El final del año nos hace reflexionar sobre todo lo que ha sucedido y el nuevo año que viene. Para los que educan en casa, esta oportunidad de reflexionar y repasar llega en un momento oportuno.
En esta coyuntura, la mayoría de los padres que educan en el hogar se encuentran solo recuperando el aliento y tomando un bien merecido descanso; quizás muchos están tomando un respiro extra durante este último mes del año.
Mientras se detienen a pensar en lo que ha pasado y miran hacia el nuevo año y un nuevo comienzo, aquí hay algunas preguntas útiles para guiar su reflexión.
¿Por qué educar en casa?
Empiece con la pregunta más fundamental. ¿Por qué está educando en casa en primer lugar? ¿Por qué eligió asumir esta importante responsabilidad?
A medida que responde, puede que encuentre que su decisión es más fuerte que nunca o que sus respuestas han evolucionado con el tiempo. Despeje sus razones y asegúrese que lo que usted prevé para el futuro se alinea con eso.
¿Cuál es el fin?
¿Cuáles son sus metas para el próximo año? Tal vez espere que su hijo lea de forma independiente para el verano. O quiere aumentar el número de paseos por la naturaleza que realiza cada semana. Tal vez espera ayudar a su hijo a memorizar las tablas de multiplicar. Tal vez quiera pasar más tiempo explorando los temas que le emocionan a sus hijos y menos tiempo marcando casillas. Tal vez esté armando un currículum universitario o un portafolio con un curso de estudio específico en mente.
Cualquiera que sean sus metas específicas de educación en el hogar, escríbalas y asegúrese que sus acciones en el nuevo año las apoyen.
¿Qué es trabajar?
Aunque esté terminando el año particularmente desanimado, asegúrese de no tirar al bebé con el agua del baño. Identifique las piezas de su escuela en casa, incluso las más pequeñas, que están funcionando.
Piense en cosas como su rutina matutina, sus hábitos diarios, su ritmo semanal, el plan de estudios que está empleando, cuánto tiempo pasa al aire libre, en qué actividades extracurriculares participan sus hijos, etc. Piense en las materias que componen su escuela en casa y evalúe cada una de ellas. Tenga en cuenta a cada niño y sus habilidades, talentos y fortalezas específicas, y cómo lo está motivando.
Piense en todo lo que está bien de su educación en casa y continúe mejorando esos aspectos en el nuevo año.
¿Qué no funciona?
La siguiente pregunta obvia es identificar lo que no funciona en su educación en casa. Tal vez eligió un plan de estudios que los tiene a todos frustrados o aburridos. Tal vez su hijo está luchando en un tema en particular y necesita un enfoque diferente. Tal vez usted está sobrecargado de trabajo. Tal vez necesite más estructura, o tal vez menos. Tal vez su familia no está haciendo suficiente ejercicio.
Piense cuidadosamente en lo que no funciona y trate de llegar a la raíz del problema. Si puede identificar eso, puede llegar a una solución sólida.
¿Cómo sería esto si fuera fácil?
Escribí sobre esta pregunta recientemente, y es una que me planteo a menudo. Es útil recordar que el aprendizaje es natural para los humanos, que los niños anhelan aprender, y que no hay que complicar demasiado este esfuerzo de educación en el hogar.
¿Cómo sería si fuera fácil? ¿Qué está haciendo para que esto sea más difícil de lo esperado? ¿Cómo puede cambiar eso? Elimine la tensión, la frustración y la noción de que solo es bueno si es difícil.
¿Cómo sería esto si fuera divertido?
No solo puede ser fácil, ¡sino también divertido! Apostaría que ha hecho un esfuerzo para que la educación en casa sea divertida para sus hijos, pero ¿qué hay de usted? ¿Se está divirtiendo? ¿Cómo sería esto si fuera divertido para usted? ¿Cómo sería la experiencia de sus hijos si usted también se divirtiera? Tal vez el año que viene sea el año en que lo descubra.
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