El número de trabajadores estadounidenses que solicitaron beneficios por desempleo la semana pasada aumentó a 778,000, lo que marca el segundo aumento semanal consecutivo y una señal de que el resurgimiento del brote viral puede estar obligando a más empresas a recortar empleos.
El Departamento de Trabajo dijo en un informe del 25 de noviembre (pdf) que la cantidad de personas que presentaron reclamos iniciales de beneficios estatales, la semana pasada, aumentó en aproximadamente 30,000, desde el nivel revisado de la semana anterior de 742,000 reclamantes.
Las solicitudes semanales de desempleo alcanzaron un récord de 6,9 millones en marzo, en el pico de los bloqueos impuestos para frenar la propagación del COVID-19. Si bien el número de personas que solicitaron beneficios por desempleo se redujo drásticamente entre el primer y segundo mes siguientes, el ritmo de recuperación se ha desacelerado constantemente desde entonces, y las solicitudes semanales de desempleo se mantuvieron por encima de las 700,000 durante meses. Antes de la pandemia, las solicitudes rondaban las 225,000 por semana.
Los mayores aumentos en las solicitudes de desempleo, para la semana que finalizó el 14 de noviembre, se registraron en Louisiana (+33.573), Massachusetts (+9.859) y Texas (+5.216), mientras que las mayores caídas se registraron en Illinois (-20.581), Washington (-8.904) y Nueva Jersey (-7,990).
Los economistas encuestados por Reuters predijeron una caída en las solicitudes semanales de desempleo, lo que hizo que las cifras del Departamento de Trabajo fueran una sorpresa a la baja.
“La pregunta es quién gana la batalla: las vacunas o los casos en aumento a corto plazo”, dijo Christopher Grisanti, estratega jefe de acciones de MAI Capital Management en Ohio.
“Durante las últimas semanas, en el mercado se han estado presentando malas noticias, pero luego se obtiene la estadística sobre el reclamo por desempleo y el mercado se enfoca nuevamente en las dificultades a corto plazo que estamos teniendo”, agregó.
Los inversores parecían nerviosos el 25 de noviembre, con el S&P 500 y el Dow Jones retrocediendo en las operaciones de la tarde, mientras los fondos fluían hacia los refugios seguros del oro y los bonos.
Las cifras del Departamento de Trabajo también mostraron que el número total de trabajadores estadounidenses que reclamaron beneficios por desempleo, en todos los programas de todo el país, aumentó en más de 135,000 a 20.5 millones de reclamaciones durante la semana que terminó el 7 de noviembre, casi 19 millones más que en la semana comparable de hace un año.
Mientras tanto, las nuevas infecciones diarias por el virus del PCCh (Partido Comunista Chino) han aumentado a sus niveles más altos en Estados Unidos en las últimas semanas. Actualmente se contabilizan 266,000 muertes y casi 13 millones de casos confirmados de COVID-19.
El resurgimiento de casos ha llevado a los funcionarios en más de una docena de estados a endurecer las restricciones a las empresas para tratar de frenar las infecciones, emitiendo ordenanzas para el uso obligatorio de máscaras, limitando el tamaño de las reuniones, restringiendo las comidas en restaurantes o reduciendo el horario y la capacidad de bares y tiendas.
Algunas de las restricciones, como que los residentes de Pensilvania tengan que usar máscaras dentro de sus propias casas cada vez que se reúnen personas de diferentes hogares, o que los habitantes de Ohio en las bodas no puedan bailar o socializar en áreas abiertas de congregación, han recibido fuertes críticas de los legisladores republicanos.
El representante Jim Jordan (R-Ohio) le dijo a Fox News el 22 de noviembre que «esto se ha vuelto sumamente ridículo y olvidamos que esto es Estados Unidos».
Reuters contribuyó a este artículo.
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