El líder de la minoría del Senado, Mitch McConnell (R-Ky.), reprendió el lunes a los líderes corporativos por sus críticas a la nueva ley de votación de Georgia, acusándoles de caer en la «desinformación absurda» y de «incursionar en comportarse como un gobierno paralelo woke».
«Nuestro sector privado debe de dejar de tomar como referencia las indicaciones del Complejo Industrial de la Indignación», dijo McConnell en un comunicado. «Los estadounidenses no necesitan ni quieren que las grandes empresas amplifiquen la desinformación o reaccionen a cada controversia fabricada frenéticas señales de la izquierda».
El máximo representante republicano en el Senado se quejó de que la discusión en torno a la SB 202, o Ley de Integridad Electoral de 2021 (pdf), se ha desvinculado de los hechos.
«No se está aplicando ningún estándar consistente o fáctico aquí», dijo McConnell. «Es solo un falso discurso que gana velocidad por su propio impulso (…) Las empresas no deben utilizar el chantaje económico para difundir desinformación», añadió.
Decenas de directores generales y empresas —entre ellas Delta y Coca-Cola, con sede en Atlanta— han arremetido contra la SB 202, alegando supresión de votantes. La semana pasada, docenas de ejecutivos negros de todo el país, entre ellos el director ejecutivo de Merck, Kenneth Frazier, y el exdirector ejecutivo de American Express, Kenneth Chenault, publicaron una carta conjunta en The New York Times en la que instaban a las empresas de Estados Unidos a oponerse enérgicamente.
«No hay término medio», dijo Chenault en la carta. «O se está a favor de que vote más gente, o se quiere suprimir el voto».
A grandes rasgos, la ley de voto de Georgia instituye requisitos más estrictos en torno al voto, incluyendo leyes más rigurosas de identificación de los votantes, límites en el uso de buzones para boletas y dando a la legislatura de Georgia más control sobre sus elecciones. Sus defensores afirman que las medidas son mejoras necesarias para reforzar la integridad y fomentar la confianza en las elecciones del estado. Los opositores, incluidos los líderes empresariales, argumentan que equivalen a una supresión de votantes que afectará especialmente a las comunidades de color.
El presidente Joe Biden también ha intervenido, criticando la SB 202 como «un ataque flagrante a la Constitución y a la buena conciencia», y añadiendo: «Lo que me preocupa es lo poco americana que es toda esta iniciativa. Es enfermiza».
Biden también describió la ley como «Jim Crow con esteroides».
McConnell respondió al comentario de Biden en su declaración diciendo que la oposición a la SB 202 era parte de «una campaña coordinada por personas poderosas y ricas para engañar e intimidar al pueblo estadounidense».
«El presidente ha afirmado repetidamente que los debates a nivel estatal sobre los procedimientos de votación son peores que Jim Crow o ‘Jim Crow con esteroides’. Nadie cree realmente esto», dijo McConnell. «Nadie cree realmente que esta disputa actual se acerque a la horrible brutalidad racista de la segregación. Pero hay un viejo dicho cínico que dice que ‘la historia es el conjunto de mentiras acordadas’. Y parece que una serie de personas e instituciones poderosas creen que se benefician de repetir esta gran mentira».
Las reformas incluidas en la SB 202 incluyen la exigencia de una identificación con foto o aprobada por el estado para votar en ausencia por correo. También ordenan que se coloquen buzones seguros dentro de los lugares de votación anticipada, con vigilancia constante. La ley también acorta el ciclo electoral para las segundas vueltas de nueve a cuatro semanas y amplía el voto anticipado en todo el estado, abordando una preocupación clave de los demócratas.
El gobernador de Georgia, Brian Kemp, también refutó la caracterización que hizo Biden de la ley.
«Es obvio que ni el presidente Biden ni sus colaboradores han leído realmente la ley SB 202, que firmé ayer», dijo Kemp en un comunicado enviado por correo electrónico a The Epoch Times. «Este proyecto de ley amplía el acceso al voto, agiliza los procedimientos de recuento de votos y garantiza la integridad electoral».
McConnell, en su declaración del lunes, dijo que las corporaciones que protestan contra la ley estaban «comportándose como un gobierno paralelo woke», advirtiendo que podrían «provocar graves consecuencias» si «se convierten en un vehículo para que las turbas de extrema izquierda secuestren nuestro país».
Citando datos de que más del 70 por ciento de los estadounidenses, incluida la mayoría de los demócratas, apoyan los requisitos de identificación de los votantes, McConnell argumentó que la oposición a la SB 202 era una forma de conseguir apoyo para los esfuerzos liderados por los demócratas para reformar las leyes electorales.
«Los demócratas de Washington quieren aprobar un proyecto de ley radical que les permitiría reescribir las leyes electorales de los 50 estados y convertir la Comisión Federal Electoral en un organismo partidista dirigido por los demócratas», dijo McConnell.
«Esta toma de poder es imposible de defender, así que la izquierda quiere desviarla. En lugar de ganar el debate, quieren silenciar el debate intimidando a los ciudadanos y a estados enteros para que se sometan», añadió.
La cuestión legislativa a la que posiblemente se refería el republicano de Kentucky era la H.R. 1, o Ley para el Pueblo de 2021, que fue aprobada por la Cámara de Representantes, controlada por los demócratas, el 3 de marzo en una votación mayoritariamente partidista de 220-210, con todos los republicanos y un demócrata —el representante Bennie Thompson (D-Miss.)— votando en contra. El proyecto de ley está a la espera de ser aprobado por el Senado.
Los demócratas —y otros defensores— han enmarcado el proyecto de ley como un paso crucial contra la supresión de votantes, mientras que los republicanos —y otros opositores— argumentan que debilita las medidas de seguridad y hace que las elecciones sean más propensas al fraude.
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