El gobierno del Reino Unido ordenó a los ciudadanos británicos que abandonen de inmediato el Líbano tras la significativa escalada de violencia entre Israel y Hezbolá en los últimos días.
La Oficina de Asuntos Exteriores, de la Mancomunidad Británica y de Desarrollo (FCDO) dijo el martes a través de una declaración que se están poniendo en marcha planes de contingencia y que el gobierno sigue desaconsejando todo viaje al país.
Unos 700 efectivos británicos se están trasladando a Chipre como parte de los equipos militares que contarán con el apoyo de funcionarios de la FCDO y de la Fuerza de Fronteras.
«Los acontecimientos de las últimas horas y días han demostrado lo volátil que es esta situación, por lo que nuestro mensaje es claro: los ciudadanos británicos deben marcharse ya», dijo el secretario de Defensa, John Healey, en la declaración.
«Seguimos instando a todas las partes a que den un paso atrás en el conflicto para evitar más muertes trágicas. Nuestro gobierno se está asegurando de que todos los preparativos estén en marcha para apoyar a los ciudadanos británicos en caso de que la situación se deteriore. Quiero agradecer al personal británico desplegado en la región su compromiso y profesionalidad».
Los ministros pidieron un alto el fuego después de que centenares de personas murieran desde que Israel comenzó a realizar ataques contra objetivos de Hezbolá en el sur del Líbano.
Starmer pide una desescalada
El primer ministro británico, Sir Keir Starmer, viajó a Nueva York el martes por la noche antes de pronunciar un discurso ante la Asamblea General de la ONU el jueves.
El aumento de las tensiones en el Medio Oriente es una preocupación importante, dijo el primer ministro. Los aliados están pidiendo a Israel a desescalar la acción armada en su conflicto con el Líbano.
El miércoles, en declaraciones al programa «Today» de la Radio 4 de la BBC, el Sr. Starmer reiteró su llamado a un alto el fuego, diciendo que «estamos potencialmente en un punto límite».
«He apoyado durante mucho tiempo el derecho de Israel a la autodefensa, y eso ha sido absolutamente claro y coherente en todo lo que he dicho», dijo el primer ministro británico.
«Pero el punto en el que nos encontramos ahora está muy cerca del borde, y por eso necesitamos reducir la tensión. Eso no significa que nos alejemos de los problemas. No significa que no reconozcamos la amenaza que pesa sobre Israel, que es muy real (…) Pero esta escalada está llegando a un punto en el que lo correcto ahora es desescalar, lograr un alto el fuego y asegurarnos de que podemos progresar de otra manera», declaró el Sr. Starmer.
Prohibición parcial de exportación de armas
A principios de este mes, el Reino Unido suspendió algunas exportaciones de armas a Israel, ante lo que el ministro de Asuntos Exteriores, David Lammy, calificó de preocupación por la posibilidad de que se utilizaran en la Franja de Gaza en violación del derecho internacional humanitario en la guerra entre Israel y Hamás.
El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, criticó la decisión del gobierno británico y el momento elegido para el anuncio, que se produjo pocos días después de que Hamás ejecutara a seis rehenes israelíes.
Netanyahu dijo al Daily Mail la semana pasada que la decisión enviaba un «horrible mensaje a Hamás».
«Estas decisiones equivocadas no cambiarán la determinación de Israel de derrotar a Hamás, una organización terrorista genocida que asesinó salvajemente a 1200 personas el 7 de octubre, entre ellas 14 ciudadanos británicos, y tomó a 255 personas, entre ellas cinco rehenes británicos», afirmó el primer ministro israelí.
Starmer declaró el miércoles que las críticas de Netanyahu a la prohibición eran erróneas.
«En eso no tiene razón. Teníamos que cumplir el derecho internacional y nuestro propio derecho interno en relación con eso. También siempre he sido claro. Yo apoyo el derecho de Israel a la autodefensa. He sido firme al respecto (…) Pero, por supuesto, tiene que hacerse de acuerdo con el derecho internacional», dijo el primer ministro Starmer a LBC.
Israel ataca a Hezbolá
Hezbolá, grupo terrorista respaldado por Irán, comenzó a lanzar cohetes contra el norte de Israel desde el sur de Líbano un día después del mortífero atentado terrorista de Hamás, del 7 de octubre.
Israel tomó represalias con ataques aéreos y el conflicto fue intensificándose a lo largo del año pasado. El Estado judío prometió expulsar a Hezbolá de su frontera para que los israelíes pudieran regresar a sus hogares.
En las últimas semanas, el conflicto se intensificó. El 20 de septiembre, un ataque aéreo israelí contra un suburbio de Beirut mató a un alto mando militar de Hezbolá y a más de una docena de combatientes. También murieron decenas de civiles, entre ellos mujeres y niños.
El martes, Israel declaró que había atacado decenas de objetivos de Hezbolá durante la noche. La Fuerza Aérea israelí afirmó haber alcanzado 1600 objetivos terroristas en el sur del Líbano y el valle de la Bekaa. Según las autoridades libanesas, 558 personas murieron, entre ellas 50 niños, y 1835 resultaron heridas.
Las Fuerzas de Defensa de Israel afirmaron que el grupo terrorista libanés había lanzado el lunes más de 100 proyectiles hacia Israel, que se adentraron en el país.
Con la contribución de Guy Birchall
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