzaba rápidamente.
Un director de funeraria local dijo a The Epoch Times en un mensaje de texto que la empresa se está preparando para una posible masa de funerales.
«La empresa para la que trabajo tiene personal disponible para la afluencia de posibles funerales e incineraciones que pueden llegar en un día cuando llegue el momento», dijo el director de la funeraria, y añadió que la empresa dispone de asesores.
«Emocionalmente, estoy acostumbrado a tratar con difuntos; suelen ser las historias las que provocan dolor y empatía, pero no puedo apegarme a todo ello, sólo apoyar a quien lo necesite y hacer mi trabajo para aportar algo de cierre a las familias».
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