Relación entre ingesta de agua y riesgo de ictus: beber agua podría garantizar una salud óptima

Por Dr. Wu Kuo-Pin
16 de mayo de 2023 7:58 PM Actualizado: 16 de mayo de 2023 7:58 PM

El agua no solo sirve para calmar la sed, sino que también ayuda al organismo a eliminar toxinas y a controlar el peso. Investigaciones recientes sugieren incluso que mantenerse hidratado puede ser un factor clave en la longevidad y la lucha contra el envejecimiento. Por otro lado, no beber suficiente agua puede elevar los niveles séricos de sodio, lo que aumenta el riesgo de padecer enfermedades crónicas como infartos, insuficiencia cardiaca y deterioro cognitivo.

¿Qué tipo de agua es mejor para nuestra salud y cómo podemos garantizar una hidratación óptima en nuestra vida diaria?

Según la medicina moderna, el cuerpo humano está compuesto de aproximadamente un 60 por ciento de agua. Los nutrientes de los alimentos, como las vitaminas y los minerales, necesitan disolverse en agua para circular por la sangre y llegar a los distintos órganos. El agua también desempeña un papel en la mejora del metabolismo corporal y la eliminación de residuos.

La deshidratación y la ingesta insuficiente de agua pueden provocar algo más que sed. También pueden provocar fatiga, ansiedad, depresión, falta de concentración, sueño agitado y dificultades respiratorias. Además, la deshidratación puede provocar el desarrollo de muchas enfermedades, como inflamación crónica, dolor crónico, estreñimiento, hipertensión y diabetes. Incluso la obesidad causada por comer en exceso puede estar relacionada con la deshidratación del organismo. Para algunos pacientes, la solución a sus dolencias puede ser tan sencilla como aumentar su ingesta de agua.

Según las últimas investigaciones de los Institutos Nacionales de la Salud, mantenerse hidratado para mantener unos niveles séricos de sodio normales puede ser un factor clave para promover la longevidad y combatir el envejecimiento. Por el contrario, unos niveles elevados de sodio en suero pueden aumentar el riesgo de padecer diversas enfermedades crónicas.

En un estudio en el que se realizó un seguimiento de 11,255 individuos durante 25 años y se excluyó a los participantes con niveles elevados de sodio sérico debido a factores como la obesidad y el consumo de medicamentos, los investigadores descubrieron que incluso cuando los niveles de sodio sérico se encontraban dentro del intervalo normal de 135 a 146 mmol/l, aquellos con niveles más elevados tenían un mayor riesgo de ser biológicamente más viejos y de desarrollar enfermedades crónicas a una edad más temprana.

En comparación con los niveles normales de sodio sérico, los niveles de sodio sérico superiores a 142 mmol/l se asocian a un aumento del 64 por ciento del riesgo de desarrollar enfermedades crónicas como ictus, insuficiencia cardiaca, fibrilación auricular, enfermedad vascular periférica, enfermedad pulmonar crónica, diabetes y deterioro cognitivo.

Mantenerse hidratado puede ayudar a prevenir enfermedades

En la antigua China, había un dicho que decía: «La comida es mejor que la medicina, pero el agua es aún mejor que la comida». El agua se consideraba el «rey de los medicamentos», y casi todos los textos de medicina tradicional china situaban el agua como primer remedio. Por ejemplo, en el Compendio de Materia Médica, el primer elemento enumerado era el agua. Del mismo modo, el primer capítulo de un famoso libro de terapia dietética llamado Receta de Suixiju, escrito por el médico de la dinastía Qing Wang Shixiong, también estaba dedicado al agua. Esto demuestra la importancia del agua a ojos de los antiguos médicos chinos.

Li Shizhen, el célebre autor del Compendio de Materia Médica, hizo gran hincapié en la importancia del agua, calificándola de fuente de muchas transformaciones. Según él, hay más de 40 tipos de agua, como el agua de lluvia, el rocío, el rocío dulce, la escarcha invernal y el agua de pozo, cada una con efectos curativos únicos. El agua con diferentes propiedades, como templada, caliente, fresca o fría, puede utilizarse para tratar diversas enfermedades.

Cuatro consideraciones a tener en cuenta al beber agua para una salud óptima

En la actualidad, muchas personas no consumen suficiente agua. Esto se debe en gran medida al hecho de que la gente moderna tiende a favorecer la leche, los zumos de frutas y las bebidas azucaradas, que son diferentes del agua en cuanto a sus efectos sobre las funciones del organismo. No pueden sustituir eficazmente al agua y no proporcionan una hidratación adecuada. Además, algunas personas optan por consumir café, té o alcohol en lugar de agua. Sin embargo, estas bebidas poseen fuertes efectos diuréticos, que pueden restar más agua al organismo y provocar deshidratación.

