El Partido Comunista Chino (PCCh) se dirigió al ministro de Asuntos Internos de Australia, Peter Dutton, en su último intento de desviar su culpabilidad por el mal manejo del brote de la pandemia de COVID-19.
La embajada del régimen se quejó de los requerimientos de transparencia de Dutton en un comunicado de prensa del 21 de abril.
Dutton dijo a Nine Network el 17 de abril que pensaba que era el deber de China «responder a las preguntas y proporcionar la información» para dar claridad a la gente y para que no vuelva a suceder.
«No queremos que se repita y sabemos que no es la primera vez que se propaga un virus desde los mercados húmedos de fauna [en China] y tenemos que ser honestos al respecto», dijo.
Apoyo gubernamental a Dutton
El tesorero Josh Frydenberg, dijo el 22 de abril en una entrevista con ABC que los comentarios del régimen sobre Peter Dutton eran «indeseados e injustificados».
Frydenberg dijo que mientras Australia y China mantienen una buena relación a nivel comercial, «en última instancia, el papel de Peter Dutton, el papel del primer ministro, el mío y el de todos mis colegas es defender el interés nacional de Australia y eso es lo que seguiremos haciendo y hablaremos de ello según sea necesario».
Los medios de comunicación australianos también son cada vez más un objetivo del PCCh. The Sydney Morning Herald, The Australian y The Daily Telegraph despertaron la ira del régimen chino por sus reportajes sobre el virus del PCCh (Partido Comunista Chino), comúnmente conocido como el nuevo coronavirus.
Campaña mundial de propaganda
Australia no es el único país que recibe este trato del PCCh. A nivel internacional, el PCCh está impulsando una campaña de propaganda mundial en un intento de cambiar la narrativa en torno al brote y se está dirigiendo a los medios de comunicación y a los políticos.
En el Reino Unido, la embajada del régimen publicó 13 comunicados de prensa distintos en los últimos tres meses atacando a diferentes medios de comunicación del Reino Unido, entre ellos The Economist, The Times y The Guardian, por informar que el brote provenía de China.
Mientras tanto, en Francia, el ministro de Relaciones Exteriores francés, Jean-Yves Le Drian, convocó al enviado chino por las declaraciones públicas que la embajada hizo sobre el manejo del brote por parte de Francia. Las declaraciones de un diplomático chino anónimo que acusaba a los medios de comunicación y a los políticos occidentales de abandonar a su pueblo y de calumniar a China.
Países de todo el mundo están actualmente replanteando sus relaciones con China. El ministro de Asuntos Exteriores del Reino Unido, Dominic Raab, dijo el 16 de abril que no puede «ser como siempre» con China «después de esta crisis».
La ministra de Relaciones Exteriores de Australia, Marise Payne, pidió una investigación «internacional independiente» sobre el manejo del brote por parte del PCCh. En una entrevista con ABC el 21 de abril, Payne señaló que Australia también evaluaría su relación con China.
«Yo creo que las relaciones entre China y sus socios, Australia y China, cambiarán de alguna manera», dijo Payne, y añadió que Australia tiene una relación «bien fundada» con China.
Sin embargo, «todas estas cosas tendrán que ser revisadas, tendrán que ser consideradas a la luz de los cambios en la economía mundial, a la luz de los cambios en la seguridad sanitaria internacional, y tantas otras cuestiones. Y ese es el trabajo que estamos haciendo en este momento», dijo.
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