Estados Unidos aumentó las importaciones de crudo pesado tras las sanciones occidentales a Rusia y la carta del presidente Joe Biden en la que pide a los productores de energía estadounidenses que fabriquen más gasolina y diésel.
Los datos de aduanas muestran que las refinerías estadounidenses importaron el mes pasado el mayor número de barriles de crudo en casi dos años, alcanzando los 33.5 millones de barriles de crudo pesado en el mes de mayo.
Según los datos, 56 buques descargaron casi 1.1 millones de barriles diarios (bpd) provenientes de Maya de México, Napo y Oriente de Ecuador y Basra de Irak, entre otras latitudes.
El crudo pesado cuesta menos que el petróleos de esquisto más liviano que se produce en Estados Unidos y suele producir más diésel y menos gasolina.
Los inventarios estadounidenses de gasóleo se redujeron a 104 millones de barriles en mayo y se esperan nuevos descensos. Mientras tanto, los márgenes siguen aumentando, llenando aún más los bolsillos de las refinerías.
Aunque el aumento de las importaciones de crudo pesado es habitual en los meses de verano, el último impulso a las importaciones se produjo después que el gobierno de Biden pidiera a las refinerías que aportaran «soluciones a corto plazo» para hacer frente al aumento de los precios de la gasolina y a los niveles de inflación, que se encuentran en su punto más alto de los últimos 40 años.
«Sus empresas y otras tienen la oportunidad de tomar medidas inmediatas para aumentar el suministro de gasolina, gasóleo y otros productos refinados que están produciendo», escribió Biden en la carta a los refinadores de petróleo.
«Mi administración está preparada para utilizar todas las herramientas razonables y apropiadas del Gobierno Federal y las autoridades de emergencia para aumentar la capacidad y la producción de las refinerías en el corto plazo y para asegurar que cada región de este país esté adecuadamente abastecida».
La carta de Biden surgió en un momento en que los precios de la gasolina se dispararon en todo el país, situándose actualmente en una media nacional de 5 dólares por galón, según la AAA.
El presidente atribuyó el aumento de precios a la guerra entre Rusia y Ucrania y al aumento de la demanda tras la pandemia del COVID-19.
En respuesta a la carta de Biden dirigida a Marathon Petroleum Corp., Valero Energy Corp., Phillips 66, Chevron, BP, Shell y ExxonMobil, esta última empresa emitió una declaración en la que afirmaba que las políticas de la administración eran en parte culpables del actual clima económico.
«A corto plazo, el gobierno de Estados Unidos podría promulgar medidas que suelen utilizarse en situaciones de emergencia tras huracanes u otras interrupciones del suministro, como la exención de las disposiciones de la Ley Jones y algunas especificaciones de combustible para aumentar los suministros», dijo ExxonMobil el miércoles.
La gran compañía petrolera afirmó que «ha estado invirtiendo más que cualquier otra empresa para desarrollar los suministros de petróleo y gas de Estados Unidos», incluyendo más de 50,000 millones de dólares en los últimos cinco años, lo que, según dice, ha impulsado la producción estadounidense de petróleo durante este periodo en casi un 50 por ciento.
«A más largo plazo, [el] gobierno puede promover la inversión a través de una política clara y coherente que apoye el desarrollo de los recursos de Estados Unidos como la venta regular y predecible de contratos de arrendamiento, así como la agilización de la aprobación reglamentaria y el apoyo a la infraestructura, como los oleoductos», añadió ExxonMobil.
Las importaciones de crudo pesado de México, principalmente desde Maya y Altamira, alcanzaron alrededor de 507,000 barriles diarios el mes pasado, la cifra más alta en 11 meses, mientras que las importaciones de fueloil de México se acercaron a un récord con 156,000 bpd.
Las refinerías estadounidenses también importaron en mayo un volumen récord de crudo pesado de Basora, procedente de Irak, casi 129,000 bpd, mientras que las importaciones del crudo ecuatoriano de Oriente y Napo alcanzaron unos 112,000 bpd, las cifras más altas de los últimos 12 meses.
Entre los compradores de crudo pesado se encuentran las refinerías Benicia de Valero Energy Corp y Martínez de PBF Energy, ambas situadas en California, y la refinería de Chevron en Pascagoula, Mississippi.
«Tenemos una demanda saludable, bajos inventarios de productos y una capacidad de refinación limitada», dijo el analista principal de energía de Refinitiv, Corey Stewart. «Los refinadores están buscando traer materias primas a Estados Unidos para satisfacer de forma más económica los productos que demandan los mercados», añadió.
Con información de Reuters
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