Beber agua simple es la mejor opción para mantener una buena salud, y también hay ciertas consideraciones a tener en cuenta cuando se trata de beber agua con fines de salud.

1. Temperatura del agua

La temperatura del agua debe ser aproximadamente la misma que la del cuerpo. Beber agua demasiado caliente puede dañar la garganta e incluso provocar cáncer de boca. Por otro lado, el agua demasiado fría puede afectar a la circulación sanguínea.

2. Momento de la ingesta de agua

Se recomienda beber más agua por la tarde, entre las 15 y las 17 horas. Durante este periodo, el meridiano de la vejiga está activo, y el cuerpo puede utilizar eficazmente el agua para ayudar al metabolismo y la desintoxicación.

También es aconsejable beber un vaso de agua dos horas antes de acostarse. Durante las seis o siete horas de sueño, el cuerpo no repone su reserva de agua. Hidratarse antes de dormir puede evitar que la sangre se espese por la noche y por la mañana, reduciendo así el riesgo de enfermedades cardiovasculares.

Algunas personas tienen la costumbre de beber un gran vaso de agua por la mañana. Sin embargo, esto puede no ser adecuado para quienes padecen deficiencia de bazo. Si desea beber agua con el estómago vacío por la mañana, es aconsejable limitar su ingesta a sólo 50 ml para nutrir el cuerpo.

3. Agua hirviendo

No es aconsejable beber agua sin hervir, ya que puede enfriar el cuerpo y aumentar el riesgo de enfermedad. Hay que hervirla antes de consumirla.

El agua hervida en distintos recipientes tiene distintos sabores. Entre los hervidores de acero inoxidable, los de hierro fundido y los de cerámica, el agua hervida en un hervidor de cerámica tiene el sabor más agradable, caracterizado por una textura cálida y suave.

4. Cantidad de agua para beber

No todo el mundo tiene que ceñirse estrictamente a beber 8 vasos de agua al día. En la cantidad de agua que se debe consumir al día influyen diversos factores, como el clima, la tasa metabólica, el sexo, la edad, la ingesta de alimentos, el tipo de trabajo y la condición física. La recomendación general es beber de 6 a 10 vasos de agua (aproximadamente 250 ml por vaso), lo que equivale a unos 1500 a 2400 ml al día.

Los pacientes que no pueden orinar con normalidad, como los que padecen enfermedades cardíacas o renales o edemas, deben seguir las instrucciones de su médico y no deben beber cantidades excesivas de agua de forma indiscriminada.

El agua natural es mejor que la procesada: Solo requiere dos pasos de filtrado

En los últimos años, aparecieron en el mercado muchas marcas de agua procesada. Estos fabricantes afirman que sus productos pasaron por múltiples procesos de purificación y ofrecen diversos beneficios médicos. Esto hizo que a los consumidores les resulte difícil decidir qué agua comprar. Sin embargo, la realidad es que el agua purificada no es necesariamente mejor que el agua natural.

Por ejemplo, aunque el agua alcalina ionizada puede ser beneficiosa para el cuerpo humano, consumirla durante un periodo prolongado puede ser perjudicial para la salud. Este tipo de agua es fría por naturaleza, lo que la hace adecuada para las personas que tienen una constitución húmeda-caliente o un calor interno excesivo. Sin embargo, las personas con una constitución yang deficiente pueden encontrar que beber agua alcalina agrava su condición.

El agua de ósmosis inversa es otro tipo de agua muy popular que utiliza la técnica de ósmosis inversa para extraer agua pura y eliminar los minerales. Existe la idea errónea de que las necesidades diarias de minerales y oligoelementos del organismo deben provenir de los alimentos y no del agua potable. Sin embargo, lo cierto es que el agua potable proporciona al organismo el 20 por ciento de los minerales y oligoelementos necesarios cada día. Cuando el agua pura entra en el organismo, puede disolver los minerales y oligoelementos de los huesos u otras partes del cuerpo, lo que provoca un agotamiento gradual de estos nutrientes esenciales y causa síntomas de deficiencia de qi renal (energía vital).

Al consumir estos tipos de agua purificada, es crucial examinar siempre si son realmente beneficiosas para el organismo, en lugar de confiar ciegamente en las afirmaciones de los vendedores. Por regla general, cualquier agua potable que no se encuentre en su estado natural no favorece la salud humana a largo plazo.

De hecho, beber agua del grifo en casa es la mejor opción para nuestra salud. Antes de consumirla, solo hay que pasar por dos sencillos procesos de filtración: en primer lugar, utilizar carbón activado para eliminar olores e impurezas y, en segundo lugar, filtrar las sustancias tóxicas y las bacterias.

En definitiva, lo mejor es priorizar la sencillez y la naturalidad a la hora de cuidar nuestro cuerpo.


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