El contagio de 1553 personas con el virus del PCCh, comúnmente conocido como nuevo coronavirus, en torno a un matadero del oeste de Alemania obligó este martes a las autoridades regionales a decretar el cierre parcial de la vida pública en los distritos de Gütersloh y Warendorf, mientras los epidemiólogos llamaron a reforzar la prudencia ante este y otros rebrotes locales.
El jefe del Gobierno del estado federado de Renania del Norte-Westfalia, Armin Laschet, anunció esta medida, de la que dijo que «desde el punto de vista de las cifras» en principio sería innecesaria, ya que más allá del rebrote en la empresa cárnica Tönnies, el número de contagiados en el distrito afectado es de 24 personas.
«Eso nos permitiría decir que el foco está localizado, pero vamos a dar un paso más y ordenar el cierre de la vida pública para el distrito de Gütersloh» hasta el próximo día 30, con el objetivo de «calmar» y «obtener claridad» sobre la situación general, indicó en una rueda de prensa. La medida se extendió luego a Warendorf, donde residían algunos trabajadores de la empresa cárnica.
La idea es poder determinar en esta semana con la realización de test masivos hasta qué punto se puede haber extendido el virus del PCCh entre la población, precisó.
La forma de actuar ha sido la misma que en marzo, cuando los distintos estados federados fueron decretando de forma escalonada el cierre parcial de la vida pública para contener la pandemia.
El primer paso tras detectar el rebrote en el matadero fue el cierre de colegios y guarderías, que ha afectado a 50,000 menores, señaló.
En cuanto a la empresa cárnica, se procedió a su cierre y al aislamiento inmediato de sus 7000 empleados, aún sin haberles realizado el test pertinente.
Parte de los afectados son trabajadores procedentes de Rumanía y Bulgaria, a los que Laschet garantizó una «atención cuidadosa», atendiendo las dificultades que supone su situación de cuarentena, lejos de sus familias.
De los 6140 test realizados, 1553 dieron positivo, a lo que se suman algunos otros casos confirmados del entorno familiar.
«Sabemos que en el distrito el número de contagios no ha aumentado, y aún así exigimos de la gente que acepte el cierre de la vida pública», dijo, y aseguró que se trata de una «medida temporal» y «profiláctica» que estará vigente una semana y podrá levantarse si la situación lo permite, pero también prolongarse es caso necesario.
Se trata del primer distrito en Alemania afectado por la reintroducción de medidas restrictivas desde el regreso gradual a la llamada «nueva normalidad» a lo largo del mes de mayo.
Un paquete de cinco medidas para el cierre parcial de la vida pública
Las autoridades regionales han elaborado un paquete de cinco medidas que incluyen la reducción de los contactos al núcleo familiar u otras formas de convivencia en un hogar y el cierre de locales e instalaciones públicas y privadas, así como actividades donde no es obligatorio el uso de mascarilla.
Asimismo se «forzará» el cumplimiento de la cuarentena y, por otra parte, se ampliará la realización de test a todos los grupos vulnerables, a todos los empleados en empresas cárnicas y a todo ciudadano interesado en conocer su estado.
En colaboración con la Cámara de Industria y Comercio se determinará qué otras empresas cuentan con trabajadores subcontratados y alojados en instalaciones compartidas y se les llamará a testear también a sus empleados de manera «profiláctica» y «preventiva».
Por último, las autoridades velarán por garantizar la atención médica y se reservarán camas para poder tratar posibles casos con necesidad de hospitalización.
El virus sigue teniendo un alto potencial de reproducción
En tanto, el director del Instituto Robert Koch (RKI) de virología, Lothar Wieler, llamó a «observar la máxima prudencia», ya que «el virus sigue ahí y tiene un alto potencial de reproducción», como se está viendo en los casos locales registrados en los últimos días, subrayó.
Al foco en torno a la empresa Tönnies se suman brotes registrados en un bloque de viviendas de Gotinga (centro) y de un barrio de Berlín que ha disparado el factor de reproducción de la COVID-19 a valores por encima del 2.03, pese al bajo cómputo de nuevas infecciones en el conjunto del país.
El número de contagios verificados, de acuerdo con las cifras del RKI, competente en la materia en el país, es de 190,862, lo que supone un aumento de 503 respecto al día anterior. El número de víctimas mortales subió a 8895, mientras que el de pacientes recuperados está en 175,700 personas.
Por el momento, las autoridades alemanas han descartado que puedan decretarse restricciones masivas a escala de todo el país.
En tanto, las autoridades de la capital alemana y ciudad-estado de Berlín anunciaron hoy mano dura contra las fiestas ilegales que vienen registrándose semana a semana y que contravienen las medidas de distanciamiento frente a la pandemia.
Berlín se encuentra en plena reactivación de la vida pública y económica, pero siguen cerrados los clubes nocturnos y discotecas. Desde hace semanas vienen reproduciéndose las fiestas ilegales en algunos barrios, como los multiétnicos de Kreuzberg y Neukölln.
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