Una campaña de GoFundMe ha recaudado más de USD 2.5 millones en apoyo a los hijos huérfanos de la maestra de escuela primaria de Uvalde asesinada y su esposo, quien murió poco después de su asesinato.
La recaudación de fondos se lanzó después de la muerte de Irma García, una de las dos maestras asesinadas en el ataque del 24 de mayo en la Escuela Primaria Robb en Uvalde, Texas. El esposo de Irma, Joe, murió de lo que pareció ser un ataque al corazón dos días después de la tragedia.
A la pareja le sobreviven dos hijos, Cristian de 23 años y José de 19 años; y dos hijas, Lyliana de 15 años y Alysandra de 12 años.
La prima de Irma, Debra Austin, escribió en la página de la campaña de recaudación de fondos que Irma era una «persona maravillosa» que «haría cualquier cosa por cualquiera» sin hacer preguntas y «amaba a los niños de su clase y murió tratando de protegerlos».
“Estoy igualmente [devastada] de informar que el esposo de Irma, Joe, falleció trágicamente esta mañana (26/05/2022) como resultado de una emergencia médica”, agregó. “Por favor, mantenga a nuestra familia en sus pensamientos y oraciones. Realmente creo que Joe murió de un corazón roto y perder al amor de su vida durante más de 25 años fue demasiado para soportarlo”.
A partir de la mañana del 29 de mayo, el monto total de las donaciones alcanzó los USD 2,590,000, superando con creces la meta de USD 10,000 establecida inicialmente por Austin, quien prometió que todo el dinero “irá a la familia García para diversos gastos”.
“Me gustaría agradecer a todos los donantes de todo el mundo que han contribuido con estos niños maravillosos”, escribió en la página de la campaña en un mensaje a los donantes. “Las oraciones, el amor y el apoyo que han enviado son muy apreciados y necesarios mientras continúan su viaje por la vida sin su madre y su padre”.
Irma es una de las 21 víctimas, entre ellas 19 niños, que fueron asesinados por Salvador Ramos, de 18 años. Un estudiante de cuarto grado que estaba dentro del salón de clases donde el hombre armado abrió fuego, dijo a la estación de televisión KENS de San Antonio que el atacante entró al salón y pronunció: “Es hora de morir”.
“Cuando escuché los disparos a través de la puerta, le dije a mi amigo que se escondiera debajo de algo para que no nos encontrara”, dijo el niño, que no fue identificado. Él y otros cuatro niños pudieron sobrevivir escondiéndose debajo de una mesa con un mantel.
“Eran buenas maestras”, dijo el niño sobre Irma García y Eva Mireles, quienes fueron asesinadas mientras intentaban proteger a sus alumnos de los disparos. “Pasaron frente a mis compañeros de clase para ayudar. Para salvarlos».
Steven McCraw, el jefe del Departamento de Seguridad Pública de Texas, dijo en una conferencia de prensa que los estudiantes atrapados dentro del salón de clases con Ramos llamaron reiteradamente al 911 y suplicaron ayuda, pero los oficiales pasaron más de una hora esperando en el pasillo en lugar de entrar por la puerta del salón.
Según McCraw, el comandante en el lugar de los hechos en Uvalde—el jefe de policía del distrito escolar, Pete Arredondo—decidió que el grupo debía esperar para confrontar al atacante creyendo que “había pasado de ser un atacante activo a un sujeto atrincherado”.
“Fue la decisión equivocada”, dijo McCraw.
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