De acuerdo a algunas agencias federales de Estados Unidos, Cuba trató de influir en las elecciones presidenciales de 2020 con propaganda en contra de los republicanos entre la comunidad latina.
El informe desclasificado «Amenazas extranjeras en las elecciones federales de Estados Unidos de 2020″–elaborado por el Departamento de Seguridad Nacional, Departamento de Justicia, el FBI, entre otros–fue publicado el pasado martes donde concluyó que no había pruebas de ninguna interferencia o manipulación de gobiernos extranjeros en las elecciones presidenciales de 2020.
Sin embargo, señaló que actores extranjeros como Cuba y Venezuela «tomaron algunas medidas para intentar influir en las elecciones», aunque en «menor escala» que Rusia e Irán.
«Evaluamos que Cuba trató de socavar las perspectivas electorales del presidente Trump impulsando discursos antirepublicanos y prodemócratas a la comunidad latinoamericana», dice el informe, señala la posibilidad de que la inteligencia cubana haya estado involucrada en «algunas actividades de bajo nivel en apoyo de este esfuerzo».
Según reportaron diversos medios antes del resultado de las elecciones, el régimen cubano esperaba que Trump no ganara la reelección debido a su postura dura hacia Cuba.
En las elecciones de noviembre Trump ganó en el estado de Florida, que cuenta con importante comunidad cubana, donde se llevó el 61% de los 482 distritos de mayoría latina de Miami-Dade, reportó Bloomberg. Un 56% de los votantes de ascendencia cubana votaron por el expresidente en el estado del Sol.
«De hecho, el voto cubano-estadounidense en Florida fue decisivo, con una diferencia de 56-41 a favor del presidente republicano, frente a una división de 49-49 entre los votantes no cubanos», señala un informe de Americas Society y Council of the Americas.
Asimismo ganó en Texas, uno de los estados con mayor población latina, mientras que en Arizona, la diferencia con Joe Biden fue muy estrecha, 0.4%.
Por otra parte, el informe de la comunidad de inteligencia señala que debido a la rivalidad del régimen de Maduro con la administración Trump «evaluamos que Maduro tenía la intención, aunque probablemente no la capacidad, de tratar de influir en la opinión pública de Estados Unidos contra el expresidente».
Sin embargo, las agencias dijeron no tener información que sugiera que el régimen venezolano estuviese involucrado en «intentos de comprometer la infraestructura electoral estadounidense».
En un informe separado, el Departamento de Justicia, incluyendo el FBI, y el Departamento de Seguridad Nacional señalaron que investigaron las alegaciones relacionadas con el fraude electoral posteriores al 3 de noviembre en las que se afirmaba que Cuba, China o Venezuela habían utilizado la infraestructura electoral o habían puesto en marcha un plan para manipular los votos y consideraron que “no eran creíbles”.
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