Los vuelos militares de EE.UU. que evacuan a diplomáticos, estadounidenses y otras personas fuera de Kabul se reanudaron el martes después de que la pista del aeropuerto fuera despejada, dijeron funcionarios.
«La pista del aeropuerto internacional de Kabul está abierta. Veo aviones aterrizando y despegando», escribió el martes en Twitter Stefano Pontecorvo, representante civil de la OTAN. En otro tuit, Pontecorvo dijo que la «situación [está] bajo control» en el aeropuerto, aparentemente la única forma en que algunos podrán volar fuera de Afganistán después de que los talibanes tomaran el país y su capital.
En virtud de un acuerdo firmado por la administración del expresidente Donald Trump y los talibanes, el grupo se comprometió a no atacar a las fuerzas extranjeras al salir del país.
Miles de tropas estadounidenses desplegadas en el país tomaron el control del aeropuerto el domingo, cuando el grupo capturó el palacio presidencial de Kabul y declaró la victoria. Imágenes de vídeo y testigos dijeron que multitudes de personas —la mayoría afganas— se aglomeraron alrededor de los aviones para intentar evacuar, lo que provocó retrasos en el plan de evacuación.
En un momento dado, las tropas estadounidenses recibieron disparos y se vieron obligadas a devolver el fuego, matando a dos individuos armados, dijo el portavoz del Pentágono John Kirby a los periodistas el lunes por la mañana. También hubo vídeos de personas que se aferraron a la parte inferior de un avión militar estadounidense y cayeron a cientos de metros hasta morir después de que despegara.
En un comunicado publicado en su página web, la embajada de EE.UU. en Kabul dijo que los ciudadanos estadounidenses que siguen atrapados en el país del sur de Asia deben refugiarse en sus casas.
«Los ciudadanos estadounidenses que deseen asistencia para salir del país deben registrarse para cualquier opción que pueda ser identificada para regresar a Estados Unidos», decía el boletín.
Tras días de silencio sobre los avances talibanes, el presidente Joe Biden dijo el lunes que tenía que decidir entre pedir a las fuerzas estadounidenses que luchen sin descanso o seguir con un acuerdo de retirada. El presidente fue duramente criticado por los republicanos y los miembros de su propio partido, que dijeron que había estropeado la retirada y que le había proporcionado a Estados Unidos una derrota humillante comparable a la caída de Saigón en 1975, que puso fin a la guerra de Vietnam.
«Respaldo firmemente mi decisión», dijo Biden. «Después de 20 años aprendí por las malas que nunca fue un buen momento para retirar las fuerzas estadounidenses. Por eso seguimos allí».
Biden, por su parte, culpó al ejército y al gobierno afganos por no estar dispuestos a luchar. También pareció culpar a Trump por el acuerdo con los talibanes, aunque Biden no respetó los términos del acuerdo entre la Casa Blanca de Trump y los talibanes, retrasando la fecha de retirada del 1 de mayo al 11 de septiembre.
Trump y sus antiguos asesores criticaron duramente a la administración Biden por la ejecución del plan, diciendo que cualquier retirada tendría que ir acompañada de una disuasión militar.
El ejército afgano ha sufrido muchas más pérdidas contra los talibanes que las fuerzas estadounidenses desplegadas en Afganistán desde 2001. Una investigación de la Universidad de Brown afirma que casi 70,000 miembros de las fuerzas de seguridad afganas han muerto en el conflicto, en comparación con las 3,500 fuerzas de la coalición estadounidense que murieron en los últimos 20 años de lucha.
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